—¡Eres asqueroso!
—Ya lo sé.
—¡Y un idiota!
Le lanzo un plato con la intención de que golpee su cara, pero Jack se agacha y se hace añicos contra la puerta, mi preciosa puerta que ha sido testigo de mis peores confrontaciones.
—¡Abigail!
—¡Me das asco!
Continúo lanzándole platos, copas y vasos que él continúa esquivando, le lanzo de todo hasta que me quedo sin cosas que lanzarle y me toco el estómago, asqueada.
—Abby...
Intenta abrazarme, pero lo aparto de un golpe.
—¡No me toques!
Después del dramático show que le hice a Shawn, él me trajo a casa y encontré a otras personas a las que hacerles berrinches.
Primero fue Francie, quien robó el bebé de Valentina para beneficiarse con el pago de Grant Willbourn, después fue Rachel, quien cobró su seguro de vida a cambio de hacerla pasar por muerta para que Valentina no volviera a preguntar por ella, y ahora es Jack, quien sabe desde hace tiempo que su amante es su hermana y continuó haciéndolo, el mismo Jack que permanece parado frente a mí.
Después de la discusión que tuvimos en mi habitación, estamos en mi oficina y, para su mala suerte, nadie se llevó la bandeja de trastes que dejé en el desayuno.
—Abby, si me dejas...
—¡Lárgate!
—Linda...
Tiene los ojos enrojecidos, está llorando desde que entramos a mi oficina mientras que a mí me es imposible llorar, está temblando y tiene un gesto de nerviosismo impresionante, obviamente fingido.
—No me llames así —lo señalo—, quiero que te vayas.
—Si me dejas hablar...
Para resumir el tiempo que llevamos discutiendo, solo diré que fui yo gritando y lanzándole cada cosa que estaba en mi camino.
—Seguro —sonrío sarcástica—. Te escucho.
—Cuando hablé con mi abuela ella estaba lúcida y...
—Te dijo que te estabas cogiendo a tu hermana.
—Si me dejas hablar —repite.
—Ah, claro. Por favor, continúa.
—Después...
Está claro que es sarcasmo, pero no lo sabe o tal vez lo sabe, pero su cerebro no logra procesarlo.
—¡Me das asco!
—Abby —susurra—. Deja que te explique.
Me quedo callada mirándolo, me da tanto asco que no soporto estar en la misma habitación que él.
—¿Por qué me dejaste en una calle oscura por la noche? —vuelvo a sacar el tema.
—Ya habíamos discutido eso.
—¡No! —lo señalo—. Tu hablaste de todas las razones para salvar nuestra relación mientras yo escuchaba y...
—¡Te necesito! —grita—. Necesito que estés para mí y sé que tú también me necesitas ahorita, pero...
—No te necesito —suspiro—, yo no necesito a nadie que no quiera estar conmigo.
Me mira a los ojos, no sé si esta por echarse a llorar otra vez o por gritarme, o por lanzarse por la ventana, siempre es complicado saberlo cuando se trata de Jack.
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Todos Los Días De Mi Vida
Teen FictionEstar con Abby era como tomar café y Shawn odiaba el café.