1. Zoquete

727 32 7
                                    

Abigail Hawckett

En clase de yoga siempre te enseñan a ser hippie y pacífico. Debo admitir que no son mis pasatiempos favoritos, pero el yoga siempre me calma, me ayuda a despejar mis pensamientos alborotados y es una excelente actividad para la concentración, lo que más necesito estos días.

—Inhala, exhala.

Vengo todos los domingos sin falta acompañada de Jackson Willbourn, mi novio. Él no es esa clase de chico espiritual que asiste a yoga y a conferencias sobre el medio ambiente, pero es una actividad que su madre nos eligió para hacer juntos. Él es modelo y empresario, y tal vez un poco más alocado de lo que me gustaría, así que venir juntos es un excelente respiro.

—Inhala, exhala.

Jack encaja a la perfección con mi chico ideal, además de ser hijo de una diseñadora de modas muy importante en el país, es educado y adorado por mi papá, la persona encargada de mi futuro.

—Inhala —repite el profesor, pacíficamente mientras mis nervios están a punto de explotar—, pies en el suelo y... —exhalación— exhala.

Repito los pasos del profesor hippie tratando de no caerme.

No disfruto ni siquiera un poco de esta actividad, lo que disfruto son los ratos en silencio y tranquilidad que puedo pasar dos horas aquí dentro después de toda la semana de estrés.

—Hasta la próxima clase, mucha paz en su semana.

Al fin puedo respirar con alivio con ambos pies en el suelo y giro hacia Jack, que me mira con una sonrisa, también está alegre de que esto termine y su rostro enrojecido me lo confirma.

—¿Quieres ir a desayunar? —pregunta con voz agitada.

Y como todo el sufrimiento siempre tiene recompensa, Jack y yo vamos a desayunar todos los domingos en mi restaurante favorito, es algo como nuestra tradición dominguera, que por cierto se arruina cuando él me detiene fuera del edificio.

—¿Prefieres esperar en la camioneta mientras busco a Heather? —extiende una mano con las llaves de su camioneta—. Pareces cansada.

—Definitivamente —mi rostro enrojecido se lo confirma.

Jack y yo siempre vamos a tener eso en común, nuestros hermanos mayores nos necesitan más que nosotros a ellos.

Heather es mayor que Jack por dos años y él siempre ha sido mayor emocionalmente, siempre cuidándola de todo peligro y protegiendo su imagen pública, siempre está para ella, al igual que yo con Blake, mi hermano mellizo.

El camino hacia el estacionamiento es largo, pero preferiría caminar hasta allá que pasar un momento más en el salón de yoga con el calor sofocante, el profesor dando palabras de motivación que no motivan y las personas en la clase mirándome como a una rata de laboratorio, como si jamás hubieran visto a un famoso en su vida, además tengo que hablar con Blake.

¿Buenos días? — su voz no me sorprende, suena como si mi llamada lo hubiera despertado, sé que así fue.

—¿A la oficina del único Hawckett perdedor?

Paul Hawckett al habla.

Una carcajada falsa es lo único que recibe mi mellizo fracasado.

—Él preferiría que estuvieras despierto más temprano.

Él está en Machu Picchu alimentando pandas.

—En Machu Picchu no hay pandas.

Siempre se me encomienda la tarea de mantener a Blake vigilado desde que mi mamá creyó que era buena idea sacarlo de rehabilitación, no es que me guste mucho, pero puede que haya tenido algo que ver en la decisión de sacarlo de rehabilitación y el mejor castigo que mi padre me dio fue este.

Todos Los Días De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora