Como cada catorce de septiembre de cada año, desayuno en mi cama, el único día del año que me permito desayunar en mi cama viendo alguna película de comedia romántica. Espero tener paz y tranquilidad hasta que sea hora de bajar a celebrar mi fideicomiso, soltería, cumpleaños y nueva compañía. Como cada año, disfruto viendo Crazy, Stupid, Love y repito los guiones de memoria.
—¡Abby!
Y como cada año, Demien llega a mi habitación a las diez de la mañana en pijama para ver juntos la película y trae helado de zarzamora y queso.
—Buenos días.
—Feliz fideicomiso.
Se sienta a lado de mí y deja dos botes de nieve al lado de mi desayuno. Como cada año combinamos pijamas, este año la mía es de Batman y él lleva la de Robin.
—Si la trajiste —sonrío.
—Es tu cumpleaños, así que te daré la dicha de ser Batman, aunque sea una vez.
—Me siento mal celebrando mi cumpleaños.
Mi abuelo murió, Paul no ha aparecido, Rachel está llorando en una habitación junto a la mía, mis primos están aquí, me plantaron anoche y Blake intenta evitar a su ex novia loca. No es un día para celebrar.
—No te sientas mal por ese estúpido zoquete —gruñe abriendo uno de los botes de helado—, eres demasiado sexy como para lamentarte por... Eso.
—Me dices eso porque voy a limpiar tu dentadura cuando seas anciano.
—Si —se mete una cucharada de helado en la boca—, pero es verdad, eres la mujer más hermosa que conozco.
—¿Más que Hayley?
Sé que soy hermosa, pero me encanta que me lo digan.
—Tal vez —sonríe—, solo porque Hayley no me ama y tu sí.
—Tu estas secretamente enamorado de mi —golpeo su hombro con el mío.
—Claro que si —sigue hablando con la boca llena de helado—. Mi sueño es ser el segundo incestuoso de mi grupo de amigos.
Ambos reímos, miramos la película y criticamos a personas que Demien odia mientras nos atiborramos de helado, tocino, papitas y todas las chucherías que le pido a Robin. Es uno de mis ratos favoritos del día, estar con Demien charlando por horas sobre cualquier cosa que se nos venga a la mente, incluso despotricando sobre Shawn Sheridan y lo mucho que lo detesto.
Anoche me sentí tan avergonzada y asqueada cuando me dejó plantada que me prometí no volver a pensar en él de la misma manera, me prometí jamás pensar en él como una pareja o como algo más que un soquete odioso. Sentí lástima por mí misma, dejé que él me hiciera sentir mal y volví a casa con la cabeza agachada, cuando llamé a Demien estaba a punto de llorar y eso me dio fuerzas para no volver a sentir algo más que odio por Shawn Sheridan, que es lo que debí hacer desde el momento en que lo conocí.
Cuando se va, espero tener un rato de tranquilidad en la tina, pero el tono de mi celular interrumpe la música relajante que puse.
—¿Sí? —respondo molesta.
—Ciao Cass —escucho a Luca—. Buon compleanno.
—Grazie —intento parecer agradable y agradecida.
—Escucha, vamos a tomar un vuelo a Nueva York...
—Para recuperar Bacchellie Corp. —escucho los gritos su odiosa hermana.
—¿Cómo?
—Queremos visitar los edificios en América antes de volver a Italia y nuestros abogados están allá —me responde Luca—. ¿Estaría bien si hacemos la junta allá?
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Todos Los Días De Mi Vida
Teen FictionEstar con Abby era como tomar café y Shawn odiaba el café.