The Life of Abby {terminada}

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-me has estado mintiendo todo este tiempo- afirme una vez Leo abrió la puerta a lo que este me miro confundido.

-buenos días a ti también-dijo sarcástico, pero se notaba de buen humor -mentirte sobre que Abby? -

-recordé todo- Leo palideció y el buen humor pareció haber desaparecido.

-que? ¿qué recordaste? -

-sabes muy bien lo que recordé, porque nunca me lo dijiste? - enfrente a Leo y este me miro pálido.

-decirte que Abby? -seguía haciéndose el desentendido y solo lograba enfadarme aun más.

-que tenías esposa, que por eso lo nuestro nunca surgió, porque eres un maldito infiel- estaba descargando toda mi ira contra él, sabía que estaba siendo ofensiva, pero eso era lo que más quería, herirlo como él lo había hecho conmigo. Al final termine siendo traicionada por la persona que menos esperaba.

-Abby nunca me dejaste explicarte nada, esa noche, antes de que tuvieras el accidente intente hablar contigo, pero no me lo permitiste- yo solo lo mire seria, sabía que esa noche no lo deje hablar, pero a quien habían traicionado había sido a mí, tenía derecho a estar enojada no?

-habla entonces-

-pasa primero, no discutiremos esto aquí- Leo me abrió paso a su habitación de hotel y me senté en la cama ya que no hay asientos.

-solo te voy a pedir que me permitas hablar vale? luego puedes insultarme todo lo que quieras, pero déjame decirte mi versión- rogo Leo y yo asentí -estaba casado pero Ana y yo estábamos separados cuando te conocí, Ana se negaba a darme el divorcio, ambos sabíamos que no nos amábamos y aun así lo retrasábamos, ni siquiera vivíamos juntos, no estaba buscando a nadie y apareciste tú, me encantaste desde la primera vez que te vi, sabía que no podía intentar nada, no estando casado, pero se me hizo inevitable no hacerlo, cuando te fuiste a Paris Ana vino a darme los papeles del divorcio, antes de que nos llamaras ella se equivocó y te llamo, nunca supe a quien hizo la llamada hasta que no llamaste y ella tomo la llamada y creyó que podían ser los de emigración, así que se presentó como mi esposa, ella es como mi mejor amiga, creamos una relacion muy estrecha durante nuestros pocos años de matrimonio- todo encajo en mi mente y me sentí culpable por haber llegado a odiar a Ana, nunca lo hizo por darme celos, solo temía ser deportada.

-porque nunca lo dijiste antes? -

-habrías aceptado salir conmigo si lo supieras? - yo negué, porque era la verdad, los matrimonios regresan muy seguido y yo no iba a ser la segunda opción de nadie.

-no-

-ves? solo era cuestión de tiempo para que me divorciara y ser un hombre libre, salir contigo y no sentir que las estaba traicionando a ambas- explico y yo suspire.

-aun así, no me lo dijiste Leo, pude haberte comprendió y seguido adelanté, te pude haber esperado hasta que te divorciaras-

-tu misma lo dijiste, los matrimonios regresan todo el tiempo, no te hubieras sentido segura esperando por un divorcio que se podría haber tardado meses -

-aun así, lo habría intentado, pero lo que no te voy a perdonar es que hayas decidido seguir mintiéndome, utilizaste la amnesia para volver a mi vida, conquistarme, y hacerme confiar en ti-

-no tengo una excusa para eso, estaba desesperado, en serio te quiero, vi una oportunidad y la utilice, sé que no fue lo más sensato, pero lo hice y lo lamento tanto-

-como sabre que no me volverás a mentir? me mentiste dos veces Leo, me engañaste, no soy tonta Leo- este solo miraba el suelo, sabía que la confianza no era tan fácil de recuperar, ¿no cuando la había quebrado dos veces -esa persona de la que dudabas? que me drogo, ¿pensaste que podría ser Ana? -este se avergonzó y nunca levanto la cabeza. Asintió -si me engañas, mientes a mí y desconfías de la persona con la que estuviste casado que se supone que espere yo?- me dolía, un día antes le había dicho que le quería, y lo quiero -prometiste que no me romperías el corazón- la mirada de Leo por fin se despegó del piso para mirarme con dolor, tenía los ojos cristalizados y en este punto ya no sabía a quien le dolía más esta conversación.