Mi vida toma sentido en el momento que me encuentro comiendo en la misma mesa junto a Luke, quien se acaba de levantar y está pasando por una severa resaca. De todos modos, su aspecto luce más atractivo ante mis ojos. Su lengua repasa sus labios a la vez que me devora con su mirada. No soy capaz de articular palabra. El silencio habita en la estancia, haciéndome sentir cómoda a pesar de no mantener una de nuestras charlas. El tiempo que estamos en silencio, recuerdo todos los momentos que Luke me ha regalado. Han sido pocos, pero han creado sensaciones grandes y maravillosas en mi interior. No sé de qué manera agradecerle todo lo que ha hecho por mi. Tengo miedo de hacerle daño.
Luke juguetea con la comida antes de introducirla en su boca, lame la comisura de los labios y disfruta del sabor entre tanto lo miro sin que pueda darse cuenta. En una de las veces por llamar mi atención, choca sus rodillas con las mías por debajo de las mesa, sin embargo, agacho más la mirada al plato de comida. Siento que si le miro puedo ser devorada por las mariposas. Tanto él como yo no podemos entender como puedo ignorar durante tanto tiempo observar sus ojos tan característicos. Su cabello rubio revuelto, rebelde y enredado. Su sonrisa amplía y brillante. Los oyuelos que se le forman en cada lado de las mejillas. Mi boca se seca al instante cuando la sensación de sus manos agarrando mi cuello para besarme todavía permanecen en mi piel.
No soy capaz de percibir como atrapo mi labio inferior entre mis dientes hasta que paso uno mis dedos por ellos. En ese momento, Luke se recuesta en la silla, cruza sus brazos y con una sonrisa ladeada me mira fijamente. Me gustaría adivinar los pensamientos que se le cruzan por la cabeza. Pero lo cierto es que soy incapaz de preguntárselo ahora mismo. No soy tan atrevida.
Los minutos pasan sin darnos cuenta, manteniéndonos en un limbo que solo parecemos conocer Luke y yo. Una sonrisa se forma en mi rostro al pensar tal tontería, sin embargo, mi felicidad se interrumpe cuando mi móvil vibra y observo la pantalla. Un mensaje de mi madre detona la bomba del terror cuando leo su amenaza. Entonces, mis piernas se mueven tan rápidas por la cocina con el único propósito de volver a la habitación y recoger mis cosas. Luke intenta detenerme, me sigue y su voz se pronuncia con más fuerza cuando no respondo a sus preguntas. Cojo una mochila vieja de Luke que siempre ha guardado en uno de los cajones de su habitación e introduzco lo más necesario antes de que sus manos logren detenerme, estas rodean mi cintura y me atraen hacia él en el momento justo que pretendo desaparecer.
– ¿Qué ocurre? Por favor... Dímelo. – suplica.
Sus ojos se mueven de un lado hacia el otro, observando los míos, buscando alguna respuesta en mi horrorizada mirada. Tengo el tiempo contado. Y no puedo esperar aquí mucho tiempo. Dirijo mis manos a su cuello, seguiendo mis impulsos y mis sentimientos más vivos, me pongo de puntillas y beso sus labios con los ojos cerrados. Tal vez para un largo tiempo. Tal vez para siempre. De todos modos, introduzco mi lengua en el interior de su boca, tratando de recorrer cada rincón y saborear la viva esencia de Luke. Una esencia que quedará en mis recuerdos hasta el último de mis días. Abro mis ojos y me aseguro de que él se encuentra absorto en la textura suave de mis labios, momento en que aprovecho para dejarle solo en la habitación y correr hacia la puerta con la mochila sobre la espalda.
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WILLOW. ©
RomanceDespués de una noche larga y oscura surge la incertidumbre de tus actos. Lo único que recuerdas es una pluma negra y unos ojos cuyos no sabías que en ellos se encontraba el mismísimo infierno. Con todo lo ocurrido no puedes confiar de la misma maner...