Es de noche, fuera corre una ventisca agradable que balancea ligeramente las ramas del árbol cercano a la ventana por la cual estoy fijando mi vista al exterior para descubrir el nuevo barrio iluminado en el que llevo viviendo un par de días. Nunca antes me había fijado como ahora en lo bonito que se ve. Levanto la vista hacia el cielo sin dejar de pensar en el lío en el que me he metido. ¿Por qué tuve que coger el arma? Si no lo hubiese hecho ahora no tendría al oficial Nuñez vigilándome.
Al cabo de un momento, siento una mano grande y cálida sobre mi hombro haciendo que me dé la vuelta pegando un pequeño saltito en el sitio. Luke me expresa con su amplia sonrisa la tranquilidad que necesito, se sienta a mi lado y desvía la mirada hacia el exterior mientras sale un suspiro de su boca y sus ojos se mantienen fijamente observando el coche patrulla que se encuentra aparcado al otro lado de la carretera.
– ¿Por qué no vienes abajo? Liam va a poner una película. ¿Te apetece verla?
– Hace demasiado tiempo que no veo una. – admito, recordando la última vez que fui al cine. – ¿De qué va? – Luke me dirige su mirada, haciendo una mueca de asco pero a la vez divertida provocando que me ría. – ¡Vamos! ¿Cómo se llama?
– Los mutantes. Son unos bichos que se cuelan por el cuerpo de los humanos. Pretenden extinguir a la humanidad con el fin de ser los únicos habitantes de la Tierra una vez haberlos vigilado desde el espacio con su tecnología avanzada. Gracias a la información obtenida desde su base, se introducen entre las personas de forma diminuta para obtener su extinción. Algo muy extraño. No es nada romántica.
– ¿A caso quieres ser romántico conmigo?
Soy capaz de apreciar como sus mejillas se tiñen de un color rojizo, después se levanta y me ofrece su mano con una sonrisa pícara que a la vez se fusiona con el brillo de sus ojos. Me agarro a su mano levantándome gracias al tirón que él produce para pegarme a su cuerpo, tomándome de la cintura y mirándome directamente a los ojos.
– Puedo ser de todo un poco a la vez. ¿O no me conoces ya?
– ¡Deja de hacer eso! – grito escondiendo el rostro con la ayuda de mi cabello. – Me pone nerviosa.
–¿Puedo saber qué más cosas te ponen nerviosa?
Su voz suave y ronca provoca un escalofrío que recorra cada rincón de mi cuerpo, tiendo a mirarle con los labios ligeramente abiertos para poder recuperar mi aliento de manera disimulada. Su mirada grisácea con tonos verdosos me escanea hasta detenerse, incluso se acerca cauteloso a la vez que una de sus manos se introduce entre mi cabello y mi cuello, seduciéndome y llevándome a su terreno.
Ese terreno cuyo está sembrado con los diferentes colores de las flores, el césped y una brisa agradable. Siento que puedo ser una completa sumisa ante sus intenciones, dejarme guíar por las indicaciones que me conducirían a un paisaje hermoso y surrealista, tal vez uno jamás visto. Hasta ahora, todo lo había visto de color negro. Pero comienzo a sentir como mi corazón palpita y mis piernas tiemblan, y no es del miedo.
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WILLOW. ©
RomanceDespués de una noche larga y oscura surge la incertidumbre de tus actos. Lo único que recuerdas es una pluma negra y unos ojos cuyos no sabías que en ellos se encontraba el mismísimo infierno. Con todo lo ocurrido no puedes confiar de la misma maner...