"El pedacito de cielo de un Ángel"

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Cabe mencionar, que durante toda la plática el doctor Carmona permanece tomado de la mano de su pareja, ya que de esta forma ella le transmite seguridad y le da el apoyo que él requiere en esos momentos.

-Yo les propongo que se tomen si ustedes lo desean, unos días para meditar bien las cosas y llegar a una decisión -sugiere Santiago, mientras su mujer lo contempla con admiración y amor.
-De ninguna manera, Santiago. Te aseguro que eso no es necesario -contesta de inmediato Antony.
-Yo opino que no deberían apresurarse. Nosotros no tenemos ninguna prisa, podemos esperar perfectamente a que ustedes analicen muy bien todo -replica Alejandro, bastante nervioso.
-Es que no hay nada que pensar, doctor Méndez -señala Iván de inmediato.
-¿Eso significa que ya han tomado una decisión? -menciona Marissa, y Santiago voltea a ver a Mariela bastante angustiado.
-La decisión está tomada, y no hay vuelta atrás -afirma tajantemente Antony.
-¿Tan rápido? ¿Sin pensarlo tan siquiera un día? -cuestiona Santiago.
-No es necesario pensar tanto algo que se ve perfectamente a simple vista -comenta Antony.
-Señores, nosotros no tenemos ninguna duda de que invertir en su clínica es lo mejor que podemos hacer... Ustedes son un equipo pequeño, pero al mismo tiempo enormemente grande. Han ayudado a miles de niños con discapacidad a hacer su vida mucho más llevadera, ¡y eso es algo que no tiene precio! -dice Iván, y sonríen todos.
-¡Estamos seguros de que nuestro dinero estará en excelentes manos! Ustedes sabrán aprovecharlo al máximo y hacer con él lo que mejor saben... ayudar a los demás -continúa hablando Antony.
-Señor, en verdad no tengo palabras para agradecerles la confianza que están depositando en nosotros. Lo que sí puedo jurarle por lo más sagrado que tengo, que es una niña de ocho años, es que nunca jamás, en ningún momento vamos a defraudarlos -expresa Santiago, con una enorme emoción.
-De eso no tengo la menor duda, Santiago -asegura Iván con una sonrisa.
-En verdad, ¡muchas, muchas gracias! Les aseguro que esta será la mejor inversión de sus vidas -agrega Alex, verdaderamente feliz.
-Denlo por hecho -exclama Antony, mientras Maya aprieta la mano de su novio y sonríe viéndolo a los ojos.
-Bueno, pues a festejar... ¡Vino para todos! -les dice Antony, y llama al mesero.

Esta vez, el importante empresario ordena una botella del mejor vino de la casa para hacer un brindis con sus futuros socios.

Continúa la cena, y durante ésta se comentan algunos de los muchos proyectos que Alex y Santiago tienen ya para la clínica y acuerdan la fecha para la firma del contrato, la cual será dentro de un mes.

Más tarde, se dejan a un lado los negocios para hablar un poco más sobre cosas personales.

Para Maya, todo esto ha sido más fácil de lo que parecía, dado que tal y como se lo aconsejó Jorge, ha puesto la mínima importancia a la presencia de Marissa y ha centrado su atención en apoyar a su pareja y compartir con él la obtención del negocio que tanto anhelaba.

Instantes después de las doce, se hace el último brindis de la noche, puesto que enseguida el doctor Carmona se despide del lugar junto con su novia, quien se muere por abrazarlo y besarlo.

-Señorita, fue un placer tenerla en esta cena -comenta Antony con respeto, al despedirse de Mariela.
-Igualmente, señor. Y muchísimas gracias por aceptar el negocio con Alex y Santiago -exclama la escritora.
-No agradezca nada. Su novio es un médico extraordinario igual que su socio. La verdad he tenido muy buenas referencias de ambos -responde sinceramente Iván, mientras Santi abraza a Maya.
-Mil gracias por sus palabras -agradece ella.
-Esperamos verte en la firma del contrato -menciona Lucía sonriendo.
-Ahí estaré, ¡si me llevan! -bromea Maya, y ríen todos.
-¡Claro que sí, amor! -asegura Santiago, y le da un beso en los labios.

Con esto, Alex y Marissa también deciden retirarse del lugar.

Es así, como todos salen del restaurante y se dirigen al estacionamiento para tomar sus automóviles.