21- Mascota

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Alexby se había despertado debido a un olor delicioso que había inundando la habitación, Jimmy se quejaba a gritos, debido que Fargan se encontraba ahí con alimento para el menor. Una vez que despertó y miro a Fargan le sonrió, algo somnoliento y con ayuda del mayor tomo asiento.

— Alesby te he traído el desayuno a casa.

— Gracias Farganido.

— Solo por ti lo hice.

Aquello había sido lindo, ambos comieron en la cama, Alexby le daba un poco a Jimmy, Fargan había pensando como lo había obtenido, si jamás lo había visto en casa del menor.

— ¿Como lo obtuviste?

— Bueno, fue algo curioso pero lo obtuve porque por error se me cayó un extraño huevo, lo tuve que ocultar por miedo que Vegetta me regañara, cuando fui a verlo al segundo día, así estaba, después comenzó a defenderme y cuidar de mi, hasta que llegó hasta lo que es.

— ¿Por qué nunca lo vi?

— Por qué lo tenía en una habitación de la montaña. No podía dejarlo que lo viera Vegetta.

— Bueno, a menos hace caso.

— Si, es el mejor.

— ¿Y yo que?

— Tu eres mi persona favorita Fargan. Eres mi novio y todo lo que puedo desear.

Fargan sonrió con gusto y abrazo al menor.

— Bien, debo de irme, me toca hacer una misión, desarme suerte mi pequeño.

— Claro, te deseo mucha y ten cuidado por favor.

— Vale.

Fargan no quería irse, ya que estaba cómodo, pero la misión se trataba de la Hermandad, debía hacerlo. Salió casa con la intensión de no ser visto y camino hasta donde se le había indicado la carta.

Cuando llego miro a su alrededor, percatándose de que los otros dos ya estaban ahí, vestidos con aquel traje de oscuridad. Fargan hizo lo mismo, obviamente ocultando su escultural cuerpo en una casita y se cambió, ahora saliendo como aquel ser del bajo mundo.

— Bueno, bueno, hoy es un día muy especial.

Willy habló con una amplia sonrisa.

[. . .]

En la casa, Alexby se encontraba hablando con Jimmy, viendo atento el lugar hasta que recibió un mensaje de Vegetta, quien le decía referente a la pocion curativa. El menor respondía los mensajes de manera de audio y termino por ir a la casa de Vegetta, no sin antes enviar un mensaje a Fargan, quién a duras penas le escribió, para no molestarle.

El menor estuvo con el ojimorado, mirando a detalle cada momento como le explicaba acerca de la poción, tomo el frasco y comenzó a beberlo, sintiendo un cosquilleo que le hizo molestar.

Aunque poco a poco fue recuperando los sentidos en su brazo herido, Vegetta sonrió complacido.

— Vegetta si que eres el mejor.

— Gracias, gracias, siempre haré esto por ustedes, aunque sean unos tontisimos e ilegales.

— ¿Eh?

El menor ladeo su cabeza, confuso por las palabras del mayor, pero la visita no acaba ahí. Sino ambos salieron hacia el bosque, la intención, conseguir experiencia. A decir verdad, el menor aún seguía recuperándose, pero eso no fue impedimento, puesto ya podía mover su brazo de manera libre y sin la necesidad de sentir un dolor o ardor.

「𝙵𝚊𝚛𝚐𝚎𝚡𝚋𝚢 𝙼𝙾𝙽𝚃𝙷」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora