Aclarar las cosas no era uno de mis puntos fuertes, siempre tenía mil cosas rondando por mi cabeza y me cargaba de una negativa tensión por todo el cuerpo que no me permitía solucionar nada. Pero debía enfrentarme de una vez por todas a cada una de ellas. Empezando por empacar mis cosas y mudarme a otro lugar. Me encuentro en la habitación de Luke, caminando de un lado hacia el otro metiendo mi ropa de cualquier manera y todas mis pertenencias en mi maleta y en la bolsa de mano. Pensé que estaría en casa, sin embargo, no hay rastro de él por ninguna parte. Liam, que tan pronto me descubre, se acerca a mi y se ofrece a ayudarme.
— Admito que mi hermano es un imbécil.
Le echo un vistazo rápido tras escucharle y después suspiro, volviendo a lo mío y dándome toda la prisa que puedo para no encontrarme con su hermano. Creía que le volvería a ver y si así era, hablaría las cosas por última vez en persona, pero a la vista está que no quiere esforzarse por terminar bien. Sigo sin entender nada. Ni su actitud conmigo ni su actitud con Jessica. Pero no me gusta nada y me siento mal, traicionada y engañada. Pensaba que Luke tenía la total confianza de comunicarme cualquier cosa y ser sincero, pero los hechos me han dado una buena bofetada en la cara y ha hecho que la venda se me cayera de los ojos. Llevaba a penas año y medio con él y pensaba que la relación funcionaba, pero se olvidó de varios detalles importantes como el hecho de apoyarme en el juicio, de estar ahí cuando le necesitaba, de mostrarse cariñoso... Es un hecho que las cosas cambian y las personas con éstas también.
Y entonces, una lágrima recorre una de mis mejillas lentamente sin percibirla. Liam me coge por los hombros y me voltea para que lo mire, levanta mi cabeza por el mentón y me dedica una pequeña sonrisa. Se la devuelvo sin duda, al fin y al cabo, le he cogido mucho cariño. Me abraza y apoyo mi frente en su hombro por unos minutos.
— Te quiero, que lo sepas, eh. —me retira suavemente y nos miramos a los ojos. — Más te vale mantenerte en contacto conmigo. Puedes seguir contando con mi apoyo.
— Está bien... ¿Podemos darnos prisa? No me gustaría cruzarme con tu hermano ahora mismo. Necesito tener la mente fría.
— ¿Para qué? No estarás pensando en hablar nuevamente con él. — me encojo de hombros dudando. — Si yo fuese tú no le hablaría más.
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WILLOW. ©
RomanceDespués de una noche larga y oscura surge la incertidumbre de tus actos. Lo único que recuerdas es una pluma negra y unos ojos cuyos no sabías que en ellos se encontraba el mismísimo infierno. Con todo lo ocurrido no puedes confiar de la misma maner...