9

2.3K 189 13
                                    


Veintitrés años atrás.

Ciudad Nacional - Estados Unidos.

Mansión Luthor.

Lionel- La niña ya nació.

Jeremiah- ¿Cómo se encuentra Milà?

Lionel- No pasará de esta noche.

Max- Se los dije jamás tuvimos que dejar que ella diera a luz.

Lionel- Fue su deseo hermano, hay que respetarlo.

Max- Esa niña no la arrebata y tú respondes eso.

Líonel- Hermano ya.

Jeremiah- ¿Quién se encargó del desgraciado?

Lionel- Yo mismo lo hice.

Cinco años atrás.

Ciudad Nacional - Estados Unidos.

Mansión Danvers.

Ya habían pasado veintitrés años desde la última vez que los tres hombres estaban juntos en un mismo sitio, los hermanos Luthor Maxwell y Lionel conocían a Jeremiah Danvers desde hacía mucho, todos eran grandes amigos en la universidad, aquel lugar donde cometieron el peor error de sus vidas enamorarse de una mujer hasta perder todo acto de razón, Milà era una joven de extraordinaria belleza a quien los tres conocieron de diferente manera, esa chica había destrozado sus ilusiones en el momento que aclaró que no iba a salir con ninguno ya que únicamente de su parte podía ofrecer una amistad.

Amistad que por razones personales aceptaron.

Milà era una joven poseedora de un aura sumamente limpia, tan blanca que podía compararse a la de un ángel, era tierna, carismática, bondadosa y sobre todo muy inteligente. Pero de todas sus virtudes sin duda la mejor era aquella de iluminar todo corazón que tocará o sitio que pisará por siempre, Milà venía de una familia poderosa, la más importante y reconocida de toda Ciudad Nacional, los Zor-El, era huérfana ya que sus padres habían muerto en un accidente años atrás sin embargo no estaba sola, su abuelo se había hecho cargo de ella brindándole toda clase de comodidades que estuviera a su alcance, el hombre era conocido por poseer una gran avaricia, tanto así que le ganaba por lejos a todos aquellos antes que él con el mismo defecto

Para el anciano no importaba que su cuenta fuera lo suficiente acaudalada para hacer que seis generaciones vivieran de la misma forma lujosa en la que él vivía, siempre quería más.

Milà su única nieta, era tan diferente a él que representaba su total decepción para ella el dinero no importaba y para muchos que la joven pesará eso era extraño ya que había nacido en cuna de oro y tenido solo lo mejor, no conocía las carencias que la mayoría tenía que pasar, ni mucho menos el no en su vocabulario. Al ser tan sólo una infante ya había realizado el sueño de muchos de recorrer el mundo, había estudiado con los mejores profesores particulares de aquel tiempo y elegido a su gusto actividades que consumían gran parte de su tiempo, las cuales no eran para nada económicas, para su abuelo ella era una pérdida de tiempo ya que nunca podían compartir la misma forma de pensar, y por aquel hecho había asegurado directamente a su nieta que cuando cumpliera los veinte años la casaría con alguien que fuera correcto para que así ella no derrochara su fortuna en obras de caridad como habitualmente hacía. Lo que el mayor no sabía era que a su nieta no le interesaba ningún hombre, a ella le interesaban únicamente las jóvenes algunos años mayores a ella y de eso mucho registro había.

Lionel- La fecha llegó.

Jeremiah- Es verdad hay que cumplir la última voluntad de Milà.

Max- Cuando tendremos que presentarle a esa niña a nuestros hijos

Besos Que Destruyen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora