CAPITULO 4: OJOS GRISES

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NOTA DE AUTOR: Bueno como prometí, esta noche actualizaba, este capitulo digamos que no quedo ni muy corto ni muy largo, espero en un rato poder estar subiendo el cinco, si no me vence el sueño, gracias a quienes han comentado, ya sea acá o por privado, quienes me inspiran y me alientan a seguir, los quiero, no olviden votar y comentar, los leo, saludos.

Amanda

No podía creer lo que acababa de sucederme, por primera vez en mucho tiempo sentía emoción porque iba a ir a una salida con mi amiga, su novio, conocería a un chico al que me habían descrito como un "príncipe", me empezaba a sentir una chica normal de nuevo y ahora debía cancelar la salida porque un chico idiota me había chocado y derramado todo mi batido de chocolate sobre mi blusa. Estaba llamando a Pía esperando que contestara, sabía que se iba a enojar e iba a creer que era una tonta excusa de mi parte para no ir con ellos.

—Amanda, ¿ya estás en camino? Nosotros estamos por llegar.

—Mira Pía, la cosa es que estaba en la puerta del cine cuando un imbécil me choco y derramo mi bebida sobre mi ropa, por lo que en estos momentos estoy volviendo a casa. No voy a llegar a tiempo a ver la película, así que véanla sin mí. Lo lamento, realmente quería asistir.

Mi amiga soltó un bufido claramente enojada y solo se limito a contestar.

—Espero que ésto no sea una tonta excusa o pantomima para no asistir, el amigo de Jasón está muy entusiasmado de conocerte y es un sol por lo que se.

—Estoy enviándote una foto en este momento, no puedo ir a conocer a nadie en este estado. Supongo que la "cita" quedara para otro día, también estoy molesta, pero no puedo hacer nada ya.

Demoró un poco en contestar esta vez, supuse que estaba observando la foto que le había enviado.

—Bueno, viendo la foto te doy la razón, voy a decirle a Jasón que le envíe un mensaje a Marcus para que no venga y que se conocerán otro día ya que tuviste un imprevisto, pero no creas que esto te salva.

—si su señora.—Contesté de forma irónica.

—Disfruten la película, un saludo a Jasón.

No le di más tiempo a que dijera nada y corte.

Me la pase todo el camino a casa, recordando el momento exacto en que este chico desconocido me había chocado, la verdad es que me había enojado de sobremanera e incluso lo había insultado, el solo se había disculpado y quedado quieto sin nada más que decir ante mi reacción, siendo honesta tuve parte de culpa en que chocáramos, aunque claro el no lo supo porque estaba de espaldas, pero la verdad es que yo iba muy atontada observándolo cuando trastabille con mis propios pies y en el momento justo que giro chocamos, si no hubiese girado, quizás más que un choque hubiese caído de bruces al suelo o sobre el chico.

Pero jamás iba a admitir en voz alta mi torpeza, parte de mi culpabilidad o que estaba muy ensimismada observándolo como para tropezar con mis propios pies. Realmente aun no sabía que me había llamado tanto la atención sobre él, creo que fue la inocencia que emanaba o quizás esa tonta sonrisa que tenia y se reflejaba en una de las carteleras del cine.

Esperaba no volver a cruzarlo, había sido grosera, pero ese siempre ha sido mi forma de respuesta ante el miedo, es mi táctica de defensa, ataco antes de que puedan acercarse, antes que tengan la oportunidad de herirme o siquiera intentarlo, creo que mis traumas y malas experiencias de vida me habían llevado a ser así. Había creado un muro donde mi verdadera yo estaba muy encerrada y no dejaba que nadie me conociera de esa forma, solo Pía me conocía así.

Noah

Regrese a casa sin poder sacar de mi mente a aquella chica, su mirada, el dolor que transmitía, el enojo con el que me trato, parecía una chica muy herida, a su vez era preciosa, esos ojos gris claro, cabello ondulado color negro azabache, tenía una presencia que impresionaba, una fuerza que te dejaba sin aliento, bueno realmente lo hizo, no pude emitir palabra, había quedado mudo ante ella.

Me gustaría tener la certeza de que iba a volver a verla, necesitaba volver a disculparme con ella, le había arruinado su ropa y se notaba que era algo que la había enojado, quizás era su blusa favorita, o iba a algún lado importante, pero mas allá de las disculpas, quería volver a verla, sentía una enorme curiosidad creciendo dentro de mí, quería saber más sobre ella, como se llamaba, quien era, si siempre era así o si solo lo fue conmigo, eran muchas preguntas y temía que quizás nunca tuvieran una respuesta.

Me pase el resto de la tarde en mi habitación, leyendo el cronograma de materias de mi nueva escuela, el día siguiente debía empezar y como el año escolar ya estaba empezado necesitaba ponerme al día con cada materia. Podría decirse que no fue algo que me frustrara, me gustaba estudiar, hacia que mi mente se concentrara en eso durante mucho tiempo, lo que no dejaba paso a otras cosas, como pensar en Amelia y como no había ido a despedirme, aun esperaba un mensaje suyo, pero cuanto más pasaban las horas más me convencía de que no iba a suceder. Llegada la noche baje a cenar con mis padres, una mas como cualquier otra a pesar del cambio de ciudad, mi madre cocino y mi padre se paso la mitad de la cena hablando del trabajo, me preguntaron un poco sobre mi primer día en la ciudad y si me había gustado, ciertamente lo primero que pensé fue en esa chica desconocida, sonreí y conteste que si, que la ciudad me había encantado.

Me fui a mi habitación para dormir, active la alarma para el día siguiente, deje mi mochila con todos los libros prontos y me acosté, creí que como todas las noches desde hacía varios años iba a pensar en Amelia, pero esta noche fue diferente, cerré mis ojos y unos hermosos ojos grises fueron los que me dieron las buenas noches.

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