CAPITULO 3: MUDANZA Y ENCUENTRO

121 19 6
                                    

Nota de autor: ESTE CAPITULO ME QUEDO UN POCO LARGO, PERO ME ENCANTO COMO QUEDO, ESPERO LES GUSTE, NO SE VAYAN SIN VOTAR O COMENTAR, GRACIAS


Amanda

Tenía la suerte de que a pesar de que no me gustaba estudiar, aprendía rápido y se me hacia sencillo recordar los conceptos, por lo que no me sorprendió aprobar el examen de física tan solo habiendo leído y sin preocuparme demasiado. Por otro lado estaba Pía que no dejaba de protestar porque lo había desaprobado; aun habiendo estudiado.

—No es justo, me la pase horas estudiando todo una y otra vez, aun así desaprobé; mientras que tu solo te concentraste en leer, rendir y lo salvaste. ¿Porque no puedo tener tú inteligencia? A veces quisiera ser mas como tú.

Al momento en que lo dijo la mire con cara muy seria, ella noto que no me había agradado, ya que puso cara de disculpa. No, claro que no querría ser como yo, ni yo misma quería ser así, pero mis experiencias de vida me habían hecho de esta forma y simplemente ya no tenía retorno. La disculpé, sabía que no lo decía con mala intención, no pensaba enojarme con ella por eso. Cambio de tema.

—Esta tarde Jasón y yo iremos al cine a ver una película nueva, ¿no quieres venir con nosotros?

—La verdad es que prefiero quedarme en casa escuchando música, no quiero ser mal tercio nuevamente.

Me miró con esa cara de enojada que ponía cuando se encaprichaba en algo y sabía que iba a intentar arrastrarme con ellos aunque no quisiera.

—Deja de decir tonterías, no nos molestas para nada y lo sabes, a Jasón le caes bien y es agradable contigo, vendrás con nosotros aunque no quieras, es mas podría decirle que invite a algún amigo para que no te sientas como que sobras, ¿qué dices?

—Ya sabes que no quiero salir con nadie Pía deja de insistir, mucho menos aun con un futbolista, son unos engreídos y solo saben pensar en que son los mejores y que sus músculos lo son todo. —Dije con cara de asco.

Pía soltó una carcajada que se podría haber escuchado a dos cuadras de distancia. Se calló de repente como si recordara que íbamos caminando en plena calle. Entonces me dijo.

—No tiene que ser un futbolista, tiene otros amigos, salir un rato y pasarla bien no te hará daño Amanda, necesitas despejarte, ver un chico y coquetear un poco es normal para una adolescente que acaba de cumplir la mayoría, tienes que dejar de encerrarte en tu burbuja, empezar a vivir, de verdad, a salir, a disfrutar, estamos en la mejor edad, recuérdalo.

No era la primera vez que mi amiga me daba un sermón de este estilo. No estaba tan de acuerdo con sus palabras, aunque en el fondo sabía que tenía un poco de razón, por lo que decidí hacerle caso.

—Está bien, iré con ustedes y acepto que invite a un amigo no futbolista.

Ella sonrió con convicción sabiendo que me había ganado y yo sonreí sabiendo que tenía una gran amiga, aunque a veces me sermoneara y fuera una cabeza dura.

Noah

Al fin el día de la mudanza había llegado, era un remolino de emociones andantes, estaba lleno de ansiedad, nervios, nostalgia por todo lo que estaba dejando y enojo por no saber lo que iba a encontrarme en mi nuevo hogar. Ya estaba todo empacado, estaba en la sala haciendo zapping en la tv mientras esperaba que mis padres terminaran de organizar sus cosas y el camión de la mudanza llegara, la despedida con mis amigos nos había llevado a tomar reírnos y recordar cosas hasta la media noche, a pesar de que la había pasado excelente, no estaba del todo bien ya que Amelia no había aparecido, al principio me sorprendió un poco y me entristeció aunque luego comprendí que con el suceso del beso era lógico que no se presentara. En el fondo tenía la esperanza que presentara en casa para despedirse o que me mandara al menos un texto. Pero conforme el tiempo iba avanzando mis esperanzas iban disminuyendo.

Llegó la hora, el camión estacionó frente a casa, subimos todo y nos marchamos. Todo el camino fui escuchando música, no era algo que hiciera todo el tiempo, pero en momentos como este era agradable la compañía de la música y no tenía muchas intenciones de conversar con mis padres en el camino realmente.

Fui observando el paisaje, las casas, la vista no era mala, solo que no podía acostumbrarme aun a la idea, estas vistas ahora iban a ser parte de mi rutina, de mi vida.

Iba a asistir a Santa Mónica High School, por suerte estaba bastante cerca de nuestra nueva casa, incluso podría ir caminando sin problemas. Lo que más me ponía nervioso creo que era el no conocer a nadie allí, era empezar de cero, entraba en el penúltimo año, deseaba cumplir la mayoría para poder sentirme un adulto, ya que siempre que decía que tenía 17 me miraban como si aun fuese un niño pequeño.

Al cabo de un rato de estar ensimismado en mis pensamientos note que nos deteníamos, mire y había una preciosa casa de dos pisos en frente, aparentemente nuestra nueva casa. Mi padre trabajaba en el negocio de la inmobiliaria, por lo que seguramente no se le hizo difícil conseguir una casa como esta. No es que fuésemos ricos, pero si teníamos una economía bastante buena.

Bajé y comencé mi recorrido, subí los tres escalones de la entrada, mi padre abrió la puerta y nos dejo pasar a mi madre y a mí, la casa estaba medio amoblada ya, los de la mudanza comenzaron a descargar nuestras cosas, mi padre me indico donde era mi cuarto, en la segunda planta, subí a verlo y empezar a acomodar mis cosas. Era una habitación bastante espaciosa, tenía una gran venta del piso al techo que daba a un pequeño balcón, entraba bastante luz y había un armario anticuado de esos encastrados a la pared, me dedique la mitad del día a organizar toda mi ropa, mis libros, apuntes de estudio y termine sentándome un rato en la cama para poder descansar, la verdad es que mudarse agota. Decidí que ya que aun no era muy tarde podría salir y recorrer un poco. Me di una ducha y luego salí a caminar por el centro, era bastante bonito, había varios lugares coloridos, un muelle bastante grande y un parque de atracciones. Seguí caminando y recorriendo por un rato, encontré que había un cine, pero nada me llamo mucho la atención, estuve mirando la cartelera por un rato y cuando me estaba por ir giré de golpe y choqué contra alguien.

—Disculpa, no te vi.

Era una chica, me miré con una expresión bastante clara de enojo, no entendía porque se había molestado tanto, solamente la había chocado sin querer, solo que comprendí la situación cuando la mire con más detenimiento, llevaba un vaso en la mano y note que la mitad al menos de su contenido se había derramado sobre su blusa, claramente cuando la choque. Me miró fijamente hasta que habló.

— ¡Eres un idiota! Claro que no me viste, seguramente estabas viéndote el ombligo como el engreído que eres, al igual que todos; no te disculpo.

Me quedé helado en el lugar, no sabía que decir, ella simplemente largo un bufido, tomo su celular como para hacer una llamada y se fue, dejándome allí sin palabras.

No sabía quién era, no la entendía, pero sus ojos se me habían quedado grabados en la memoria, eran de un color gris claro, pero no era lo que más me había impactado, sino la tristeza que transmitían. La vi hasta que desapareció de mi campo de visión y gire para irme a casa. Gran bienvenida a la nueva ciudad Noah.

 Gran bienvenida a la nueva ciudad Noah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora