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Dando las cuarto, la pareja se despide de sus pequeños y sale de casa con dirección a la fundación de niños con discapacidad, de la cual son padrinos y benefactores principales.

Es verdad que tanto Santo, como su esposa tenían varios meses sin visitar ese lugar. No obstante, en todo ese tiempo no dejaron de mandar donativos y obsequios para los integrantes de esa gran familia.

Con enormes sonrisas y cálidos abrazos, los niños y jóvenes con discapacidad les dan la bienvenida al doctor y la escritora.

Todos emocionados se aproximan hasta el matrimonio e incluso, llegan a pelear por ser los primeros en conversar con ellos.

Los niños se muestran felices de volver a ver a Maya y Santi, y uno que otro les reclama el haberlos abandonado tantos meses.

Obviamente, el médico y su mujer les explican las razones por las que no habían podido ir, pero les aseguran que en ningún momento se olvidaron de ellos, ni mucho menos dejaron de quererlos.

Horas de pláticas, diversión, juegos, risas y gritos en el patio de la institución, son las que viven más de cincuenta niños y adolescentes en compañía de Mariela y Santiago.

La directora de la fundación, invita al joven matrimonio a quedarse y compartir la mesa con esos angelitos en la Tierra.

Encantados de la vida Maya y su marido aceptan la invitación, pues lo ven como una manera de reponer todo el tiempo que no han estado con ellos.

Luego de una sencilla pero deliciosa cena, los esposos se despiden de los chiquillos haciéndoles la promesa de que muy pronto volverán y llevarán con ellos a Marco Emmanuel y Marijó.

Con precaución Santo conduce su automóvil hasta su hogar.

Al llegar a éste, se encuentran con sus niños están perfectamente bien y listos para recibir la bendición, un besito de buenas noches e irse a dormir.

Santiago, busca la manera de quedarse a solas con Mayita en la recámara, convenciendo a Tina de cuidar un par de horas al bebé.

-¡Eres un tramposo! -expresa Mariela al estar sola con su esposo, y empezar a besarlo.
-No me importa ser un tramposo con tal de volver a hacerte el amor -exclama Santiago, mientras la carga y la lleva a la cama-. Además, es justo que de vez en cuando Marco use su cuarto. Oye, invertí mucho tiempo y dinero en amueblarlo -agrega quitándole la blusa, y ella se carcajea.

Esta noche Mayita y su marido vuelven a entregarse a la pasión, a disfrutar de su intimidad, el sexo, el deseo y la seducción.

El fin de mes se avecina y con él, la presentación de la cuarta obra literaria de Mariela Valencia.

La vida del matrimonio López va excelentemente bien.

El apuesto y prestigiado médico trabaja arduamente en la clínica para darle a sus pacientes las mejor de las atenciones, y a su familia todo lo que necesitan para ser felices.

La bella escritora, arregla desde su hogar los últimos detalles de su fiesta, y por supuesto que en todo momento está pendiente de su pedacito de cielo y su princesa Marijó.

Además de leer nuevos y actualizados libros y revisar viejos apuntes que utilizó en la universidad; con el fin de enriquecer sus conocimientos y prepararse para iniciar el proceso de orientación psicopedagógica con Yunuén.

Sara visita a su hija casi a diario, y sinceramente se sorprende de ver a la que por años fue su niña "especial," convertida en toda una mujer y una amorosa y extraordinaria madre, lo cual la hace amarla y admirarla mucho más.

"El pedacito de cielo de un Ángel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora