Midas-Bajo el frío del Oro

Capítulo 49: Arrepentimiento

*Midas*

Ya estábamos en mi casa después de haber traído las cosas de Jey. Estábamos solos preparando algo de comer para ambos. Ya eran las 4:30 de la tarde y estaba tan feliz de poder hacer estas cosas tan cotidianas para la gente pero que para mí habían sido imposibles hace mucho tiempo.

- Esto... es raro para mí, jamás pensé que podría hacerlo desde que se me concedió el poder

Ella soltó unas pequeñas risas - Pero ahora lo estás haciendo y de hecho se ve que tenías experiencia

- Bueno, como sabes el poder lo tengo hace más de un año, antes solía hacer todas estas cosas por mi mismo junto con miaus

- Tantas veces mencionaron al midas de antes, al menos ahora estás volviendo a serlo - puso su mano sobre mi mejilla, me encantaba su tacto

- Trato de serlo a veces es difícil dejar tu carácter atrás y sabes cómo me volví

- Un gruñón más frío que el hielo - me tomó con ambas manos acercándose a mi - pero no fue suficiente para que no me enamorara, eres demaciado sensual - me dió un beso - sexy - me daba un beso después de cada palabra - misterioso, imponente, masculino - pasé mi brazo por su cintura y la acerqué a mi para dejar un beso apasionado hasta que nuestro momento fué interrumpido por alguien tocando a la puerta. Solté a Jey pero ella seguía dándome besos sin dejarme ir hasta que por fin me pude escapar de ella.

Cuando abrí la puerta ví a Brite llorando y con los ojos rojos, estaba muy triste por lo que podía apreciar en su rostro. Pasó y me abrazo sin pensarlo

- ¿Q-qué pasó? Oh... te lo dijo...

- Si - hablaba entre lágrimas y sollozos - no puedo creer que haya sido capaz de todo eso

- Hey tranquila, tenías que saberlo pero no es tu culpa - terminé abrazándola porque sabía que necesitaba apoyo y acaricié su cabello tratando de calmarla. Voltee unos instantes para ver a Jey porque sabía que no conocía a Brite, me encontré con una cara casi enojada y me dió un poco de gracia, se estaba poniendo celosa así que me separé y la senté en el sillón

- Jey ¿Me das un vaso con agua por favor? Y quiero que conozcas a Brite

- ¿Ella es Brite? - llenaba el vaso de agua 

- Si - me senté al lado de ella con mis codos sobre mis piernas - ¿Qué pasó realmente?

- M-me dijo todas y cada una de las cosas que hizo - tenía sus manos en la cara - no lo reconozco midas, es alguien totalmente diferente. Esto no es ni siquiera un poco de lo que solía ser ¿Q-qué le pasó?

- Aquí está el vaso de agua

- Gracias amor - le di el vaso de agua a Brite - toma calmate un poco, esto va a ser difícil de procesar - sentía pena por ella, sabía que se pondría así en cuanto lo supiera - Al menos tuvo las agallas de confesartelo el mismo

- No cambia nada, no quita lo que hizo nada lo justifica ¿Cómo se atrevió a lastimar a nuestros amigos?

- Creo que no fue su culpa del todo... nosotros tampoco le dijimos que te teníamos bajo protección hasta que encontrara la forma de regresarte a tu estado normal. Santuario fue quien se lo revelo para salvarnos - suspiré profundo recordando lo que el hizo - se sacrificó para salvarnos y traernos de vuelta

- Santuario siempre fué un gran hombre, me da pesar que haya sido orillado a eso - cuando lo dijo pude notar que Jey bajo su mirada, sabía que lo extrañaba demaciado, a veces se la pasaban juntos y aunque me daban celos debía aceptar que eran grandes amigos. Me levanté y me puse al lado de ella para abrazarla - Al menos tu encontraste la felicidad, creí que jamás te vería así y también controlaste tu poder - limpiaba sus lagrimas parando de llorar