CAPITULO 28: VELADA DE SECRETOS DEVELADOS

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Noah

Parecía que las horas pasaban cada vez más lento, no dejaba de mirar el reloj. Desde que llegue a casa me había puesto a acomodar todo para la noche. Intenté que todo luciera lo más romántico posible. Cuando la hora finalmente llegó mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho. Habíamos intercambiado algunos mensajes desde la tarde, me escribió luego de recibir el vestido para agradecerme, no podía creer que le hubiese gustado, temía que no fuese así ya que tiene unos gustos especiales. No es exactamente como todas las chicas en cuanto a la moda y demás, es lo que más me gustaba de ella, que era extrañamente única.

Me envío un mensaje avisando que ya estaba por llegar, le había pedido a la madre que la trajera. Me hubiese encantado poder pasarla a buscar pero al ser menor no tenía libreta ni auto, estaba pensando seriamente en tener una moto, a las chicas les parece sexy y peligroso, y tendría un medio de transporte propio para no depender de mi madre.

Salí a la puerta para que al llegar el auto pudiese recibirla.

Cuando estacionaron, me acerqué a la puerta del acompañante con el ramo de rosas que llevaba en la mano y con la otra le abrí y la ayude a bajar. Casi me quedo sin habla al verla.

Estaba deslumbrante, el vestido le quedaba a la perfección y se ajustaba a cada una de sus bellísimas curvas, llevaba puesto unos tacos bajos que la hacían quedar más alta que yo, lo cual me causaba un poco de gracia y me encantaba a la vez; estaba maquillada, pero no exageradamente. A pesar que mi cerebro estaba tan revuelto con toda su belleza me forcé a encontrar las palabras adecuadas para hablar.

—Buenas noches Amy. ¡Estas bellísima!—ella se sonrojo automáticamente—.Buenas noches Señora, quédese tranquila que yo cuido a Amanda por ésta noche—.Le dije sonriendo a su madre, que nos observaba con ternura y una sonrisa amable.

—Confío en ti Noah, cuida a mi niña, ojito con lo que hacen ustedes—dijo su madre guiñándome un ojo—.Recuerden dormir temprano que mañana tienen clases. ¿Vengo por ti para llevarte Amanda? —Antes que pudiese responder, hablé.

—No se preocupe mi madre mañana nos lleva a ambos—.a su madre pareció agradarle la respuesta, aunque a Amy no tanto.

Su madre le dio un beso y se marchó. Entonces procedimos a entrar a casa. La tomé de la mano camino a la puerta y le di las flores, ver la sonrisa que puso casi hace que me derrita.

Ni bien pasamos la puerta ella habló.

—Noah, gracias por las flores y el vestido. No quiero que tomes a mal lo que voy a decirte, pero no creo que sea buena idea que mañana nos lleve tu madre a ambos, llegar juntos a la escuela va a dar que hablar—. Estaba empezando a molestarme esto de ocultarnos. Pero no quería discutir y arruinar la noche.

—Siendo completamente honesto, no me importa lo que puedan hablar, aunque entiendo tu preocupación. Mañana nos vamos juntos, eso no está a discusión y al salir de clases voy a quedar con Marcus para contarle lo nuestro. No quiero que seas un secreto, quiero poder gritar a los cuatro vientos que eres mi novia, que te quiero, poder besarte sin ocultarnos.

Estuvo por replicar, abrió y cerró la boca un par de veces, hasta que finalmente se acercó y me besó.

Sentí como cada parte de mi cuerpo ardía con su toque, con su beso, cuanto más profundo era, más increíble era la sensación. El cosquilleo en mi piel que me recorría, las ganas de no soltarla, de besarla hasta que me dolieran los labios.

Luego de unos minutos nos separamos y procedí a la siguiente sorpresa.

—Bueno, ahora voy a vendarte los ojos, así que gírate por favor—. Dije con una sonrisa picara en los labios, ella dudó un segundo y luego accedió.

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