🥀 Nine 🥀

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Ya había pasado dos meses desde que hacía la misma rutina... me tenía que acostar con Jeon todas las noches sin decir nada.

El señor Min sólo me saludaba y no más, sabía que no podía estar con él si estaba con Jeon.. poco a poco conocía mas de Jeon y de sus amigos.

Todos recibían visitas mientras yo esperaba en mi celda a que volviera Jeon muy contento. El tenía una madre, una hija y una novia que lo esperaba afuera.

En la celda de al lado estaban sus amigos felices también por sus visitas, entraron a la celda y se sentaron con Jeon a disfrutar de las fotos y cartas, sólo podía escuchar sus rápidos sonidos de sus corazones.

-Debes bajar sus latidos, podrían tener un infarto-Les dije mirando la foto de mi hermana.

-No hables, si estás amargado por que no te visitan es tu problema, no arruines nuestra alegría-Me dijo Hoseok, el pelirrojo.

-Cálmate Hoseok, mejor mira lo que hizo mi hija-Le dijó Wang.

-¿No tienes otra familia que te visite?-Me preguntó Jeon.

Me volteé y lo miré fijamente, le sonreí leve y negué.

-Maté a toda mi familia-Le dije y él se volvió a sentar rápidamente.

-Aun no creo que los hayas matado-Me dijo Wang y se levantó mirándome. -Eres muy débil para matar a tres y no tener ni un solo rasguño.

Todo se quedó en silencio.

-Talvez los drogo-Dijó Hoseok sin importancia.

Me reí y me voltee mirando hacia la pared.

Ellos volvieron a lo suyo y yo me dormí, aunque aún podía escuchar las voces de ellos.

Al final del día todos volvieron a sus celdas, yo me desperté y escuchaba los suspiros de Jeon.

-¿La amas?-Pregunté mirando el techo.

-No se, pero si espero a que llegue el día de visita conyugal rápidamente... extraño estar con una mujer-Volvió a suspirar y sonreí.

-¿Si tanto te gusta el coito con una mujer por que te culpaste por la muerte de esas dos personas?-Pregunté aún con la duda.

-Sera por que las mate-Dijó de mal humor.

-No lo hiciste, puedes decirme la verdad, soy bueno guardando secretos.

Escuché un golpe en la pared y sabia que estaba demasiado furioso, no pregunté más y me dediqué a deducir por mi cuenta.

Esa noche no estuve con él y eso me tranquilizaba.

Al otro dia llegó una pregunta a mis oídos que no tenia repuesta, bueno si la tenía pero no para él.

-¿Por que tienes esas marcas en tu piel?-Me preguntó Jeon curioso.

Lo ignoré y me dediqué a fumar.

Jeon salió hacia el comedor y yo me quedé en la celda fumando.

-Park el director pregunta ¿porque no ha salido al patio ni al comedor?-Me preguntó Chen serio.

-Solo no quiero.. no aún...

-Pero debe alimentarse-Chen se escuchaba preocupado.

-Dame lo que trajiste-Le mire y le sonreí.

Me extendió algo en papel de cocina y sonreí negando.

-Vete, me comeré esto-Dije desenvolviendo el paquete.

-Ujum, coma por favor-Chen me sonrió y se fue.

Tres sándwiches de atún con mayonesa me había traído, sonreí y empecé a comer sobre mi cama.. terminaba mi último sándwich cuando una presencia se hizo presente.

-Su majestad-Dijo una cálida voz.

Baje la mirada y había una presencia agachado con una capucha cubriendo su cabeza. Me bajé de la cama y me pare frente a él.

-¿Que pasa?-Pregunté serio. -Me visitaste la semana pasada.

-Solo sentí un fuerte latido, me preocupé y me dejaron venir-Me dijó y se levantó.

-Estoy bién, sólo fue un ladito-Le di mi mano y la beso. -Vete a descansar.

-Si majestad, vendré después.

En un parpadeo él se fue y volví a mi cama.

Al anochecer antes de que Jeon volviera Chen me trajo otra cajetilla de cigarrillos y miró la envoltura.

-¿Le gustaron?-Preguntó con una sonrisa.

-Si, cuando pueda trae más, son deliciosos.

-Ok, mañana los dejaré debajo de su almohada.. que descanse Park.

-Tu igual, Chen.

Él se fue y segundos después llegó Jeon. Rejas cerradas y luces apagadas me hicieron bajarme de mi cama.

-¿Lo harás?-Le pregunté con una leve sonrisa.

-Si, apúrate.

Me desvesti y me acosté, por primera vez sentí su mano acariciando mi espalda.

-Tienes cicatrices, ¿tus padres te las hicieron?-Me preguntó tocando levemente las cicatrices.

-Haz lo que quieres hacer-Le dije serio.

Sus manos bajaron a mi trasero y lo masajearon, abrió mis nalgas y lamió mi entrada, después de unos minutos dos dedos se abrieron pasó en mi interior... los abría y los metía rápidamente.

Abrió mis piernas y se posicióno entre ellas, sentí tu pene en mi agujero y lo metió profundamente... sus movimientos fueron suaves pero después aumentaron al igual que sus jadeos y gruñidos.

Yo solo tenía los ojos concentrados en la pared mientras él se satisfacía.

Después de sentir su esencia dentro de mí, su peso cayó sobre mi espalda.

-Nunca pones resistencia o haces algún sonido-Me dijó con la respiración agitada.

Me levanté dejándolo a un lado confundido. Me miró mientras me limpiaba y me vestía.

-El deseo carnal nos hace ser débiles, el coito nos hace hacer cosas estupidas.. el placer bloquea todos tus sentidos y saca cosas sucias de tí... no soy débil-Le dije y me subí a mi cama.

Dormí tratando de calmarme pero como no pude empecé a fumar, en una noche me fume una cajetilla completa.

Al otro día cuando estaba solo en mi celda llegaron otra vez a visitarme.

-¿Majestad se encuentra bien?-Me preguntaron preocupado.

-No, tengo sentimientos encontrados-Me bajé y me quité la camisa. -Marcame.

-Pero majestad...

-Cállate y hazlo, no quiero ser débil-Le dije serio y me puse en cuatro.

-Si su majestad-Escuché su suspiró y luego su mano en mi espalda. -Hoy será castigado por dejar a flote sus sentimientos, por el poder que me concedió lo castigo.

Cuando terminó de hablar puso el sello en mi espalda dejando marca. Mire el suelo y apreté mis ojos con fuerza.

-Listo majestad, por favor no deje que eso vuelva a pasar, no me gusta hacer esto.

Nos levantamos y me ayudó a vestir otra vez.

-Esta bien, ahora vete, alguien viene.

Amor Inesperado (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora