+ Jamás pensaría eso +

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13 de abril de 2019--

-Sí...me gustaría bailar...bailemos...

-¡A qué hora planeas levantarte!- decía una mujer en bata con el cabello recogido mientras golpeaba a la muchacha con una almohada.

-¡Ay mamá! Noooo!

- El desayuno se enfría y ya es tarde

-Interrumpiste mi baile con Elián mamá- decía mientras bostezaba.

-Elián esto, Elián aquello, es lo único que dices cada vez que despiertas, estoy pensando seriamente en llevarte con un psicólogo.

-Pero se sintió real mamá, él me regaló el collar que tanto me había gustado ¿Lo recuerdas? llevo semanas soñando con ese collar y finalmente él--

- Ya basta Aiko.

-No me gusta ese nombre, prefiero Celine- dijo son una sonrisa.

- Ahí vas de nuevo con ese nombre, son sueños Aiko, solo eso ¿Comprendes?

-Pero mamá a la chica que llama Celine soy yo, estoy segura de que soy yo y--

-Aiko, no pienso discutir contigo otra vez, ve a ducharte y luego bajas a desayunar.

La madre de Aiko se retiró de la habitación mientras ella buscaba ropa limpia, cuando se quedó sola rápidamente busco en el cajón de su mesita de noche una libreta en la que escribía todos sus sueños, ella sabía que todos tenían relación y estaba dispuesta a descubrirlo sin importar que le dijeran lo loca que estaba.

Era increíble para el que pudiera ver a la misma persona en diferentes vidas, Celine y Aiko, la misma cara, una con el cabello largo y la otra con el cabello tan corto que era imposible de recoger, una humilde y la otra con suficientes comodidades pero al final, era la misma.

Después de ducharse y desayunar tomó su cartera y se dirigió a la puerta.

-¿A dónde crees que vas?

-Oh vamos mamá, ya tengo 20 años

- Pero tú aún vives en mi casa, y mientras sigas viviendo bajo mi techo yo--

- Vale vale, está bien, solo iré al café de siempre, Romina me está esperando.

-De acuerdo, no te hagas tarde para el almuerzo.

Aiko salió de muy buen humor, tomó el transporte público y llegó lo más pronto que se pudo al café en el que había quedado con su amiga.

- Te tengo que contar-dijo cuando apenas se sentó en la mesa en la que se encontraba su amiga- Elián me regaló el collar, el collar que tenía una piedra roja, ¡me lo compró! ¿Puedes creerlo?

-Eso es maravilloso- dijo la morena de cabello largo con una sonrisa fingida.

-¿Verdad que sí?- dijo Aiko emocionada.

-Enserio debo enviarte con un psicólogo...

- ¿Qué?

-Que mi novio es un psicólogo- dijo sonriente

- ¿Tienes novio ahora? ¿Y por qué no lo sabía?

-Pues porque me lo pidió ayer, es por eso que quise juntarme contigo hoy, para contártelo.

-¿Y cómo se llama?

-Goran, es lindo, te agradará.

-Ya quiero conocerlo- dijo Aiko después de beber un sorbo de capuccino.

-Ya lo conocerás- dijo en lo que se llevaba un trozo de pie de limón a la boca- ¿Y que hay de ti?

-Bueno esta Elián y...

- Me refería a la vida real.

-Bueno no pero... tal vez algún día encuentre a Elián y...

-¿Quieres buscarlo aquí?

-Pues sí, he pensado en que tal vez podría encontrarlo, por favor no pienses que estoy loca, es que si lo encuentro tal vez pueda saber la razón por la que sueño tantas cosas con él.

-Bien está bien, pero ¿si sabes cómo es verdad?

- Claro que sí, incluso hice un dibujo, te lo voy a mostrar.

Aiko abrió su pequeña cartera para buscar una hoja doblada con el dibujo que había hecho sin poderlo encontrar, vació todo lo que tenía sobre la mesa causando alboroto sin encontrar nada.

-Creo que lo perdí- dijo triste.

-Descuida, ya después me lo mostrarás.

- Sí, no te preocupes haré otro- dijo mostrando una sonrisa apenada.

-Vale, y no estás loca, jamás pensaría eso.




La segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora