Cocina, comedor, establos, lago, dieciséis habitaciones, quince baños, todos los jardines, incluso en ambos estacionamientos, hemos buscado en todas partes, lo hemos llamado unas sesenta veces y no aparece. Mientras Jack y yo buscamos a Paul, Rachel conversa con las chicas como si todo estuviera bien y no puedo evitar sentirme del asco, aunque la odie.
Entro a la cocina por tercera vez para verificar que no acaba de llegar hambriento después de horas desaparecido, pero lo único que encuentro es a Luca charlando con Shawn.
—Ciao —me saluda mi primo sonriente.
Ni siquiera tenía idea de que ellos aparecerían este día tan desastroso, Valentina debió invitarlos.
—Hola —sonrío—. ¿Ustedes vieron a Paul por aquí?
Shawn me sonríe y niega con la cabeza sin siquiera mirarme, parece avergonzado e incómodo.
—¿Hay algún problema, Cass?
Cuando éramos niños me nombraba por mi segundo nombre para fastidiarme y se hizo costumbre.
—No —vuelvo a sonreír—, todo está perfecto.
—Debo buscar a Lucía.
Si Luca no fuera mi primo, encontraría demasiado sexy su acento, pero como es uno de los familiares que más detesto, siento ganas de vomitar al siquiera pensar eso.
Cuando Luca se va, Shawn se acerca a mí.
—Debemos salir esta noche —dice sin rodeos.
—¿Está noche?
—Quiero decirte algo importante.
—No voy a casarme contigo, Sheridan.
Él sonríe, pero no como lo hace siempre.
—Espera por mi —susurra.
—Estaremos en el mismo lugar esta noche —acomodo su corbata—, y vas a bailar conmigo Copacabana.
—Tienes que esperar por mi —me mira suplicante.
—De acuerdo —arrugo la frente—. ¿Está todo bien?
—Si —sonríe—, es una promesa.
Salgo de la cocina para continuar mi búsqueda en la sala principal, pero al ver que Paul no está, salgo al jardín y encuentro a Jack sentado en una banca.
—Pudo haber huido del país —susurra cuando me siento a su lado.
—No me sorprendería —bufo.
Nosotros tenemos que buscarlo ya que, si ponemos al personal a buscarlo, todos los invitados se darían cuenta de que algo nada mal, Rachel se pondría histérica y se armaría un problema, y eso es lo que debemos evitar.
—Estas tensa —me toca el hombro con su dedo índice—. ¿Quieres pastel?
—Si —suspiro—. ¿Tienes a Paul dentro de ese pastel?
—No, pero tiene chocolate.
—De acuerdo.
Nos levantamos y caminamos juntos al otro lado del lago, en donde están todos los invitados esperando a la feliz pareja.
—¿Cuánto falta para que comience la ceremonia? —me pregunta al llegar.
—Cinco minutos —observo mi reloj.
—¿Encontraste a Andrew?
—No —miro a Jack—, creí que tenías a todos los padrinos buscando a Paul.
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Todos Los Días De Mi Vida
JugendliteraturEstar con Abby era como tomar café y Shawn odiaba el café.