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ABRIÓ LOS OJOS OBSERVANDO A SU ALREDEDOR.

La cabeza le dolía conforme recuperaba la conciencia,su vista se empezó a aclarar y enfrente suyo se encontraba una mujer con túnica oscura sin mangas, y cabello dorado recogido en una cola de caballo alta, al estilo de la antigua Grecia. Su vestido era tan sedoso que parecía ondear, como si la tela fuera tinta, y no aparentaba más de veinte años.

Se respiración se contuvo mientras la mujer se acercaba lentamente a ella, cautelosa como si temiera asustar más a la chica, con cada paso, el corazón de Cora palpitaba fuertemente contra su pecho.

A unos pocos metros de ella, notó la inmovilidad de su cuerpo; sus pies y manos estaban encadenados a la única cama en esa habitación.

El pánico llegó a su cuerpo pero se obligó a no demostrarlo, estaba indefensa en ese instante y la mujer estaba más cerca de ella. La mujer para no alarmarla, murmuró lo suficientemente alto para que Cora escuche, mientras en su lugar levantaba ambas manos en señal de rendición.

—No te voy a hacer daño, pequeña.

Cora quiso soltar una risa irónica, si no fuera porque le dolía la garganta por lo seca que estaba.

Si no le iban a hacer daño, no la dejarían encadena ni mucho menos la desmayarian para luego dejarla en quien sabe donde.

Además estaba otro asunto; Annabeth estaba cargando el peso del mundo en este mismo instante.

La mujer la observaba con ojos críticos, se paseaba alrededor de la habitación ante la atenta mirada de Cora.

—¿Quién eres?

Su voz salió muy ronca a su parecer, prueba de la falta de agua en su cuerpo.

La mujer alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos.

—¿No me reconoces?

« Claro que no pendeja, ¿porque crees que pregunto? »

Hubiera dicho eso pero sabía que no le caería nada buen, maldice a Leo por pegarle la costumbre de maldecir. Apartó ese pensamientos mientras la miraba de soslayo, intentando buscar una forma de salir de ese lugar e ir por Annabeth.

—Soy Hecate, la Diosa de la Magia y Nigromancia.

La mujer se sentó a su lado en una pequeña silla de madera, sintió como recorría su cuerpo con la mirada y no pudo evitar sentir escalofríos.

« ¿Que me ve? ¿Le gustó o que? »

—Yo no soy de mucha palabras así que iré al grano—se aclaró la garganta mientras suspiraba, esto iba a ser una larga charla—¿Sabes que es la Nigromancia?

Ella asintió, sabía lo básico por Harry Potter. No pregunten.

—Cómo sabrás, yo soy muy amiga de Persefone y Hades—explicó— Así que cuando fue raptada, yo ayudé a su madre, Demeter, a buscarla.
Cuando la encontramos me hice amiga de ellos dos y me dejaron vivir en el inframundo, ¿que mejor manera de estudiar los muertos si no es cerca de unos?.

❝ WEIRD ❞ Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora