Goran intentaba con todas sus fuerzas desatarse mientras veía como la pequeña flama iba recorriendo lentamente la soga rogando internamente que se apague.
Aiko y Jael llegaron al lugar mientras que Gianella se quedó en el auto a esperarlos, ambos entraron con mucha cautela, el lugar en ruinas se veía bastante aterrador, luego de caminar un poco vieron a Alexandra salir por una puerta que había al otro extremo del lugar, ella intentó correr y Jael intentó seguirla mientras que Aiko corría a buscar a Goran.
Para ese momento Goran estaba tranquilo y resignado a morir, había dejado de luchar y simplemente esperó el final, para su suerte Aiko entró y se arrodilló para buscar en su mochila algo que pudiera servir para apagar la flama, encontró su bisturí para dibujar en el bolsillo derecho y cortó la soga para que el fuego no siguiera avanzando.
Con esta herramienta también cortó la soga que tenía Goran y lo ayudó a salir, con mucha dificultad lograron avanzar hasta la salida pero antes de llegar al auto Goran se detuvo para mirarla un momento.
-Gracias, en verdad. Pensé que no iba a volver a verte
-No podía permitir que Romi y tú salgan heridos, ustedes no van a separarse, ustedes si debían vivir... no quiero que pase lo que--
Aiko decidió callar pero aún así Goran completó lo que quiso decir
-Que pase lo que nos pasó a nosotros...
-Mmm... Faltan solo un par de meses para su boda, merecen estar tranquilos y felices.
Jael llegó triste y con la mano derecha sobre su hombro izquierdo, cojeando un poco, lamentablemente Alexandra se le escapó. Pero eso no era lo importante ahora, solo importaba que todos estuvieran a salvo.
Gianella abrazó a su hermano apenas lo vio y todos se dirigieron a casa de Martina.
En el auto Aiko sacó un pañuelo que tenía en su pequeña mochila para limpiar el rostro de Goran mientras este se dejaba limpiar dócilmente, Gianella de rato en rato de detenía a verlos por el espejo retrovisor.
Por otro lado Paula y Flavio se habían quedado cuidando a Romina, la de gafas se encargó de curar su pequeña nariz, a secar su cabello y darle ropa limpia.
-Resultó que tu eras la buena...- comentó Romina aún sin procesar todo lo que había pasado.
Paula no dijo nada, solo depositó un pequeño beso en su frente y la miró con ternura
-Me siento una tonta por haberle creído a Ale, me engañó muy fácilmente
-No eres ninguna tonta, Ale está muy mal de la cabeza y al principio pues no parece que fuera mala, es difícil darse cuenta de sus intenciones. Pero quiero que sepas que a pesar de todo siempre haré lo posible por verte feliz.
Romina sintió algo nuevo, algo que ni siquiera había sentido con Goran, era como si su corazón se llenara de electricidad, como si esa chica ruda y extrovertida que solía ser se hubiera esfumado y solo quedase ese lado vulnerable que nunca quiso mostrarle a nadie, por primera no se sentía protectora, por primera vez se sentía protegida realmente, era una sensación que no sabía como explicar, al mirar a Paula de pronto sentía como si la conociera desde siempre.
El corazón tiene memoria...
-Paula... si ambas nos caímos de ese piso... entonces ¿Por qué no tenemos la misma edad?- preguntó después de escuchar toda la historia.
-Porque yo quedé en coma cinco años sin mostrar mejoría, mis padres no tenían tanto dinero y pues luego de ese tiempo fallecí. Por eso es que soy menor que tú, o eso fue lo que averigüé