11. Buen Juego

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Mi ira rebasa todos los niveles que yo misma me puse, estoy tan enojada que podría armar un escándalo aquí mismo, podría lanzar un florero directo a la cabeza de mi padre o publicar todos y cada uno de sus fraudes como toda una Gossip Girl, pero en lugar de ponerme en evidencia y quedar mal frente a los empresarios más respetados de Seattle y posibles inversionistas decido hablar primero con Eliott.

—Necesito hablar contigo.

—¿Qué carajo llevas puesto? —murmura sin quitar su sonrisa.

Le muestro el sobre.

—Podemos discutirlo en privado o armar un escándalo, tú eliges.

Eliott les sonríe a las personas con quienes hablaba y, después de disculparse, me estira del brazo para llevarme a su oficina. Paul, el lacayo de papá cierra la puerta cuando entramos y para sorpresa de los tres, Blake y mi mamá ya se encuentran en la oficina.

—¿Qué es esto? —pregunta mi padre.

—Kira y yo estábamos esperando —anuncia mi mellizo después de beber de una copa—, se lo que hiciste.

Diablos, esto ya parece una escena de telenovela, que dramático se ha vuelto Blake.

—No hice nada —se defiende mi padre.

Sus mentiras son inútiles, es el tipo de persona que es.

—No tu —Kira señala a Paul—, él.

Las únicas personas que se sorprenden somos mi padre y yo.

—¿Qué? —le grito a Paul— ¿Tú me enviaste una orden suspensión?

Por la mañana notificaron a Rachel sobre el nombre de nuestro nuevo negocio alegando que debíamos suspender labores de inmediato hasta que no cambiáramos el nombre de la compañía debido a que Hawckett Industries reclamó derechos.

—¿Le enviaste una orden de suspensión? —grita Eliott hacia su hijo favorito.

—Quiero que veas que soy tan capaz como tu —me señala—, de traicionar a mi familia.

—Hawckett no es una marca registrada —le reclamo.

—Siempre lo ha sido.

—Paul —intento conservar la calma frente a mi hermano— ¿Entiendes que ningún inversor serio y respetable va querer relacionarse con una demanda hecha por Hawckett Industries?

—Fue una buena estrategia, ¿verdad?

—No puedes quitarme mi apellido.

Mi familia solo es espectadora en el duelo de poder que tenemos Paul y yo, ni siquiera mi mamá se mete a calmar la situación.

—Papá te lo dio, creo que podría quitártelo.

—Paul —interviene el aparente dueño de mi apellido—, eso es bajo incluso para ti.

Sus palabras nos sorprenden a todos, en todo caso las personas más bajas de esta familia somos Eliott y yo, Paul es la oveja blanca de la que todos esperan las obras más puras y desinteresadas, al menos eso creí.

—Eres igual o peor que él —le lanzo el sobre a la cara—, pero si por un segundo creíste que esto me va a detener, definitivamente me subestimaste.

—Querías jugar ¿no?

A todos en la oficina nos sorprende el siguiente acto de mi padre, le arrebata a Blake la copa en la que tomaba vino y la lanza justo en medio de Paul y yo, pero termina impactando contra la puerta y separándonos.

—¡Eliott! —Kira grita horrorizada.

—Fallaste —Blake es la única persona que podría decir eso.

Todos Los Días De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora