CAPITULO 5: PRESENTACIONES

70 16 5
                                    


NOTA DE AUTOR:Bueno aquí les dejo este capitulo,quedo un poco largo, puse este tema ya que fue el que escuche y me inspiro mientras lo escribía, espero les guste, en estos días seguramente actualice, en la semana se me complica un poco ya que estudio y trabajo, pero intentare mantenerlos al tanto, gracias por leerme, no se olviden votar y comentar, saludos

Amanda

Extrañamente no me había despertado por la madrugada gritando por una pesadilla, era una novedad, creí que se debería a las pastillas y no le di muchas vueltas al asunto. Me levante al oír la alarma, empaque todo en mi mochila, me di una ducha, me puse una ropa cómoda y baje a desayunar para luego poder irme a estudiar. Si hubiese sabido en ese instante como seria el día, probablemente hubiese elegido una ropa un poco mejor.

Salí de casa, conecte mis auriculares y camine tranquilamente hacia la escuela, la tarde anterior luego de llegar de la frustrada "no cita", me había pasado más de dos horas intentando quitar la mancha de chocolate de mi blusa, hasta que me rendí, la deje en el baño y me fui a encerrarme en mi burbuja y escribir sobre lo frustrada que me encontraba, era algo que me habían incitado a hacer en terapia, que escribiera lo que sentía, increíblemente luego de pelear mucho empecé a hacerlo y descubrí que era liberador, era como si todas mis emociones pudieran fluir desde dentro de mi pecho al papel, sobre todo las emociones que me dañaban, era bueno soltarlas, dejarlas ir, desde entonces no he dejado de escribir, aunque solo lo sabe mi terapeuta y tampoco he permitido que lea lo que escribo.

Al llegar a la escuela me encontré en la entrada con Pía, quien estaba al teléfono hablando melosamente con Jasón, nunca he estado en una relación pero siempre que pienso en como seria de estarlo, no me imagino como esas chicas cursis y románticas que se la pasan babeándose por su novio y celándolos constantemente.

—Amanda, llamando a tierra, ¿estás aquí o te secuestraron los aliens?

Noté que me había quedado colgada en mis pensamientos, mientras que Pía ya había colgado la llamada y me había hablado sin que yo escuchara ni una palabra.

—Lo siento, si estoy aquí, es que estaba pensando.

—Si claramente, estabas totalmente en otro lado, ¿en qué pensabas exactamente?

—Nada, solo tonterías, ¿qué me decías?

—Tonterías, si claro, te decía que Marcus quedo bastante mal por no haberte conocido ayer, creo que quiere proponerte salir a cenar juntos, solos los dos.

Mi amiga no dejaba de sonreír mientras hablaba, yo nuevamente apenas había oído sus palabras, pero esta vez no era por estar pensando sino por lo que estaba viendo, al otro lado del pasillo, caminando hacia nuestra dirección se encontraba el chico, el del día anterior, no podía creer lo que mis ojos veían, no era posible que me lo volviese a encontrar y menos aun que fuéramos a la misma escuela, sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.

—¡Amanda! ¿Será posible que me escuches? ¿En qué planeta estas hoy?

Cuando vio hacia donde miraba, siguió mi mirada y luego dijo.

—Es guapo, lo entiendo, pero ¿puedes prestar atención a tu mejor amiga y no al chico nuevo por un momento?

—¡Espera! ¿Qué dices? ¿Chico nuevo? Pía ese es el chico de ayer, el que te conté que me volcó el batido por lo que no pude ir al cine con ustedes.

—Jodidamente tienes que estar bromeando, ¿segura que es él?, es el nuevo, ingresa hoy, se mudo ayer justamente, viene de Lakewood, aunque no se parece en nada al "chico imbécil" que me describiste, más bien parece un nerd guapetón.-—Me dio un codazo juguetón mientras lo decía—Parece que viene hacia nosotras, ¿qué piensas hacer?

Realmente no podía responder, no sabía que debía hacer, era como si de la nada mi cuerpo no supiera cómo reaccionar, empezaron a sudarme las manos y yo solo podía observar esa tonta pero hermosa sonrisa de este chico extraño que estaba cada vez más cerca.

Entonces en cuestión de segundos estuvo frente a nosotras.

—Hola, soy Noah, Noah Miller, quise venir a disculparme nuevamente, por lo de ayer, realmente no quería chocarte y mucho menos causar tal desastre, si me lo permites me gustaría poder recompensarte de alguna manera.

Aun estaba atónita por lo que estaba sucediendo, Pía a mi lado no dejaba de hacerme gestos, hasta que se canso de mi silencio y tomó la palabra.

—Hola un gusto Noah, soy Pía, la mejor amiga de Amanda, Amanda Williams, encantada de conocerte.

Carraspee, hasta que encontré mi voz y pude hablar.

—Hola—dije sin saber cómo seguir-—como bien dijo mi amiga soy Amanda, quizás para ella sea un gusto conocerte, aunque yo no pueda decir lo mismo y no, no quiero que me recompenses de manera alguna, muchas gracias, adiós.

Tome a mi amiga del brazo y la arrastre de allí hacia nuestro salón, no voltee ni una vez a verlo, aunque en mi mente no dejaba de pensar que debía mirarlo, pero si lo hacía quizás no fuera capaz de seguir caminando y volviese a quedar hechizada por su sonrisa y esos hermosos ojos verdes. De golpe Pía freno y me miro muy fijamente como si intentara analizarme.

—¿Qué rayos ha sido eso? El chico fue educado y vino a ofrecerte disculpas y tú fuiste grosera, se que siempre juzgas a los hombres antes de conocerlos y que no eres fan del sexo masculino y realmente te entiendo y comprendo tus razones, pero esto fue diferente, ¿Qué te sucede?

Era mi amiga de toda la vida, lógicamente podía leerme como un libro abierto, sabía que mas allá de mi forma de ser, había algo más que me había hecho huir de esa manera. Pero ni yo misma sabia aun que era así que no tenía la respuesta que ella buscaba.

—No me sucede nada Pi, simplemente es otro chico engreído y no le creo en absoluto sus disculpas ni que tenga "buenas intenciones", ya no hay chicos con buenas intenciones, no existen.

No la deje responder, entre al salón y tome asiento, aunque lo que menos lograba era concentrarme en la materia.

Noah

La misma imagen que me había acompañado en la noche se hizo presente cuando desperté, esos ojos, no dejaba de verlos en mi mente.

Al sonar la alarma, me levante, me duche, vestí y luego baje a desayunar, esta vez mi madre no estaba cocinando, había una nota en la nevera, que decía que tenía medico temprano y no volvía hasta la tarde, me serví un café y salí para la escuela, de todas maneras no tenía mucha hambre. Camine hasta allí, todo se me hacia extraño, supongo que al cabo de un tiempo me acostumbraría, aunque realmente odiaba los cambios, no me gustaba lo que estaba fuera de mi control.

Comencé a recorrer mi nueva escuela, cuando iba por un pasillo, la vi, la chica de la tarde anterior, la que había chocado, no creí que volvería a verla, por un momento pensé en dar la vuelta y hacer como si nada, pero que sentido tenia, si estaba allí es que estudiaba ahí, ósea que la vería seguido, debía disculparme con ella, era eso lo que me impulsaba, ¿o el volver a ver esos ojos que me estaban enloqueciendo? No lo sabía con certeza, pero al cabo de unos minutos estaba frente a ella y otra chica que la acompañaba presentándome y disculpándome.

Estaba totalmente atónita, creo que ella tampoco esperaba volver a encontrarme, no entendía su forma de ser, por un momento parecía que me miraba como si quisiera ver mi alma y al siguiente estaba diciéndome prácticamente que conocerme era una disgusto, me miro con desagrado y se llevo a su amiga de un tirón, la cual al menos había sido amable y se había presentado, si algo bueno había tenido este encuentro es que ahora podía ponerle un nombre al rostro, a esos ojos, también había podido observar por quizás más tiempo del debido sus labios, de un color rosa intenso, algo lastimados, como si se los mordiera seguido de forma nerviosa. Amanda, así se llamaba esta curiosa chica. Era como un torbellino, por momentos parecía pura calma hasta que arrasa con todo y te quedas inmóvil sin saber que ocurrió, así me hacía sentir, algo que ciertamente no me agradaba, me dejaba fuera de mi eje, sin saber cómo reaccionar. Aun cuando la situación no me gustaba, tenía muy claro en mi mente que este no iba a ser nuestro único encuentro, algo muy en el fondo me decía que iba a suceder más veces y que no iba a dejarlo estar simplemente. Tenía que conocerla. Quizás lograría que me disculpara por el incidente y pudiéramos, no lo sé, ¿ser amigos?

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora