Capitulo 23: Yo soy el peligro

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Santuario

Estaba de frente a los secuaces mientras que miaus estaba en medio dándoles la espalda. Le di una señal para que se agachara para poder disparar en un rápido movimiento algunas flechas y finalmente una flecha de humo para irnos del lugar sin ser vistos.

Llegamos a Alameda Afligida y en ese instante Midas ordenó a Miaus volver ya que no había vuelto junto con ellos después de terminar la misión de ellos.

- Miaus... - lo detuve antes de que se fuera - no guardes rencor por esto, midas no te guarda secretos a ti, a el le pidieron que no lo contara y sobre esta misión... tu también eres capaz pero Midas tiene sus razones

- No guardo rencor, solo que desde hace un año ya no lo reconozco - siguió caminando dándome la espalda, imaginé como debió sentirse pero mejor lo deje ir. Tome camino de regreso la agencia casi detrás de el pero manteniendo una gran distancia, no quería provocarlo.

Llegamos a la agencia, afuera estaban los demás agentes esperando que miaus apareciera pero simplemente los ignoro y entro.

- Oye... ¿Qué le pasa? - preguntó skye.

- Es mejor que el se los diga.

- Pero llegó contigo ¿Le hiciste algo? - maya se cruzó de brazos con una mirada asesina.

- No me mires así no le hice nada, por eso les digo que le pregunten a el. Necesita su apoyo.

Midas

Miaus había desobedecido una orden mía y estaba casi seguro de por qué no regreso con nosotros. Entro a la oficina pero se veía molesto, miaus casi nunca tiene ese temperamento.

- ¿Por qué lo enviaste a el y no a mi? - sospechas confirmadas.

- Agente miausculos, tenías una misión con los demás agentes ¿Por qué no regresaste? - sabía el por qué pero quería que lo aceptara.

- Te pregunté.... ¿Por qué el y no yo? Hasta hace un año esas misiones eran mías y ahora para todo trabajo de vigía lo envías a el apenas y me enviaste al trabajo del estúpido laboratorio.

- Debiste regresar con nosotros y no lo hiciste, interrumpes el trabajo de santuario y los descubrieron gracias a tus descuidos.

- ¡YA BASTA MIDAS! deja de hablarme así ambos sabemos que esto no es como nosotros hablábamos - me dolía tanto verlo así, con enojo y al borde de las lágrimas. Pero tenía que alejarlo del verdadero peligro... yo.

- Cuando te de una misión solo hazla, termínala y regresa aquí.

- ¡No evites las preguntas! ¡RESPONDEME! - estaba teniendo un episodio de furia. Tomo una de las sillas y la arrojo con fuerza contra la pared. Lo veía llorar y me daban ganas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, pero no estaría nada bien. No podía decirle que era para protegerlo por qué la misión es demasiado arriesgada y no soportaría que le pase algo pero de todas formas no lo entendería. Se sentía traicionado y reemplazado.

- Agente... salga de aquí y recuerde... trabaja bajo mi mandato y si no le gusta, la agencia puede hacerse cargo de buscar a alguien que ocupe su lugar - en ese instante, después de darme cuenta de lo que dije el alma se me desgarro, mi corazón se hizo trizas y sentía enormes ganas de llorar pero tenía que permanecer firme ante el.

- Bien - empuño sus manos y se dio la media vuelta - espero que ese reemplazo llene mi lugar - saco el transmisor de su oreja y lo dejo caer antes de salir y cerro la puerta. Cuando lo ví salir supe que tal vez no lo volvería a ver pero de todas las personas que trabajaban o con las que convivía, me moriría si algo le pasará a el, me morirá si yo lo llegara a tocar y convertirlo en eso que tanto odiaba.

Midas-Bajo el frío del OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora