"El pedacito de cielo de un Ángel"

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El sábado, Maya acompaña a su pareja a pasar el día con Marijó y Estela.

La siguiente semana, los nervios se apoderan de ella pues faltan tan sólo unos días para el lanzamiento de su tercer libro.

El martes por la mañana, las hermanas Valencia van a recoger los vestidos que lucirán en el evento del viernes en la noche.

Posteriormente, se dirigen a la editorial para que Raúl les entregue el primer ejemplar impreso de "Vida, sexo y discapacidad."

Esto llena de alegría a Mariela, provocándole unas cuantas lágrimas al ver cristalizado uno más de sus sueños.

Esa misma noche, Cecy y Jorge comienzan a leer dicho libro, el cual los cautiva y atrapa con cada una de sus líneas.

El miércoles, la Morena ayuda a su hermana a realizar algunas llamadas para confirmar las flores, los meseros, las bebidas y muchas otras cosas que se necesitan para el viernes.

Santiago, no ha visto a su mujer en estos días. Sin embargo, mantienen una comunicación constante que les permite estar al tanto de lo que sucede con el otro.

Los nervios aumentan muchísimo más el jueves, con la llegada de Magaly, Vero, Gonzalo, Arturo y Ángela, quienes se reúnen una vez más para acompañar a Mariela en un suceso tan especial.

Al terminar la cena, Cecy entrega "Vida, sexo y discapacidad" a Ricardo, quien de inmediato le da lectura quedando de nuevo maravillado con las palabras y experiencias de su hermana.

-¡Estoy muy nerviosa, mi amor! -confiesa Maya a su novio.
-Tranquila, preciosa. Todo saldrá perfecto y tú brillarás como siempre lo has hecho -asegura él, al abrazarla.
-Dios te oiga, hermoso -exclama ella, besándolo y mordiéndole los labios.
-Así será, mi cielo -le asegura él, sonriendo.
-¡Estoy feliz, feliz, muy feliz! -expresa la joven, con emoción.
-¡Yo soy feliz, al verte tan feliz! -agrega Santi, con amor.
-¡Te amo mucho, mucho, muchísimisimisimo! -declara Maya, perdidamente enamorada.

Una serie de apasionados besos y caricias es lo que le sigue a la conversación de este par de enamorados, para despedirse cerca de las once.

A esa hora, Maya sube a su recámara y entra un momento al baño, se lava los dientes, se desmaquilla, se pone la pijama y se acuesta en la cama con ayuda de Cecy.

Estando sola la bella escritora, intenta relajarse y conciliar el sueño, pero lógicamente los nervios hacen de las suyas y lo único que le permiten es moverse de un lado a otro.

La noche pasa lentamente para Mayita.

Finalmente, logra quedarse dormida casi a las dos de la mañana.

Ha llegado el viernes 23 de noviembre, el día tan esperado por los Valencia y todas esas personas que siguen paso a paso la carrera de Mariela.

Minutos antes de las nueve, hacen sonar el timbre de la residencia, y es Cecilia quien atiende enseguida.

Decenas de hermosas rosas rojas entran por aquella puerta, las cuales sin lugar a dudas están destinadas a la escritora más bella del país.

-Mariela, despierta. ¡Mira esto! -exclama Cecy, entrando a la habitación de Maya con un arreglo de flores.
-¿Qué pasa? -cuestiona Maya, al despertar.
-Convertirán tu cuarto en un jardín de nuevo -dice Ricardo, al entrar con dos arreglos más.

Una y otra vez entran a la recámara Ricardo, Sara, Magaly y Cecilia llevando consigo enormes y preciosos arreglos de rosas rojas.

-¡Están hermosas! -grita Mayita con la mirada cristalizada, al ver su habitación repleta de flores.
-Aquí está la tarjeta -menciona con emoción Cecy, y se la da a su hermana.