+ Agradecimiento no es lo único que siento +

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-Celine, Celine por favor no te enojes...- decía Elian mientras seguía a la mencionada que caminaba rápidamente junto con sus hermanos hasta llegar a la casa de María Luisa.

-¿Tan rápido?- Preguntó la señora mientras leía el periódico en su sofá.

Celine no dijo nada, dejó que sus hermanos jugasen en el patio de la casa y subió las escaleras para llegar a su habitación.

-¿Qué le hiciste?- Preguntó Luisa con el ceño fruncido mientras dejaba el periódico a un lado-

-Le dije que tenía sentimientos por ella- respondió apenado mientras se sentaba al lado de su madre- ¿Tú no estás molesta por eso verdad?

María Luisa lo miró totalmente paralizada con la boca abierta para después sonreír victoriosa- ¿Estás enamorado de mi duraznito? Ay hijo esa es una linda noticia- dijo emocionada- Y yo que creía que estabas enamorado de Esthella...

-Claro que no, aunque Celine también pensaba eso... Así que le dije que estaba con Esthella para hablarle de mis sentimientos hacia ella.

- ¿Y se lo dijiste así nada más? ¿Frío y directo?

- ¿Por qué?

-¿Y todavía preguntas por qué salió huyendo? La asustaste.

-¿Crees que deba ir a verla?

-No pierdes nada- dijo tratando de alentarlo.

Elián se dirigió hasta la habitación de Celine y tocó la puerta un par de veces sin oír respuesta, pero él sabía que ella estaba ahí. Sin esperanzas de que ella le abriese la puerta se sentó al pie de esta y empezó a hablar.

- Lo siento por asustarte... No era esa mi intención... En realidad me agradabas mucho porque desde que llegaste mi madre está mucho más feliz, no la veía sonreír tanto desde que papá murió, mi vida era aburrida hasta que tomé la mejor decisión de toda mi vida que fue pedirte que vengas a mi casa, pero me di cuenta que agradecimiento no es lo único que siento.

Agradecimiento no es lo único que siento

- Si tu no sientes lo mismo comprendo, pero por favor no te enojes, nunca quise incomodarte...

Elián acarició la puerta de madera con tristeza al no recibir ninguna respuesta, se colocó de pie y dio media vuelta, pero se detuvo al escuchar como quitaban el seguro de la perilla.

- ¿No estás jugando conmigo?- Preguntó Celine bajando la mirada, tenía los ojos llorosos y las mejillas rojas.

-No, te estoy permitiendo que juegues conmigo- respondió con una sonrisa- Tienes mi corazón a tu disposición, para que hagas lo que se te antoje.

- Idiota...- dijo tratando de limpiar sus lágrimas.

-Mmm lo tomaré como un nombre de cariño.

-Eres todo un caso- dijo riendo.

Ambos quedaron mirándose en silencio

-Yo... también siento algo, pero soy tu empleada, no quiero que tu mamá me despida, si lo hace no tendré a donde ir y tengo que pensar en mis hermanos...

-Mi mamá ya lo sabe

-¿Qué?

-Mi mamá sabe que me atraes, sabe que estoy enamorado y ella está de acuerdo- dijo acercándose un poco para mostrarle seguridad- incluso si no lo estuviera me enfrentaría a ella y jamás te dejaría sola.

Celine lo abrazó con fuerza y Elián correspondió sin dudar.

-Eres una llorona- comentó divertido al escucharla gimotear

La segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora