+¿Qué fue lo que te faltó hacer?+

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A Romina le gustaba enfrentar a las personas cuando había un problema, sobre todo cuando le ocultaban algo, no había cosa que detestara más que ello.
Pero esta vez no, esta vez soltó la perilla de la puerta y se marchó en silencio.
Camino durante un buen rato hasta las afueras del hospital y se sentó en una de las bancas de la calle.

-¿Romina? - Dijo Paula al reconocerla y se sentó junto a ella- ¿Qué pasa? ¿Aiko está bien?

No hubo respuesta de la morena más que una mirada fija.

-Traje esto- dijo levantando una bolsa de papel- son algunos dulces y fruta picada, para Aiko.

- Paula...¿Alguna vez te has arrepentido de algo?
- ¿Por qué dices eso?- preguntó tomando asiento a su lado.
- ¿Crees que Goran y yo hacemos...bonita pareja?
- No entiendo ¿Sucede algo?
- Me pregunto...que hubiera pasado si él y yo nunca hubieramos sido novios.
- ¿Por qué haces todas esas preguntas? ¿No estás segura de casarte?
- Antes lo estaba, pero creo que ya no.
- ¿Te hizo algo?
- Creo que... no será del todo feliz conmigo, creo que puedo entenderlo, tengo un caracter dificil sabes...
- Como no saberlo, eres testaruda, ruda, fuerte, cuando las cosas no te salen las golpeas y lanzas maldiciones- respondió riendo.
- ¿Crees que deba ser más delicada?
- No, eres increíble así. Te ves linda cuando te enojas.
- ¿Así era antes?
- Sí, incluso al inicio no te caí bien, dijiste que era un desastre andante, pero me parecías tan interesante que quise saber más de ti, eres una chica peculiar.
- Gracias...
-Si Goran no te quiere así, no es tu culpa, ni culpa de él, hay personas que no encajan, y eso no es malo, seguramente cada uno encaja en un lugar diferente.
-¿Y yo te gustaba así?
- Te adoro así- respondió antes de irse.

Romina decidió levantarse y seguir caminando.

-¿Sigues teniendo dudas?
- Ya sé quien eres- dijo girandose a ver a la anciana- tú eras mi abuela.
-Sí...así me decías de cariño, trabajabamos juntas en el refugio.
-Luces igual que en ese tiempo...
-No hablemos de mí ¿Aún quieres casarte con Goran?
- ¿Crees que a estas alturas puedo dar vuelta atrás?
- ¿Por qué no puedes dar vuelta atrás?
- Porque mi madre espera que me case con Goran.
- ¿Aún quieres a Paula?
- No puedo dejar a Goran por Paula
-¿Por qué?
- ¿Por qué? ¿No es obvio? ¡Mi madre va a matarme! Ella y la madre de Goran esperan hacer un negocio y...
- ¿Te casarás por dinero?
-¡No! Bueno...esa no era la razón por la que acepté.
- ¿Sabes por qué estas aquí?
- ¿A que te refieres?
- ¿Sabes por qué se te concedió una segunda oportunidad?
- Porque todos al morir reencarnan ¿No?
- No, Cuando mueres otro nace, pero aveces una sola vida no fue suficiente para hacer todo lo que debías hacer, cuando se te da una oportunidad de vivir otra vez es para que termines lo que te faltó hacer antes. ¿Recuerdas cómo era tu vida antes?
- Sí, bueno recuerdo algunas cosas.
- Bien, ahora piensa ¿Qué fue lo que te faltó hacer?
 
La anciana sonrió y siguió su camino dejando a la morena parada en la acera con la mirada perdida totalmente sumergida en sus pensamientos.

- ¿Qué me faltó hacer?

Y así pasaron los días

- No eh sabido nada de Romina en todo el día- le decía Aiko a su madre mientras la llamaba por enesima vez- no contesta el celular, espero no sea nada malo.

En eso tocaron el timbre, era Goran.

-Hola... ¿Romina está aquí?
- ¿Tú tampoco la has visto?
- Dónde se habrá metido...¿Cómo estás? Ya pasó casi una semana desde que te encontré.
- Por suerte estoy como nueva, no tuve nada grave. ¿Crees que le haya pasado algo a Romina?
- Esperemos que no- contestó el alto con preocupación- Estoy a tres semanas de casarme, no quiero llegar al altar sin novia- dijo sonriendo divertido, aún así se podía notar la pena en sus ojos, Aiko lo conocía demasiado bien.

El móvil de Goran empezó a vibrar.

- ¡Al fin sé de ti! Ya me estaba preocupando ¿Dónde rayos estás?
- En el parque del alamillo, ¿Podemos vernos? Necesito hablar contigo.
- Voy para allá- colgó.

- ¿Ella está bien?- Preguntó Aiko
- No lo sé, ire a verla.
- ¿Puedo ir contigo?
- Dijo que necesitaba hablar conmigo... pero de seguro no habrá problema, eres su mejor amiga.

Ambos subieron al auto.

-Oye calabaza, ¿Podemos ir a tu departamento primero?
- ¿Para qué?
- Tengo que darte algo.
- De acuerdo.

Cuando llegaron al departamento, Goran sacó una caja de la maletera de su auto y entró con ella sin decir palabra alguna, Aiko confundida pero a la vez curiosa lo siguió con el fin de saber que era lo que tenía para ella.

Cuando Goran abrió la caja, Aiko parecía que iba a explotar en alegría en cualquier momento.

Había un estuche de pinturas acrílicas, acuarelas, oleos y muchas cosas más, incluso había un juego de pinceles y una paleta. Aiko quiso sacar todo lo que había en la caja como un niño en navidad, pero Goran la cerró con rapidez y la alejó.

- Lo verás todo con calma después, Romina nos espera.
- Seguro que ustedes tienen mucho de que hablar- dijo mientras abrazaba la caja como si de un bebé se tratase.
- Está bien, si quieres quedarte hazlo, espero todo eso te sirva.
- Oh claro que si, es una maravilla- Dijo sin dejar de abrazar la caja
- Ten cuidado, la caja es más grande que tú, no intentes cargarla.
- Ja ja muy gracioso- dijo inclinandose para levantar la caja sin exito.
- ¿En verdad no puedes cargarla?- dijo soltando una carcajada.
- Idiota- dijo tirando un manotazo
- Te atreves a golpearme pequeño duende.

Aiko le soltó un golpe en el brazo y aunque se quejó adolorido no dejó de molestarla incluso le hizo cosquillas lo que obligó a la bajita a tomar distancia.
Goran tomó la muñeca de Aiko y la atrajo hacia él para continuar molestandola pero aunque trató de no usar tanta fuerza el tirón hizo que ella chocara contra él cayendo ambos al sofá mirandose fijamente.

Aiko sintió un escalofrío, el mismo sentimiento que la asaltó en el hospital, el beso de aquella vez fue diferente a los anteriores, no hubo presión, impulso ni frialdad, aquella vez sintió un beso suave, dulce, con algo de timidez, lo sintió como Elián por primera vez en esta vida y eso la asustaba pero a la vez quería sentirlo de nuevo.

Aunque no podía darse ese lujo.

- Estamos muy cerca...- dijo separandose avergonzada.
- No sé si pueda...
- ¿Qué cosa?
- Seguir finjiendo que no sucede nada.
- Realmente no sucede nada...
-¿A quién quieres engañar? Aiko, si Romina y yo...no fueramos nada, ¿Tú me aceptarías?
- Ese no es el caso.
-No evadas mi pregunta.
- Si fuera así no importa, ese no es el caso.

Goran se acercó a Aiko y la abrazó, Aiko solo se dejó sin decir nada, él empezó a acariciar el corto cabello de la bajita para despues bajar hasta sus lindos mofletes sonrosados para finalmente plantar un beso en su frente.

-Cuando te cases, me iré a Perú, para siempre- dijo la bajita con tal frialdad que dejó a Goran paralizado por un momento.

- Creí que no vendrías- Dijo Romina sin mirarlo a la cara.
- ¿Está todo bien?
-Sí- dijo algo dudosa mientras se acercaba un poco
-¿Qué pasa?
-Hueles al perfume de Aiko
-Estuve con ella, fui a dejarle una caja con pinturas antes de venir, quiso verte pero dijiste que teníamos que hablar de algo.
-Estuviste con Aiko...
-Ehhm sí ¿Qué era lo que debías decirme?
- Iba a decirte que aún no tenemos los aros de matrimonio.
-Solo era eso
- Los anillos son importantes- dijo frunciendo el ceño
-Tienes razón, los conseguiré.
- Cuando nos casemos...seremos muy felices ¿Verdad?
- Claro...-dijo cabizbajo.

La segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora