CAPITULO 15: CENA

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Nota de autor: Bueno dejo otro capitulo por aquí; éste es mas cortito que el de ayer, vamos conociendo de a poco cada vez mas a Amanda y Noah y que esconden, espero les guste, no olviden votar y comentar, les dejo este tema que me encanta, me inspiró y me recuerda un poco a como es Amanda, saludito.


Amanda

No creía que Noah fuese a aceptar mi propuesta de ser amigos, por el contrario, en realidad era un plan para que se alejara, pensé que si le ofrecía mi amistad, iba a rechazarme, pero me salió todo increíblemente al revés. Me la pasé, la mayor parte de las clases con la cabeza en otro lado, no podía dejar de pensar que pasaría si Marcus se enteraba lo de Noah, que pasaba si a éste último no le bastaba con mi amistad y se le daba por soltar la lengua. No era la primera vez que salía con alguien, o estaba de novia, solo que ahora todo era más formal, tampoco era la primera vez que cometía una traición, lo había hecho en la adolescencia, no fui una gran chica, no me interesaba realmente por los chicos, pero si me buscaban terminaba cediendo, salíamos algunas veces, los usaba un poco y luego terminaba dejándolos o rompiéndoles el corazón. Mi terapeuta decía que estaba mal lo que hacía, que debido a lo que me pasó en mi infancia cree un cierto odio o rencor en contra de los hombres, por lo que siempre me desquitaba dañándolos, como si eso fuese a arreglar en algo el dolor interno que llevaba conmigo. La verdad no prestaba mucha atención a sus comentarios, aunque en el fondo, quizás tuviese la razón, ella decía que no se merecían que yo los lastimara por haber sido herida, pero mi dolor me hacía pensar y actuar diferente. Hubo una vez incluso, que mi terapeuta se enfureció mucho, resulta que estaba saliendo con un chico de mi escuela, yo tenía unos dieciséis años, el era unos meses menor. Estuvimos saliendo por un tiempo, el creyó que todo iba a ser muy formal, al cabo de unos meses, me acosté con él, luego lo deje, resultó que era virgen y se puso muy mal, se puso a llorar, luego pasó al enojo, me dijo que era una puta, no volví a hablarle y para mi suerte a finales de ese año se mudó.

No es que fuese una chica fácil, pero cuando me aburría de un chico, tenia sexo con él, con la intención que obtuviese algo y me dejara en paz, lo hice con dos o tres. Luego directamente me aislé de todo el mundo, comencé a vivir en una burbuja, a la única que le permitía acercarse era a Pía. Ella era una santa comparada conmigo, pero jamás me juzgo, entendía mi forma de ser, los motivos que me llevaron a ser una chica solitaria, fría, distante, que daba pocas muestras de afecto, era la única persona que me importaba lo que pudiera decir de mi, el resto podía pensar lo que quisiera, me daba lo mismo, solo yo conocía quien era y el porqué.

Cuando nos encontrábamos en la última hora, salí de mi ensimismamiento mental y reflexivo, el profesor estaba mandando una tarea grupal, las odiaba, por obvios motivos, decidí pedir para ir al baño, así cuando volviese los grupos estarían armados.

Al salir del baño de mujeres, me encontré a Noah en el pasillo, estaba con la cabeza entre las piernas, parecía estar mal, por lo que le hablé, se encontraba pálido, claramente el alcohol le estaba pasando factura, no le pregunté y el no me dijo, pero intuía que era su primera vez bebiendo. Confesó haber estado vomitando, claro efecto de una resaca, me pidió si me quedaba con él, la verdad verlo así no me gustaba, era un chico un poco nerd, se notaba que le encantaba estudiar, pero a su vez era una poco extrovertido, hacia amigos fácilmente y era sociable, totalmente opuesto a mí. Me quedé acompañándolo hasta que su madre paso a buscarlo, por el auto en que llegó, se notaba que estaban bien económicamente, otra gran diferencia con mi estilo de vida, su madre fue muy dulce, ofreció llevarme, al inicio me puse un poco incómoda pero terminé aceptando, no estuvo tan mal el viaje, cuando me fui a bajar, Noah me dio un beso en la mejilla que hizo que me sonrojara como una tonta adolescente también no ayudó el que me dijera "Amy", se le había ocurrido ponerme ese apodo, nunca fui fan de los sobrenombres, Pía a veces me decía "Mandy" cariñosamente, lo que no me molestaba, pero cuando Noah me llamaba así, algo dentro de mi comenzaba a girar en espirales sin control.

Él y su madre esperaron que entrara en casa para marcharse. Tenía que hacer algo para que se desinteresara de mi, era un chico inocente, bueno y hasta tierno, no se merecía que una chica dañada como yo le rompiera el corazón. Necesitaba mostrarle mi peor faceta, la chica grosera, la que conoció el primer día, si seguía teniendo actitudes bondadosas con él como la de hoy, le iba a dar una impresión errada.

Noah

La siguiente semana, la pase la mayor parte estudiando, tenía pruebas y muchas tareas que hacer. No vi mucho a Amanda, dos o tres veces en la semana se que venía Marcus a buscarla, la veía subirse a su auto luego de besarse, no podía evitar sentir un pinchazo en el pecho, era una poco de todo, emociones encontradas, culpa, por gustarme la novia de un amigo, envidia, porque ella saliera con él, no conmigo, tristeza y enojo. Lo bueno de estudiar mucho es que me concentraba en eso, entonces me olvidaba un poco del mundo. Cuando el fin de semana llegó, extrañaba un poco a ésta chica malhumorada, decidí mandarle un mensaje, había conseguido su número, un día que la agarre un poco distraída y con la excusa de la amistad, me lo dio.

Toda la semana había tenido peleas internas sobre escribirle. Tomé el celular, lo medité unos minutos y luego textee:

«Hola Amy, ¿Cómo estás? »

Al cabo de unos minutos, que se me hicieron eternos debido a la ansiedad, mi teléfono sonó y apareció su nombre en la pantalla.

«No tengo el número registrado, pero por ese apodo, ¿Noah?»

Me reprendí mentalmente, nunca le había dado mi número, tampoco había firmado el mensaje, pero por otro lado me alegraba que fuese el único que le dijera así y me reconociera por eso.

«Si, soy Noah, quería saber cómo estabas, ya que casi no nos hemos visto y preguntarte, ¿te gustaría ir a tomar algo?»

Ésta vez, demoró aún más en contestar, cuando habían pasado unos minutos, perdí la esperanza de una respuesta y me fui a bañar, cuando estaba por salir de la ducha sentí el sonido del celular, salí corriendo, patiné en el piso por ir mojado y descalzo y termine estrellándome en el piso, no fue un gran golpe, pero no podía levantarme debido a que me había dado un ataque de risa. Luego de poder calmarme, decidí que lo mejor era primero secarme y vestirme y luego tomar el celular.

«Tengo la tarde libre, acepto un café amigo, ¿a qué hora?»

Esas simples palabras me dejaron sin aliento, iba a salir con Amanda, así fuese como amigos, podría seguir conociéndola y descubriendo todas sus facetas, quería saber que había tras esa mascara de chica ruda y grosera, intuía que había mucho más en el fondo.

El tiempo me iba a dar la razón, pero no sería nada fácil. 


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