+Siempre terminará en muerte+

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Hay un poco de contenido religioso, no hay fin de ofender a nadie, el propósito es entretener.

Todos salieron de la casa, ahora sabían que en efecto, Ale les estaba haciendo daño pero aún no sabían como dar con ellos.

-Deberíamos dar aviso a la policía

-Pero no tenemos pruebas de nada

-¿Y el alboroto en su casa?

-Realmente eso no prueba nada

-¡Como que no!

Todos empezaron a discutir en medio de la calle, en eso un auto negro apareció, era el auto de Goran.

Pero era su hermana quien iba conduciendo, Gianella se bajo del auto sorprendida por ver a Aiko, pues creía que seguía en Perú.

- Gia, estamos buscando a---

-Ví a Alexandra, llevárselos a los dos, en autos diferentes, una rubia alta se llevó a Romina y Ale se llevó a Goran, al principio creí que ambos habían bebido, por eso estaban así, pero después me dí cuenta de que estaban drogados, era un secuestro, solo pude seguir el auto de Romina.

-¿Sabes dónde está?- preguntó Aiko.
-Todos, suban al auto.

Se dirigieron a una casa bastante grande.
- Debe ser casa de la rubia- dijo Gianella- yo las vi entrar ahí.
- Entremos- Dijo Paula presurosa.
- Esperen, no podemos entrar, necesitamos ir con la policía, sacar una order judicial para--
-Tonterías- dijo Paula retrocediendo un poco para abrir la puerta de una patada dejando a todos boquiabiertos.
- Podría estar armada, que tal si hay más personas...
-Gianella se quedará en el auto- dijo Aiko- para poder escapar lo más rápido posible en caso de que algo salga mal, Paula y yo estaremos buscando, Jael cubrirá mis espaldas y Flavio cubrirá las espaldas de Paula, en marcha.

Todo estaba en silencio, no parecía haber movimiento, la casa estaba un poco desordenada, los cuatro caminaron con lentitud inspeccionando el lugar, Paula y Flavio se quedaron revisando la primera planta mientras que Aiko y Jael subieron las escaleras para chequear el segundo piso.
Los cuatro revisaron con cautela cada habitación pero nada, todo era un silencio aplastante, solo quedaba la ultima puerta de la segunda planta, el baño.
Cuando Aiko entró se sobresaltó al ver a Romina amarrada en la bañera y con un pañuelo tapando su boca, totalmente mojada y con sangre saliendo de su nariz, estaba temblando de frío. A su lado estaba la rubia alta con aspecto muy rudo de la que hablaba Gia, tenía un arma apuntando a la morena.

- Si das un paso la mato.

Para ese momento Goran ya estaba suplicando por su vida.

-No te preocupes Elián- dijo Ale entrando con un cigarrillo y un encendedor- Solo vine a charlar.

Ale tomó un pequeño banco y se sentó frente a Goran, ambos se miraron a los ojos con odio.

- No entiendo la razón por la que te fijaste en mi Jesa teniendo a Celine.
- Porque en esta vida me enamoré de Romina...
-¿Estás seguro Elián?- dijo levantandose del asiento y caminando a su alrededor- A mi no me engañes...de todos modos vas a morir aquí.
-Estás loca...
-No me digas que ya te rendiste de tanto intentarlo...
- ¿Intentar?- dijo con la respiración irregular mientras el sudor y la sangre recorrían su rostro.
- Me parece increíble que no recuerdes nada enserio, pero ya que tu vida termina aquí y cuando vuelvas a nacer nuevamente estarás en cero, te voy a contar un pequeño secretito...- decía mientras reía y se acercaba un poco.

Aiko retrocedió con las manos arriba y salió de la habitación, enseguida le dió una señal a Jael y se acercó a ella posicionándose delante, muy rápidamente Jael entró y se abalanzó para no darle tiempo de hacer uso del arma.
Mientras forcejeaban Aiko intentaba sacar a su amiga de la bañera con mucha dificultad, pues no tenía las fuerzas suficientes, aún así la desesperación la llevaba a sacarla como sea.
Aiko logró llevar a Romina hasta el pasillo, en el trayecto la morena recuperó un poco de fuerzas gracias a su voluntad y con mucha torpeza intentaba caminar apoyándose de la bajita.
-Sabía que vendrías...
-Estamos juntas en esto...
De pronto se escuchó un disparo, ambas se sobresaltaron.
Aiko cayó al suelo herida.

La mujer iba a volver a disparar pero Jael apareció por detrás con un espejo que había en el baño y la golpeó para dejarla inconsciente.
Rom intentó apoyarse en la pared con las pocas fuerzas que tenía.
Paula y Flavio subieron al rescate cuando escucharon el disparo.
Jael ayudó a Aiko a levantarse, por suerte la bala solo había herido su brazo.
Flavio tomó en brazos a Romina y todos bajaron las escaleras hasta el auto dónde Gia los estaba esperando preocupada al escuchar el disparo.

La segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora