+ Felicidad y libertad +

17 5 0
                                    

- ¡¿Cómo se atrevieron a hacer todo ese escándalo?!- Decía la madre de Goran muy alterada mientras intentaba beber un poco de agua porque sentía que en cualquier momento estallaría en ira - ¿Tienes idea de cuánto dinero hemos perdido?

- Realmente solo eso es lo que te importa- Dijo Goran con una clara decepción- De todo esto solo te interesa el dinero que perdiste.
- ¿Y que pensabas? Que me iba a alegrar, estás enamorado de esa chica Aiko.
- Y no tiene nada de malo.
- Pero ella no te conviene- dijo enojada como si intentará explicar algo obvio.
- No me conviene ¿A mi o a ti?
- Creo que tú ya ganas suficiente dinero de mi alianza con Mau - intervino Gianella.
- No te quejes- respondió su madre- Tienes todo lo que quieres gracias a eso.
- No, eres tú la que tiene todo lo que quiere gracias a eso. Escogiste una vida que yo no te pedí y no voy a permitir que mi hermano sea tu negocio.
- Ahora yo soy la mala del cuento- Dijo la madre indignada- Les di todas las comodidades y ahora dicen que soy mala.
- No pienso ser tú máquina de dinero- concluyó Goran para después tomar sus maletas.
- ¿Y a dónde irás?
- Con alguien que si me ama como un hijo, con alguien que me apoyaría siempre.
- Vete hermano, se feliz- Dijo Gia alegremente mientras recibía una mirada de desaprobación por parte de su madre - Vamos yo te llevo- dijo ayudándolo con una maleta.

Ambos subieron al auto y partieron al aeropuerto dónde ya se encontraban Aiko, Flavio y Paula.

- Romina aún no llega- Dijo Aiko con preocupación.
- ¿Creen que esté bien?- Preguntó Paula igual de preocupada.

- Ahí viene - Dijo Gianella señalando la silueta de una chica a lo lejos.

- Hola a todos - dijo la morena cabizbaja.
- Creí que no te dejarían venir - Dijo Aiko entre triste y aliviada.
- Al contrario, me botaron de la casa, dijeron que era una vergüenza tener a una hija como yo.
- Ellos se lo pierden- dijo Goran tratando de animarla- Vamos con gente que si nos quiera.
- ¿Crees que tu padre me acepte?- Preguntó Romina dirigiéndose a Paula.
- El te amará, verás que sí.
- Bueno, tenemos una largo camino.

Hay corazones que esperan incansablemente.

- Pongan eso más a la derecha, a mí derecha- Decía la anciana apoyándose de su bastón.
- Mamá, estás muy esmerada- Dijo Juan José
- Claro que lo estoy- Respondió María Luisa - mis nietos vienen hoy.
- No solo tus nietos- Dijo Hernán.
- ¿Cómo? - dijo Luisa totalmente confundida.
- Ponte un lindo vestido madre - Dijo Juan José.

Y eso hizo, se colocó un lindo vestido rojo y agregó joyas más unos zapatos bajos de color negro, a pesar de todos los años que habían transcurrido ella nunca perdería la elegancia que la caracterizaba.

Incluso se aseguró de que toda la casa estuviera limpia y arreglada además de preparar algunos dulces y suficiente té de jazmín para todos.

Tocaron el timbre y automáticamente María Luisa se levantó del sofá con ayuda de su bastón y esperó paciente a que Hernán abriera la puerta.

- Hija no sabes cuánto te extrañe- Escuchó decir a Hernán mientras abrazaba a Paula.
- También te extrañé papá - dijo Paula entrando a la casa junto con Flavio.
- Te extrañé hijo - dijo Juan José abrazando a su hijo quién de inmediato le correspondió- Los extrañamos a ambos.
- Nos alegra verte abuela - Dijo Paula abrazándola junto a Flavio.
- Me alegra mucho verlos- Dijo la anciana tomando el brazo de ambos .
- Hola a todos- Dijo la morena tímidamente entrando a la casa.
Paula se separó de su abuela y fue con ella para ayudarla con sus cosas.
- Ella es Romina abuela, es mi novia- dijo Paula muy segura.
- Me alegra saber que has encontrado alguien a quien querer - dijo la anciana con dulzura- Es un gusto conocerte Romina.
- El gusto es mío - Dijo apenada.
- Hay dos personas que estarán felices de verte - Dijo Flavio señalando la entrada.

María Luisa sintió que el corazón se le estrujaba al ver entrar a Goran y a Aiko.

Aiko se acercó a abrazar rápidamente a Juan José y Hernán para después ir con la anciana.
- Duraznito - dijo alegremente como si fuera una niña pequeña.
- Me da gusto verte- dijo con una sonrisa y un abrazo.

Goran saludo a todos para quedar frente a frente con la que había sido su madre años atrás.

- Mamá...
- Mi Elián...
- Me acuerdo de ti, me acuerdo de todo, sufriste mucho cuando papá nos dejó, pero a pesar de eso siempre hiciste todo por verme feliz.
- Hijo...- dijo María Luisa con los ojos llorosos y las mejillas rojas - Te acuerdas de mí.
- Si mamá... Me acuerdo- dijo antes de abrazarla.

No fue el abrazo frío de la primera vez, este abrazo tenía más calidez que cualquier otro que se habían dado en todos estos años y ambos lo sabían.

Al fin, la familia estaba completa, cada quien hizo lo que debía hacer y estaban donde debían estar.

- ¿No crees que es hermoso? - Dijo Aiko mientras miraba el mar.
- Si, es hermoso- Respondió Goran mientras la miraba a ella.
- Se supone que este es el momento en que me besas- dijo la bajita tímidamente.
-¿Ya no te alejarás de mí está vez?
- Supongo que no...
Ambos se acercaron y cuando sus labios apenas rosaban Romina y Paula los interrumpieron.
- ¡Auxilio!- Gritaba Romina mientras corría a refugiarse en las espaldas de Goran- Esta loca quiere meterme al mar.
- Creí que sabías nadar - Dijo el alto divertido.
- Si pero no confío en ella - respondió la morena haciendo un puchero.
- Ya verás cuando te atrape- Decía Paula mientras intentaba perseguirla hasta que por fin pudo tomarla de un brazo y cargarla para llevarla al mar mientras reían.
Aiko empezó a reír pero se asustó al ver que Goran la levantó en brazos.
- Que diablos estás haciendo.
- Es turno de que te bañes también calabaza- dijo llevándola hasta el mar.
- Más te vale que no me sueltes- dijo la bajita sosteniéndose del cuello del alto - porque yo no sé nadar.

¿Sabes cómo se le llama a eso? Felicidad y libertad.

Martina se quedó sola en casa, ya no tenía una hija que cuidar, así que viajó hasta Italia y se encontró con su esposo quién al verla lloró de felicidad y juntos trabajaron en una pequeña empresa de alimentos.
Los padres de Romina no quisieron saber nada más de ella, Pero dicen que les va bien, la hermana de la morena tiene un trabajo estable así que se dan las comodidades que desean, tal vez su forma de pensar cambie con el tiempo.
Los padres de Goran se hicieron más ricos de lo que ya eran gracias a los negocios que tuvieron en adelante, lástima que eso no sea suficiente para llenar el vacío que les dejó su hijo, pero Goran los llama de vez en cuándo y es curioso, esas llamadas son más valiosas que todo su imperio. Lástima que no se dieran cuenta en su momento aunque dicen que nunca es tarde para arrepentirse.
Jael, bueno de él no se volvió a saber más, ni de él ni de la anciana. Algunos sensacionalistas dicen que ambos eran ángeles y se fueron al terminar la misión.
Aunque eso no era posible
¿O sí?

María Luisa pasó sus últimos años con una inmensa felicidad al ver a la familia que perdió y por gracia del destino volvió a recuperar, no había dicha más grande que esa.
Juan José y Hernán siguieron con sus respectivos trabajos y apoyando a sus hijos como lo habían hecho y lo seguirían haciendo.

Flavio estudió economía y conoció a una linda chica en su carrera, que curiosamente le gusta surfear tanto como a él, ojalá las cosas salgan bien con ambos.

Gia siguió con su vida normal pero se dió la libertad de escribir un libro sobre ello.

Paula y Romina compraron una casa y fundaron un refugio de animales al cual se dedicaron con todo el amor del mundo.

Aiko y Goran...bueno ellos decidieron casarse, otra vez. Y el anillo de compromiso fue el mismo, ese que había sido hecho especialmente para ella.

- Ey chicos - Dijo Flavio sonriente - Mañana se casan ¿No quisieran salir a cenar para celebrar?
- ¡¡¡NO!!!

Jaja Pero tranquilos, está vez si se casaron.
Y lo más emotivo fue que para su boda bailaron la misma canción, que bailaron por primera vez y Aiko tenía puesto ese collar, ese que había marcado un destino, su destino.

La segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora