Boda.

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El jardín de U.K se veía realmente precioso; la música compuesta por el violín y el chelo, era hermosa y melodiosa, las escaleras del gran puente de cristal estaban adornadas con petalos de flores blancas y las barandillas con una fina tela blanca, que combinaba muy bien con las otras decoraciones.

Francia y U.K recibieron a los hermanos rusos, qué habían llegado muy temprano, ya qué apenas algunos invitados de la boda comenzaban a llegar.

Francia les había dicho que tenían un regalo para ellos, y de seguro les encantará.

— Vengan chicos por aquí. — Francia iba dando pequeños saltitos mientras que los otros dos pequeños lo seguían por detras, estaban muy emocionados por saber cual sería ese regalo.

Pararon de caminar hasta que llegaron a una habitación, la puerta de está tenía colgada una placa de oro con el nombre "Estados Unidos" escrita en está.

Ambos menores se quedaron algo confundidos.

Francia giró lentamente el picaporte de la puerta, y de esta salio el soviético.

Bielorrusia fue quién tardo en reaccionar, su boca se transformó en una perfecta O y la adrenalina entró a su cuerpo, se lanzó a su padre para darle un gran abrazo, Ucrania hizo lo mismo, el estaba con los ojos llorosos, se suponía que su padre había muerto, bueno, lo habían asesinado, era perturbador pero emocionate.

— ¿C - Cómo es qué . . — Bielorrusia no pudo terminar lo que iba a decir, ya qué su emoción se apoderó de ella y empezó a sollozar.

— Chicos creo que ya tenemos que ir afuera. — Dijo Francia mientras tomaba a Bielorrusia de uno de sus hombros, los menores de sangre rusa asintieron, volvieron a salir al jardín donde estaba la fiesta, pero no sin antes darle un fuerte abrazo al fascista.

— woah, tus hijos . . Te adoran. — Soltó el británico al ver qué los otros tres ya no se encontraban en aquél cuarto.

— Si . . — El de ushanka miraba desde la ventana cómo sus hijos empezaban a hablar  con los demás invitados. — ¿Y tus hijos? —

— ¿Mis hijos? Apenas uno me respeta. — Dijo con algo de melancolía el de sombrero de copa.

— ¿Y quien es ese uno? — Preguntó el más alto, vio cómo el británico, bajaba la mirada algo descontento.

— Ese uno es . . Canadá.

Ambos países levantaron la mirada al oír una voz femenina.

— Papá, Papá! Ya viene el novio. — Soltó la australiana con la respiración agitada debido a qué corrió hasta dónde estaba su padre.

Los tres fueron hasta el jardín para poder ver al ruso. Y ahí estaba, con su ushanka y un traje elegante, y con esa sonrisa risueña se veía realmente encantador. Bajó aquéllas escaleras lentamente, mientras veía a los invitados acercarse a el.

Bielorrusia se acercó a el y le dió un pequeño beso en la frente, luego lo tomó de la mano y lo llevó hasta dónde estaba su padre.

— ¿Pa - Papá? — Soltó el ruso al estar lo suficientemente cerca del mayor, sus ojos se cristalizaron y su sonrisa se amplió más, su padre lo abrazó, el respondió, algo desconfiado, pero lo abrazó. USSR es muy bueno dando abrazos, porque sabe qué abrazar no es sólo rodear a la otra persona con los brazos, si no, es acercar el corazón de aquella persona al de él.

México, vio desdé lejos a Rusia, sus mejillas se tornaron de color carmín, se veía muy tierno con aquella ropa, parecía todo un caballerito, y también por aquélla sonrisa ladina del ruso . . Oh rayos ¿¡Qué le estaba pasando!?

ℬ𝒆𝓪𝓾𝓽𝓲𝒇𝓾𝓵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora