27

79 43 31
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






Era la primera vez que mi corazón se detuvo en el momento en que la vi caer al mar, hundirse bajo el océano mientras las olas rompían con fuerza y este la devoraba hasta lo más profundo. No pude controlarme y simplemente, me escabullí de todos los brazos que intentaron detenerme. En ese instante, me di cuenta de que si ella desaparecía yo no podía ser el mismo. Sabía que el mundo que construímos entre los dos se derrumbaría y después caería yo. No me importó lo más mínimo tener las muñecas esposadas, a Willow no le quedaba mucho tiempo. Tuve que abalanzarme por el precipio, siguiendo los sentimientos que en mi corazón ella había a creado.

Cuando caí, sentí como el miedo se adueñó de mi por unos segundos. Pero después, seguí las burbujas que salían de ella y buceé sin importar el oxigeno que estaba comenzando a faltarme. Solo quería salvarla. Por suerte, aunque con algo de dificultad, la agarré con mis manos y nadé a contra corriente siendo empujado por la fuerza del agua. Fueron unos minutos horribles en los que dejé mi garganta para pedir auxilio mientras abrazaba con fuerza a Willow para que el mar no me la arrancara de los brazos, por que nunca jamás dejaría que nada ni nadie se la llevara.

En este mismo instante, mientras recuerdo lo sucedido hace unas pocas horas, permanezco a su lado esperando a que se recupere. Necesito que abra los ojos y saber que se encuentra bien, que me recuerda. Por suerte, Willow no llegó a darse con alguna de las rocas, eso hubiese sido una muerte instantánea. Aún así, me mantengo ansioso y preocupado. Acaricio su mano derecha sin dejar de mirar fijamente como está durmiendo profundamente y respirando el oxígeno procedente de una de las máquinas que la rodean. Ha sufrido algunos rasguños en los brazos, y las heridas producidas por un cuchillo han sido lavadas y curadas por las enfermeras.

La polícia está investigando el caso, tratando de entrelazar las piezas del puzle mientras interrogan a Evan en la sala exterior. Este entra en la habitación una hora después, se acerca a nosotros y desvía la mirada hacia Willow respirando hondo y soltando un suspiro. Se lleva las manos a los bolsillos y me mira.

– ¿Cómo estás? – pregunta.

– Muy preocupado. – contesto asintiendo con la cabeza. – ¿Está todo bien?

WILLOW. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora