27- Genderbend

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Era normal, ¿no?

Vegetta miraba curioso, en su libro de pociones. No comprendía bien, que había sucedido, si había logrado hacer la poción perfecta.

— Vegetta... crei que harías una poción de amor, quiero que Nieves regrese conmigo.

El osito se encontraba lloriqueando sus ojos acuosos debido que la ayuda de Vegetta se había hecho un desastre. Vegetta miro fastidiado, siempre era lo mismo, ya que Rubius mencionaba a la chica constantemente y eso le provocaba cierta molestia.

— Podrías dejarme hacer esto, no es sencillo sabes. Merlon solamente me dijo unas cuantas ingredientes.

— ¡VEGETTAAAAA!

Vegetta sonrió nervioso, eso no le gustaba, finalmente había hecho efecto. Y eso no le gustaba en absoluto.

— Rubius, calma a Alexby, seguiré trabajando en esto.

— Esta bien.

El más alto simplemente te salió, cambiando su humor de llorón a feliz y salio de la sala.

No paso ni dos minutos cuando el mayor regreso asustado, mirando con horror y tomando de ambos hombros al ojimorado quien lo agitó de manera rápido.

— ¡VEGETTA HAY UNA CHICA EN TU CASA!

El azabache de ojos morados detuvo el agarre del hibrido oso.

— Es obvio ese es Alexby, tuve un error enorme, creo que utilice algo de feminismo en vez de amor.

Miro curioso los ingredientes y los frascos que tenía en la amplia mesa, quien tenía cientos de frasco y papeleo y quien sabe cuánto más.

— ¡Pero Vegetta!

— Que lo distraigas Rubius, en lo que hago esto.

Dicho eso, se encaminó una vez más. Salio a la sala encontrándose con aquella chica que parecía una adolescente. Bueno, un poco mayor a decir verdad.

— ¡¿Donde está Vegetta?! ¡¿por qué estoy así?! ¡EXIGO UNA EXPLICACIÓN!

La voz aguda de la chica hacia temer del más alto, son embargo, el albino teñido, se aproximó y dejó caer su mano en la cabeza de este. El único  que tenía de su hombría, era aquella marca azulada que pasaba por su ojo, Rubius sonrio y hablo.

— Deberiamos jugar un rato, ahora que estás así, podría ser más sencillo, ¿no crees?

— ¡RUBIUUUUUS!

Desde la sala Vegetta grito, llamando la atención del albino teñido, quien fácilmente quedó en silencio.

Terminaron por salir de la mansión, Rubius saco su chocobo y salieron de aquella isla flotante.

— En lo que Vegetta hace la poción para regresarte a la normalidad, vamos a dar una vuelta.

— Llevame a casa que es lo que deberías hacer, nadie puede verme así. ¡NADIE!

— Pero, pero...

— ¡Rubius! No seas malo.

— Wtf...

Ambos comenzaron a discutir la dirección de aquel ave gigante, terminando por caer cerca del cartel del pueblo, en donde Alexby terminó por sentarse.

— Eres un idiota Rubius.

Comenzo a inspeccionar su inventario, buscando si había algo que le ayudara a cubrir su cuerpo, pero no había nada, el atuendo que Vegetta le había dado, era una bata científica que a decir verdad le quedaba grande, sin embargo le molestaba debid a sus pechos.

「𝙵𝚊𝚛𝚐𝚎𝚡𝚋𝚢 𝙼𝙾𝙽𝚃𝙷」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora