~ La niñera ~

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Narra Kara

Kaena me había dicho la hora en la que el jet aterrizaría. Solo contaba con dos horas para ir al departamento y asegurarme de que León estuviera bien y de que Lauren no necesitara algo.

Lauren era una joven de veinte años, hermosa, inteligente y muy responsable. La conocí cuando tenía ocho meses de embarazo. Kaena me llevó a un restaurante y ella fue nuestra mesera.

Nos llamó la atención a las dos. Kaena le preguntó cuál era su horario de salida, pero ella no nos lo dijo antes de retirarse. Mi hermana anotó su número en un papel y se lo entregó, pero ella lo rechazó, diciendo que no estaba interesada.

Yo estaba totalmente sorprendida, no porque ella la rechazara, algo ya me había dicho que lo haría. Estaba sorprendida porque consideraba que mi hermana era leal a Natasha, pero claramente no lo era. Una tarde, cuando volví a la mansión, encontré a mi hermana teniendo relaciones sexuales en la sala con una rubia que estaba segura había visto en algún lugar.

Cuando le pregunté a Kaena si ella amaba a Natasha, ella solo se encogió de hombros y me dijo que no.

Entonces, ¿por qué estaban juntas?

¿Por qué habían tenido una hija juntas?

¿Por qué se habían casado?

Le pregunté, pero ella no respondió a ninguna de mis preguntas. Solo me dijo que olvidara lo que había visto.

Cuando se reconciliaron,me sorprendio por que Natasha no parecia dispuesta a volver con ella,cuando su hija cumplio seis estas decidieron recorrer el mundo juntas y lo hicieron tardaron dos años,pero lo lograron.

Kaena había perdido a su padre,pero pareció que no fue una noticia que le hubiera afectado mucho,prácticamente no le importó sólo le preguntó a su madre cuanto le había dejado su padre y por lo que me contó fue mucho.

Antes del viaje ella renunció a su trabajo y le dijo a su hermano que pronto mantendría el contacto.

Llegué al departamento muy rápido,ya se me había pegado la costumbre de Kaena de conducir como si corriera una carrera.

Baje del auto y me introduje dentro,subí al elevador y llegué al último piso,saqué la llave y abrí la puerta al entrar pude escuchar cantar a Lauren.

Cuando León tenía un mes, volví al restaurante y ella fue quien me atendió. Me felicitó y elogió a León por sus hermosos ojos. Ese día, antes de irme, escuché cómo su jefe la despidió. Ella le pidió que no la dejara sin trabajo, que lo necesitaba, le dijo que estaba pagando sus estudios, pero al hombre no le importaron sus súplicas.

La verdad es que eso me tocó el corazón. La esperé afuera y cuando salió, le pregunté si quería acompañarme a mi departamento. Le dije que podríamos tomar un café y ella aceptó. Ese día me contó un poco de su vida y yo le conté la mía.

Ella necesitaba un trabajo y yo ayuda con mi hijo. Le dije que si se ocupaba de él, tendría todo: le pagaría sus estudios y también podría vivir en el departamento. Le aseguré que no le faltaría nada, y así fue.

Caminé hasta la cocina y ahí estaba bailando y cantando. Se veía hermosa en bragas y con esa remera negra pegada al cuerpo. Resaltaba sus pechos, los cuales no llevaban sostén.

Cuando notó mi presencia, dejó de cantar y bailar. Me miró. Eran realmente atrapantes esos ojos verdes.

Lástima que al verlos solo me recordaran a aquella mujer, Lena Luthor.

Kara -  Buenos días, Lolo.

Lauren - Hola, Kari. ¿Quieres café?

Kara - Claro. Ella tomó la cafetera y lo sirvió en una taza blanca que tenía escrito en negro "Un poquito más lento". Me lo entregó y yo lo llevé hasta la isla. Me senté en uno de los taburetes mientras veía cómo ella cocinaba el tocino en el sartén. Estaba de espaldas, por lo cual podía apreciar su trasero. - Sabes, vendré poco. Angelina salió de viaje y me quedé a cargo de los mellizos y Shiloh.

Lauren - Está bien, Kari, pero ten en cuenta que últimamente no has pasado tiempo con León y él te extraña.

Kara - Sí, lo sé. ¿Está durmiendo?

Lauren -  Sí.

Kara - Mi hermana regresa.

Lauren - ¿Y eso es bueno o malo?

Kara - Bueno, la he extrañado mucho.

Desayunamos juntas y después ella se fue a bañar y yo fui a la habitación de mi hijo para despertarlo. Jugué un rato con él y después ella se nos unió. Cuando miré mi reloj, me di cuenta de lo tarde que era. Seguramente ya estaba en la mansión.

Me despedí de mi hijo y de Lauren y salí corriendo hacia la mansión. Cuando llegué, entré y caminé hasta la sala. Allí estaban Kaena con Shiloh y los mellizos. Parecía que Natasha no estaba.

La ojiazul se levantó del sofá y corrió a abrazar a Kara. Había pasado bastante tiempo.

Kaena - No sabes cuánto te extrañé, Kazz. - Confesó.

Kara -  Tú también me hiciste falta.

Cuando rompieron el abrazo, Kaena limpió las lágrimas de alegría que se deslizaban por el rostro de la rubia. Le regaló una sonrisa que fue devuelta.

Kaena -  ¿Y León?

Shiloh - León no puede venir a esta casa, son órdenes de Angelina.

Kaena giró y miró al chico y luego miró a su hermana. Kara pudo ver la mirada de enojo de su hermana.

Kaena - Tenemos que hablar, ¿no te parece, Kazz?

Kara - Si, creo que sí.












Corregido el 24/07/23

Besos Que Destruyen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora