~ Apariencias ~

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El estado de Lena durante su embarazo fue complicado. El ginecólogo le advirtió que su cuerpo era demasiado frágil y que no debía abusar de él. Por lo tanto, su primer embarazo fue muy controlado y el parto extremadamente delicado. Lena tenía una presión alta y los médicos temían que sufriera un ataque antes de poder dar a luz a su hija. Durante ese momento, ella sufrió mucho.

Cuando Lena quedó embarazada por segunda vez, tuvo que inyectarse medicamentos más de una vez al mes para evitar perder a su hijo. Afortunadamente, el parto esta vez fue más tranquilo, ya que le realizaron una cesárea.

Aunque Lena deseaba tener diez hijos, su cuerpo no resistiría otro embarazo.

Los médicos que atendieron a la azabache llegaron a la conclusión de intervenirla y practicarle una cesárea de emergencia, ya que era su única opción. Si no lo hacían, tanto ella como la bebé morirían. Hablaron con su esposa y ella aceptó que se lo practicaran.

Así llegó al mundo la quinta hija del matrimonio.

Para sorpresa de los médicos y de Sam, la bebé se encontraba bien. Tenía sus pulmones desarrollados, algo raro en una bebé de siete meses. Aun así, decidieron ponerla en una incubadora.

Lena despertó de la anestesia tres horas después y ahí a su lado estaba su esposa.

Sam - ¡Hey, por fin despiertas! -dijo la morena con una sonrisa, sonrisa que la azabache devolvió.

Lena - ¿Qué pasó?

Sam - Tuvieron que intervenirte con una cesárea de emergencia.

Lena - ¿La bebé está bien, verdad?

Sam -  Sí, está bien. La llevaron a una incubadora, pero se encuentra muy bien.

Lena - ¿Quieres pensar en un nombre ahora? -preguntó emocionada la azabache.

Sam - Claro.

En Rumanía

La guerra entre Kara y Kassandra apenas empezaba, sin duda alguna era una guerra perdida para la rubia mayor.

Angelina ya había aceptado que su hija fuera con ella.

Kassandra - Te dije que no podías impedirlo. –dijo la chica y fue hasta la habitación conjunta donde estaba su extravagante closet.

Kara - Aún faltan tres días, pueden pasar muchas cosas.

Kassandra salió con muchas prendas y las tiró sobre su cama.

Kassandra - No vas a convencerla, no lo intentes.

Kara -  ¿Por qué te empeñas en verme como tu enemiga?

Kassandra -  Yo no me empeñé en verte como mi enemiga, tú fuiste la que se empeñó en serlo.

Kara - Eso es mentira, siempre quise ser tu amiga.

Kassandra -  Mi amiga -repitió con sarcasmo- Siempre quisiste cortarme las alas.

Kara - No es verdad, quiero que seas feliz.

Kassandra - Entonces no te metas en mis cosas.

Kara - Bien, no me meto. Haz lo que quieras.

Kassandra - Siempre hago lo que quiero.

Kara miró unos segundos a su hija y luego salió de la habitación, caminó hasta la habitación de Shiloh.

Entró y como siempre lo encontró en su cama leyendo un libro de física.

Al ver el estado de su madrastra, o como él la llamaba mamá, supuso lo que había ocurrido. Se levantó de la cama y caminó hacia ella, la abrazó y sintió cómo la rubia comenzaba a desahogar su frustración llorando.

Besos Que Destruyen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora