North Korea.

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- Bien, entonces quedamos mañana. - Hablaba la japonesa con una de las vendedoras de aquella tienda, llena de libros que al parecer eran mangas. La mayoría yaoi.

Japón salió de aquella tienda tarareando una canción, pero su ánimo se fue al ver al estadounidense tan preocupado o ¿Triste?

- ¿Por qué esa cara? - Vociferó, en forma de pregunta, Usa dirigió su mirada hasta la chica.

- Ayer fui a ver a Canadá, estaba en la casa de mi padre y . . Creí qué iba a estar feliz de verme, lo vi muy raro y más distanciado, no se si nuestro plan vaya a funcionar. -

- ¿Lo hiciste enojar o es qué ya no finjes tan bien delante de él? -

- Lo qué pasa es qué es muy celoso y yo . . No lo se. -

- Antes en todo te iba bien, ahora tu suerte te está dando la espalda. - Japón iba comiendo por el camino unas muestras gratis de pequeñas galletitas rellenas de chocolate.

Usa rodó los ojos al oír tal cosa. - No del todo, Canadá decidió quedarse a vivir un tiempo con mis padres, puedo aprovechar eso y cómo Rusia no se a ido de luna de miel-- Fue interrumpido por la nipona qué lo tomó de los hombros y lo sacudió fuertemente.

- ¿¡No se fueron!? - Exclamó preguntando, Usa sonrió nerviosamente y empujó suavemente a su amiga, esta tal vez no sabía qué era el espacio personal.

- Pues por ahora no, pero mientras sigan aquí me las tengo qué ingeniar para recuperar el amor de Rusia . .

(...)

La asiática de ojos bicolor entró a la habitación qué compartía con su esposo, llevaba puesta una bata blanca de baño.

Se dirigió hasta el armario con la intención de sacar algo de ropa para ponérsela, pero en medio camino se detuvo y dirigió su vista hasta un pequeño porta retratos, esté estaba boca abajo, arqueó su ceja y se dirigió hasta aquél objeto.

Con sus manos aún húmedas por el agua lo volvió a colocar. Vio qué aquél cuadro pequeño tenía la foto del día de su boda, estaba ella junto con su amado, la idea de qué se había caído por accidente, no la convencía del todo. Frunció el labio y el ceño, pero una sonrisa acompañada de un sonrojo se formó al sentir cómo Rusia depositaba un beso en su mejilla.

Éste la abrazó por la cintura y siguió dándole más besos.

- Qué raro . . - Soltó la asiática en medio de aquél abrazo.

- ¿Qué mi amor? - Preguntó el de ushanka pero sin dejar de besar las mejillas y el cuello de su amada.

- Nuestra foto estaba volteada. - Habló con un tono preocupado sin dejar de ver aquélla foto.

- Tal vez limpiaron la mesa y no se dieron cuenta de qué se calló. - Filipinas se sentó en el borde de aquélla gran cama matrimonial mientras qué el ruso se arrodillaba y tomaba sus delicadas manos.

- No se . . T - Tuve una sensación extraña . . - Rusia al oír el tono de preocupación de su esposa, le dió un tierno beso en una de sus mejillas y la abrazó fuertemente. Vio qué Filipinas puso una expresión triste.

- ¿Filipinas qué pasa? - Preguntó el de ushanka mientras acariciaba el suave cabello de la chica. - ¿Aún no te acostumbras a tu nueva casa? - Preguntó con una sonrisa divertida en su rostro. - Bebé está es tu casa también, y ya sabés qué si tu quieres puedes hacer cualquier cambio, de muebles . . De decoración . . De colores, no sé, lo qué tu quieras . . yo quiero que te sientas cómoda en está casa. -

ℬ𝒆𝓪𝓾𝓽𝓲𝒇𝓾𝓵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora