In the new world. [Rick Grimes Y Tu]

Capítulo 35.

—Necesitaré tu machete— Rick sonrió para convencerme, negué—. Por favor, le prometí que lo mataría con ese machete.

—¿Por qué prometes cosas que no sabes si cumplirás?— le tendí uno de mis machetes—. ¿Estarás bien con ese o necesitas ambos?

—Podré con uno. ¿Estas lista?— asentí—.  Vamos.

Salimos de la iglesia quedando en el interior únicamente Gabriel, Tyresse, Carl y Judith. Nos escondimos en el bosque y tras un par de minutos Garrett y los suyos ya estaban en la iglesia, les hice señas a mi grupo y nos acercamos a la iglesia. Rick y yo le disparamos a dos de ellos.

—Deja tu arma en el suelo.

—Voy a disparar a esa oficina así que deja tu...

Le disparé a Garrett en el brazo haciéndolo soltar un grito de dolor, al parecer no le di en el brazo, le había arrancado los dedos con una bala.

—Armas en el suelo y de rodillas.

—Hagan lo que dice— uno de ellos seguía en pie—. Martin no hay otra opción.

—Si que hay.

—¿Quieres apostar?

Me puse detrás de una chica y le apunté a la cabeza.

—Suplicar no servirá, no?

—No.

—No nos asesinaron cuando entraron— dijo Garrett—, por algo debe ser.

—Para no malgastar balas.

—Solíamos ayudar a las personas, salvamos personas. Eso era antes, ellos vinieron...— soltó otro pequeño grito de dolor por sus dedos—. Y después...sé que son sobrevivientes pero no tienen idea, no saben lo que es tener hambre, no tienen que hacerlo, nos iremos sin más, les juro que no nos volverán a ver, lo prometo.

—Pero alguien sabrá de ustedes, le harían esto a cualquiera, además, yo ya te hice una promesa.

Sacó el machete y le cortó la cabeza, golpeé a la mujer con la parte de atrás del rifle y la golpeé sin parar hasta que estuvo completamente deformada. Ví como Sasha, Rick y Abraham seguían matando a  las otras personas así que decidí que no había terminado con la mía aún, volví a levantar el rifle para chocarla contra lo que quedaba del cerebro de aquella mujer, Glenn me quitó el arma, asentí sin decir nada. Analicé a la mujer frente a mi, saqué la katanna que ella traía y se la di a Michonne. Me acerqué a Rick, limpió mi machete y me lo devolvió. Gabriel salió de la oficina y miró todo a su alrededor, solo quedábamos Glenn, Maggie y yo en el lugar junto al hombre.

—Esta es la casa de Dios.

—No...

—Son 4 paredes y un techo.

...

El sol ya había salido, comenzamos a despedirnos de Bob.

—Nos vas a acompañar, por siempre.

La siguiente y última era yo, me acerqué a él y tomé su mano.

—Sigo creyendo que debí ser yo y no tú— el hombre negó acariciando mi mano con la suya—. Te quiero, Bob. Así que tomaré tu maldito puesto e iré a Washington sin regañar, por ti.

—Me alegra escuchar eso, pero tienes razón, este es el mundo real.

Asentí, me levanté y salí con los demás, Rick llamo a Carl para darle a Judith y luego se acercó a mi.