-Puedo explicarlo- dijo Aiko asustada levantándose rápidamente del sofá.
-No me digas nada- dijo Romina con una seriedad inusual en ella- Solo necesito hablar con Goran.
El aludido tomó su abrigo y su móvil para salir del departamento seguido de Romina. Aiko solo se quedó estática sin saber que hacer, cuando se quedó sola se sentó en el suelo a llorar, nada podía dolerle más que el hecho de que su mejor amiga, con la que había compartido tanto la odie, en esos momentos se arrepentía de haber dejado pasar a Goran.
-Lo siento- dijo Goran- Lamento que descubrieras la verdad de esta forma. Pero no estés enojada con Aiko, la culpa es mía, ella solo...
-No acabo de descubrir nada
-¿Qué?
-Yo ya lo sabía. Siempre lo eh sabido, así que soy yo la que debe disculparse en cierta parte.
-¿Tú lo sabías? Lo sabías y planeabas casarte...
-Tu tampoco has hecho nada para impedirlo y ya estamos a una semana del gran día.
-Es más complicado de lo que parece, nuestros padres harán un negocio.
- Exacto, esa es la razón por la que estuve callada, bueno una de las razones.
- ¿Hay otra razón?
-Creo que... estoy enamorada de alguien más.
-De Paula.
-Creo que sí.
-Sabes, casarnos no será una gran idea, y aunque nuestros padres hagan una guerra con nosotros tenemos que cancelarlo.
- Si lo cancelamos Aiko no va a aceptarte al verse envuelta en un escandalo.
- Creo que lo mismo va para Paula.
- Pensé en huir.
- Eso no podrá ser, estoy seguro de que nuestros padres congelaran nuestras cuentas, tengo dinero aparte pero no será suficiente.
- Yo tampoco tengo lo suficiente, además si escapamos ¿Luego qué?
- Me siento atrapado.
- No desesperes, estuve pensándolo mucho y...
- ¿Y...?
- Esto es lo que vamos a hacer- dijo acercándose para susurrar la idea que tenía.Al día siguiente Romina se apareció en casa de Aiko.
- Romina, pasa- dijo Aiko sin saber que más decirle.
- Hola Aiko- Dijo la morena con una sonrisa- ¿Estás libre hoy?
- ¿Para...?
-Quiero que me ayudes a organizar todo para mi despedida de soltera.
-¿ Tu despedida?
- Sí, ¿Por qué te sorprendes?
- No sabía que seguirías con los planes de boda...
- ¿Por qué no los seguiría?
-Bueno...
- Tranquila, Goran me explicó todo y quedamos bien, no te preocupes todo está bien- dijo tan sonriente que parecía que todo era alegria y paz.
- Supongo...
- ¿Entonces me ayudarás?
- Claro- respondió cabizbaja.En ese momento ella solo pudo entender una cosa.
Finalmente ambos habían aclarado sus dudas y confusiones para continuar con sus planes de boda, era lo más lógico que pasaría.
Al menos se alegraba de no romper una relación y por el hecho de que su amiga no estaba enojada con ella.
Sin embargo se sentía triste, su amiga iba a casarse con alguien que no la amaba y pensaba en que Romina era una increíble persona que se merecía alguien que de verdad la quiera.
Pero ¿Quién era ella para interferir en sus decisiones?
Nadie, no era nadie, ante todo esto solo le quedaba callar y ver como la persona que amaba se casaba con otra mujer que no era nada más ni nada menos que su mejor amiga.
Tambien se sentía frustrada, ella hubiera deseado, con todo su corazón ser ella la novia, ser ella la que entre vestida de blanco, lo deseaba desde muchos años antes de que naciera, pero ese no fue su destino y al parecer tampoco lo será en esta vida.
Tambien se preguntaba para qué tuvo esta nueva oportunidad si iba a sufrir de nuevo.
Aunque la verdad la idea de morir sonaba mejor que ver la boda.
En fin, tal vez debió buscarlo y encontrarlo antes de que conociera a Romina, pero ya no podía arrepentirse, las cosas ya estaban hechas y solo quedaba aceptarlo aunque le doliera.Y los días fueron pasando tan rápido que cada vez dolía más y más.
En un abrir y cerrar de ojos se encontraba sentada en medio de música y diversión siendo parte de la celebración de despedida de soltera que ella misma ayudó a organizar.Solo pensar que su amiga estaba a un día de casarse le traía demasiados recuerdos y junto a ellos un dolor muy grande.
Pensó en que si aquella noche ellos no hubieran estado en ese lugar a esa hora justo en ese momento estuvieran en otro País, tuvieran ya muchos años de casados y probablemente con hijos.
Inmediatamente se limpió las lágrimas y trató de animarse poniendo atención a la fiesta aunque tuviese el alma rota.
Y Romina al verla era consiente de lo lastimada que debía estar.
Pero ella tampoco hizo nada al respecto.
Ya estaba todo planeado
Mañana era el gran día y no había vuelta atrás.