Dos horas después, me siento mareado y atrapado en los efectos de todo el alcohol que he ingerido. Todo me da vueltas. Las luces se mueven más rápidas de lo normal y a la misma vez la música estalla en mis oídos cuando se reproduce una nueva canción a todo volumen. Nunca podré acostumbrarme a los decibelios ni al apeste a alcohol. Mi cuerpo yace en una pequeña sala VIP , tumbado en el sofá negro totalmente poseído por el ron. Aún así mi atención se posa en Willow, quien hasta hace unos minutos estaba apoyada en la barra mirando a toda la gente bailar en la pista inferior. El vestido que rodea su cuerpo se ve increíble en ella, destaca algunos de sus pequeños lunares los cuales me encantaría recorrer con mis propios dedos. Su melena morena con mechas rubias caen en cascada por su espalda desnuda. Sonrío. Estaba seguro de que cada detalle se vería genial en ella. Era un vestido sencillo, de esos que las chicas se podían poner para ir a una fiesta o bien para salir cada día de la semana. Se detiene a unos metros para observarme, y eso provoca que mi corazón palpite a toda intensidad.
Intento recuperar mi aliento, deslizar mi trasero por el sofá y levantarme apoyando mis manos en mis rodillas. Cuando creo tenerlo todo controlado, un mareo nubla por completo mi visión y acto seguido, sus manos rodean mi cintura para sujetarme. Es alucinante lo que ella provoca en mi cuando sus ojos brillantes y fijos se clavan en los míos, cuando sus labios se separan y parecen esperar para juntarse con los míos. Sus manos se mantienen quietas durante un tiempo hasta que decido tomarlas para entrelazar nuestros dedos con torpeza. Willow suelta una risa y agacha su cabeza para que no descubra el rubor de sus mejillas, pero ya es demasiado tarde. Le pido que me mire, que no se esconda y me muestre cada una de sus expresiones. Necesito conocer todo de ella.
– ¿Te encuentras bien? – pregunta con su melodiosa voz.
– Sí...
– ¿Por qué has bebido tanto?
– Por... – un sabor amargo habita en mi garganta mientras trato mantenerme de pie, junto a ella. –, hmmm. – acerco mis labios a su oído. – No quiero que bebas nada de alcohol.
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WILLOW. ©
RomanceDespués de una noche larga y oscura surge la incertidumbre de tus actos. Lo único que recuerdas es una pluma negra y unos ojos cuyos no sabías que en ellos se encontraba el mismísimo infierno. Con todo lo ocurrido no puedes confiar de la misma maner...