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Unos cuantos días después, llego a la casa una carta de "cuidados infantiles pos divorcio de los padre biológicos"; si el nombre parece inventado, pero créanme que era demasiado real. En ella relataba la gran preocupación psicológica del menor, por lo que durante una semana se harán diferentes eventos donde convivirán ambas familias, todo por la salud mental de Peter y su nueva vida.

Y claro, la carta estaba firmada por la mismas personas de cuidados infantiles, el juez y, ¿que creen?, la firma de Pepper también estaba ahí. De seguro ella tiene algo que ver.

Con resigno tomé mi celular y marque el número de Steve. Tres tonos después la grave voz del rubio sonó del otro lado de la linea. Por unos instantes me paralice, y es que escucharlo tan cerca de mi, con su profunda voz y elegancia; a cualquier Omega lo tendría estremeciéndose.

- Rogers.- Intente de que mi voz sonara firme y deje atrás cualquier pensamiento impuro hacia él.- Espero que hayas recibido la carta.- Hable mientras tomaba asiento en el sofá.

- Hola Anthony, me encuentro de maravilla.- Dijo con sarcasmo.- Y si, acabo de terminar de leerla, pero antes que digas algo, esto lo haré solo por Peter.

- Créeme no me complace estar en el mismo lugar que tu...novia.- Calma Tony, malas palabras no.- Como sea, ¿iremos a comer a tu casa o a la mía?- Pregunte con impaciencia.

- Como no quiero morir intoxicado preferiría que fuera en mi casa y con comida de mi mano, si no te molesta.- Ese maldito...

- Bien, estaremos ahí mañana. Adiós.- Colgué sin esperar respuesta. 

Con algo de tristeza acaricie mi vientre, mi porotito, otro hijo de Steve y esta vez él no estaba enterado. Aunque yo algunas veces sonara fuerte y repitiera que esto podía llevarlo solo, pero a veces hay limites, y aunque también estaba Strange, esto no era lo mismo. No quiero que mi porotito crezca sin que su Padre biológico sepa de él, pero si le digo, Steve es capaz de quitármelo.

🌻

- ¡Peter, ¿estas listo?!- Llame mientras toma mis cosas de la mesa de centro. El día anterior le comente a Peter sobre la semana con sus Padres, al principio se mostró dudoso, pero acepto con la idea de salir los siete días a lugares diferentes.

En unos minutos baja Peter con su ropita media formal y su gran sonrisa. Tomo su mano y salimos de la casa, esta vez Happy nos llevara a la casa de Steve y Strange nos traerá de vuelta, me hubiera gustado que él me acompañara al almuerzo, pero surgió cierto inconveniente en la clínica.

Se disculpo por no acompañarme, pero prometió asistir el segundo día.

No tardamos mucho, y a los pocos minutos ya nos encontrábamos fuera la casa del rubio. Si no mal recuerdo esta sería la primera vez que vería su "humilde hogar" y, ahora, al estar fuera y en vivo no pude evitar pensar que está era la casa soñada que alguna vez Steve deseaba. No se veía de mucho lujos, quizás lo necesario, pero era cómoda, tenia el lugar necesario para una pequeña familia, además de estar en un barrio tranquilo. 

Nos abrió Sharon y saludo a Peter con un beso en sus mejillas y un gran abrazo, a mi solo me dio la mano y apenas hizo una mueca. Al entrar todo se sentía cálido, las paredes eran adornadas con fotos de los integrante de la morada y, claro, eso incluía a Peter.  Los muebles eran los necesarios y el espacio era lo justo, no te sentías solo con ese espacio demás.

Steve apareció por la puerta de la que sería la cocina, saludo de manera muy afectuosa a Peter y lo lleno de besos, le acaricio con cariño los castaños cabellos y le dedico una mirada llena de amor paternal. Le dio un dulce que tenia en unos de los bolsillos del delantal y le dijo que se lo comiera en la sala. 

Una vez que mi bebé se fue, Steve se acerco a mi.

- Vaya, Anthony, me sorprende saber que Peter se encuentra en perfecto estado sabiendo que vive contigo.- Lo mire mal, ¿este sujeto creía que no podía cuidar de él?- Además de pensar que viniste aquí sobrio, si lo estas, ¿verdad?, porque no quiero que Peter tenga de nuevo esa imagen de t...

- Si, Steve...- Interrumpí bruscamente.-...aunque no lo creas no he bebido hace más de cuatro meses.

Su sonrisa, esa maldita sonrisa que pone cuando te dice, no, te grita que mientes, que aunque implores porque dices la verdad, él no da su brazo a torcer, no confía.

Toda esta velada será un total infierno.

Hasta que tú nos separes |Superfamily, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora