Hasta que tú nos separes |Superfamily, Omegaverse|

XVIII

- ¿Que dices, Steve?, nosotros no tenemos nada de que hablar, lo dejamos claro frente al juez.- Dije intentando de no titubear.- Además estoy cansado, déjame ir a dormir.- Intente de apartarlo de la puerta de la cocina, pero no cedía.

- Anthony, puede que mis hipótesis no sean correctas, y quizás yo no lo sea, pero si es lo contrario, me gustaría poder hablar lo.- Su tono era sereno, no parecía la misma persona que anteriormente me había juzgado, como si hubiera cambiado en algo. Creo que solo bastaron cinco meses para que mi porotito sea un completo desconocido de su Padre.

- Oye mira, ¿te parece conversar mas tarde?, de verdad que no puedo pensar claramente.- Dije con un tono parecido a un susurro. Él pareció entender ya que me soltó y me abrió camino.

Subí lo mas rápido que pude las escaleras y de camino a los pasillos me encontré con Stephen. Tenia un rostro que reflejaba preocupación pura, él quizás debió haber escuchado parte de la conversación que tuve con Steve, o simplemente me delataron mis feromonas. Solo se limito a envolverme en sus brazos y susurrarme en mi odio que todo estará bien.

- No lo quiero perder, Stephen.- Me aferre a él y solté todo mi lamento, ahora estaba entre la espada y la pared, Steve tiene de todo para ganar la custodia de porotito, y solo con el simple hecho de que se lo oculte, él podrá usarlo a su favor.

- No te aflijas, cariño. Si debemos pelear, pelearemos, pero podríamos comenzar contándole todo, tendrías la posibilidad de llegar a un acuerdo, y si el no lo desea entonces usaras eso a tu favor, pero aun no caigas.- Tomo mis mejillas y me hizo elevar la mirada, beso con suavidad mis labios y acaricio con ternura mis pómulos.- Te quiero, Tony.

- También te quiero, Stephen.

🌻

Lo que resta de la noche pude descansar apropiadamente y me sentía con las energías renovadas. Todos nos levantamos cerca de las diez de la mañana. Unos, como Sharon, prefirieron desayunar en la cama.

Nosotros comimos huevos con tocino y jugo de naranja, Stephen lo quiso comer con un poco de pan, en cambio nosotros, Steve, Peter  y yo, los comimos prácticamente sin nada. Todo estaba muy rico y estaba a casi nada de hacerme una segunda ronda, pero el sabor y la suave textura de los malvaviscos de anoche me tenían con un gran antojo. 

Unos minutos pasaron donde el ambiente con Steve era de lo mas incomodo, se notaba lo ansioso que estaba por hablar el tema que, de seguro, no pudo dormir anoche. El silencio se vio interrumpido por una pequeña pelea que se estaba generando desde el otro lado de la puerta de entrada. Stephen fue el que se acerco a la puerta para que después mostrara a los individuos.

- ¡Tío Loki!- Grito Peter una vez que diviso a las personas. Este lo recibió con un gran cariño, detrás de él estaba su esposo, Thor, cargando con unas cinco maletas.

- ¡Amigo Peter!- Stephen lo ayudo con algunas de las maletas y entraron por completo.- Amigo Tony, ¡Engordaste!

- ¡Thorpe!, esas cosas no se dicen.- Lo regaño Loki.- Cariño, no puedo imaginar tus días sin mi asombrosa presencia.- Reí ante lo dicho y nos envolvimos en un afectuoso abrazo. Me alegraba volver a ver a Loki.

Saludo de una forma educada a Steve aunque se notaba a kilómetros el aura maligna que lo envolvía. Por otro lado, Thor lo saludo como suele hacerlo, ambos eran muy buenos amigos, por lo que entiendo que él ignora el asunto que nos involucra.

- Oh Steve, hay mas visitas, que genial.- Por las escaleras bajaba Sharon con su bata color purpura, pantuflas de arco iris, su pelo alborotado junto con algunos nudos y, ¿eso era baba en su mejilla?

- Amigo Steve, no habías dicho que tenias una prima salvaje.- Dijo Thor de una manera muy inocente haciendo reír a Peter.

- No, Thor, ella es mi novia.- Dijo no muy convencido, haciendo que la rubia arqueara una ceja.

- ¿Que?, ¿ya no estas con el amigo Tony?- Pregunto una vez que pasaba su mirada por todo mi cuerpo y después al cuerpo de ella, creando una muy notable mueca en su rostro. 

- Anthony.- Me llamo Loki y me dio unas de sus miradas que decían "Es hora de hablar y no te escaparas de esta".