+ ¿Qué sabes de ella? +

17 5 3
                                    

Todo es confuso, solo se pueden distinguir unas manos entrelazadas
Rojas por la gran fuerza que hacían
Se podía escuchar llanto y una respiración muy agitada.

-Por favor... Te lo suplico, no me sueltes.
-No quiero soltarte...¿me oyes? No voy a soltarte.
- ¡Ayudame a subir! Por favor ¡Ayudame!
-¡Hago toda la fuerza que puedo!
- Voy a caerme...- decía entre sollozos.
- Resiste por favor... No quise que pasara esto... Perdóname yo no quise que pasara esto... No te sueltes te lo suplico.
- Hubiera deseado que no hicieras esto...
- Perdóname... ¡Nooo!

El grito fue ensordecedor y lleno de desesperación, luego de eso solo se pudo escuchar un chapuzón y verse sumergida en el agua mientras todo empieza a ponerse negro.

- ¿Romina?- Preguntó Aikó preocupada al ver a su amiga moverse de un lado para otro con angustia- Romina ¿Estas bien?

-Ehm ¿Qué? Qué pasó?
- Ya estamos por llegar al hotel
- Oh... ¿Tan rápido llegamos?
- Dormiste demasiado- Dijo Goran quién estaba a su otro costado- Peinate un poco, cretina.

Romina le hizo un puchero pero le hizo caso y se acomodó el cabello con las manos.

- Hasta soñe algo extraño...
- ¿Que soñaste? - Preguntó Goran
- Soñe que... alguien intentaba sostenerme con todas sus fuerzas pero que aún así...me caía al agua y de pronto--
- ¿Todo comenzó a ponerse oscuro?- preguntó Aiko con clara preocupación.
- Si...¿Cómo sabes?
Aiko palideció
-Llegamos al hotel- interrumpió Goran abriendo la puerta del taxi y apresurandose por darse la vuelta y abrirles la puerta a las chicas mientras el conductor ayudaba a llevar las maletas.

- Bienvenidos- dijo la recepcionista del hotel.

Goran estaba a cargo de todo, conseguir boletos, permisos, trámites, administrar el dinero que tenían, organizar todos los costos del viaje y procupar no despilfarrar el dinero.

Ellas tenían suerte de tener a alguien tan organizado como él.

Goran había reservado 2 habitaciones en ese hotel, una para Aiko y Romina y otra para él. Creyó conveniente que ambas estuvieran en una sola habitación para no aburrirse, enseguida subieron las maletas a las habitaciones indicadas por la recepcionista al darle las llaves.

Después de llegar y desempacar sus cosas se decidieron ir por algo de comer al restaurante del hotel, los tres estaban bastante a gusto con el servicio, la atención era buena y todo estaba en orden.
Nada podía salir mal.
- Aiko, tengo algo de dinero tal vez podríamos ir por algo de ropa a la tienda de al lado.
- No sé, siempre me resulta gracioso cuando dices que tienes algo de dinero.
- ¿Por qué es gracioso?
- Ehm ¿Porque eres millonaria?- Dijo Goran luego de beber un sorbo de su refresco - No sé...solo digo.
- No soy millonaria...Mi familia es...acomodada es todo.
- Oh sí- Dijo Aiko sonriendo- Todas las familias acomodadas pueden de pronto viajar a Perú con todo y paquetes- haciendo referencia a Goran y a ella.

Al final de cuentas los caprichos de Romina eran órdenes.

- ¿Qué te parece esta camiseta Aiko?- Decía Romina mientras se probaba por millonésima vez otra prenda.
- Creo que esa te queda genial
- Me gusta el parche redondo que tiene, es muy cómoda
- ¿También comprarás esa?
-Sip, esta también.

Goran se encontraba fuera de la tienda, hablando con su madre quien preocupada lo había llamado para saber si todo estaba bien.

- ¡Mira! ¡Allá hay carteras!
- Romi recién están poniendo esa vitrina, no creo que sea muy seguro...
- Oh vamos no pasará nada.
Aiko dejó que Romina se adelante mientras que regresaba las prendas que su amiga no quiso comprar a su lugar. En eso escucho decir a una de las asistentes del lugar que estaban retirando esa vitrina debido a que estaba dañada, había quedado inclinada y en cualquier momento podía caerse.
Aiko asustada empezó a llamarla pidiéndole que no se acerque.
¿Existe mujer más terca?

La segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora