Mi cuerpo tiembla sin que mi garganta pueda producir ningún sonido al gritar. Sus fornidos brazos me atrapan contra el suelo, todo su peso recae en mi cuerpo desmostrándome al violador que esconde tras esa espléndida sonrisa. La doble cara que esconde al mundo y se manifiesta de noche. Su apariencia angelical había sido siempre la trampa en la que hace poco he caído, y ahora, que siento entre mis piernas su miembro erecto y endurecido a la vez que su lengua recorre mi cuello sin empatía, me odio por haber cruzado la mirada con la suya por los pasillos del instituto. Escucho como su risa se entromete por mis oídos. A medida que mis flacuchas extremidades van perdiendo fuerza me mentalizo para ser nuevamente su presa, para sufrir una vez más y esta vez siendo consciente de lo que sucede. Antes de que vuelva a ponerme su sucia mano encima advierto una respiración a pocos centímetros de mi rostro.
Me levanto bruscamente y me encuentro a pocos centímetros con unos ojos azules-grisáceos que me miran con preocupación. En ese momento, soy consciente de que he tenido una pesadilla. El rostro de Luke permanece estático a escasa distancia, su nariz y la mía casi se rozan de no ser por las sábanas que me rodean por la cintura y tiran ligeramente hacia atrás. Me fijo en sus labios cuyos se abren para dedicarme una amplia sonrisa, después agacha la cabeza ligeramente y examino la bandeja que sujeta con sus grandes manos.
– Buenos días.
Su voz es una melodía que disipa todos mis temores. Posee la magia de poder hacer que mi pesadilla se convierta en algo pequeño e insignificante. Posteriormente, me acompaña sentándose a mi lado y dejando la bandeja encima de la cama, coge una rebanada de pan de molde con mantequilla y mermelada y me la ofrece con un brillo indescriptible en sus ojos. No puedo creer que siga aquí. Normalmente, mis peticiones no solían hacerse realidad. No sé cuanto tiempo he dormido, pero desde luego se ha tomado la molestia de madrugar y preparar el desayuno.
Un aroma a gel de ducha envuelve todo su cuerpo y su cabello reluce húmedo y rebelde cayendo por su frente, mientras que los hoyuelos se marcan fácilmente a cada extremo de sus mejillas. Mi ensimismamiento en su profunda y tierna mirada perdura cuando Luke desiste a la idea de seguir esperando para darle el primer bocado a la tostada. Observo cada detalle que me ofrece de perfil, su mandíbula marcada seguida de un largo cuello del cual sobresale la nuez y se une a sus visibles clavículas que me ofrece por su desabrochada camisa estampada. Es un nuevo look que todavía no había visto en él. Es realmente atractivo.
– ¿Me mirarás hasta que termine de desayunar? – dice con una sonrisa ladeada sin girar su cabeza, sacándome de mi embobamiento. Puedo sentir como el rubor en mis mejillas aparece de repente. – Willow. – me llama en un susurro. Deslizo un recorrido por su pecho, cuello, labios y nariz hasta que me detengo en sus ojos. En ese instante, su rostro se acerca al mío despacio, produciendo la alteración de mis hormonas en la parte baja del abdomen. – ¿A quién estás devorando con esa mirada?
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WILLOW. ©
RomanceDespués de una noche larga y oscura surge la incertidumbre de tus actos. Lo único que recuerdas es una pluma negra y unos ojos cuyos no sabías que en ellos se encontraba el mismísimo infierno. Con todo lo ocurrido no puedes confiar de la misma maner...