Capítulo 10: La iglesia.

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Carl me llama así que camino hacia él, el carga a Judith ahora, ésta me mira con una sonrisa, yo acaricio su cabeza.

— Es hermosa.. —suelto con una sonrisa.

— En cierta forma, creo que se parece a ti.. —suelta Carl con un atisbo de diversión en sus palabras.

El rubor natural se apodera de mis mejillas, las abejas asesinas atacan todo mi estimado, o al menos así llamo al severo calambre que suelen darme momentos como éstos.

Maggie sonríe junto a Tara. Yo solo río por lo bajo.

Caminamos juntos, Daryl carga una cuerda llena de conejos que ha cazado, lo que en cierta forma, es algo gracioso de ver.

— Gracias, Maya.. —suelta Carl inesperadamente.

— ¿Por qué me agradeces? —suelto con diversión y confusión.

No dice nada, solo se empeña en regalarme una sonrisa cerrada, y clavar sus ojos claros en los míos.

Y con ese acto; parece decirlo todo.

Lo que ahora interrumpe la conexión visual, es los gritos exclamando ayuda que invaden nuestros oídos.

Alguien exclama ayuda sin parar.

— ¡Vamos, papá! —insiste Carl, lo miro un poco asustada.. — ¡Vamos a ayudar, papá! —insiste.

Tomo a Judith de sus brazos y estos corren hacia aquella voz de auxilio.

Todos corremos detrás de éstos hacia donde proviene la voz que clama ayuda, arriba de una gran roca hay un hombre de color con un traje raro, quien grita auxilio mientras cinco caminantes lo rodean y quieren tomar su pie.

No lo pienso ni una vez y extiendo a Carol a Judith, corro y comienzo a clavar mi cuchillo en sus cráneos, un caminante me toma de las piernas haciéndome caer.

Gruño con furia mientras éste no me suelta, cuando de repente éste cae inerte con el cuchillo de Carl en su cráneo.

Nuevamente, Carl Grimes salvandome el pellejo.

— ¿Te encuentras bien? —pregunta preocupado mientras toma mi mano para levantarme del suelo.

— Si.. —contesto con torpeza.

Y un poco de vergüenza por la forma en que caí gracias al caminante.

[...]

El hombre habló con Rick, se veía nervioso y vomitó.

Su nombre era Gabriel, nos dijo que tenia una iglesia..

Nos dirigimos a ella.. Rick nos dijo que nos quedáramos fuera mientras entraba al lugar a revisar en caso de más personas o caminantes; o trampas.

Cómo Terminus.

Nos quedamos afuera.

Luego de unos minutos Rick salió y nos dijo que podíamos entrar.

Gabriel habló sobre un lugar a tres kilómetros donde guardaban mucha comida enlatada de la iglesia.

Rick, Michonne, Gabriel, Sasha y Bob se dirigirían allí.

Carl y yo nos quedamos, cuidando de Judith mientras los otros fuera de la iglesia arreglaban un vehículo enorme.

Ambos estábamos sentados en esos bancos de iglesias, yo solo miraba todo mientras el le daba agua a la pequeña Judith en su biberón.

Lo observé, este chico era especial.

Su trato para con su pequeña hermana era algo admirable.

— ¿Acaso tengo un televisor en el rostro? —suelta Carl sonriendo.

— ¿Qué?, no te oí —suelto mirando de inmediato a Judith nuevamente, estoy nerviosa — El día está un poco raro, pareciera que va a llover.. ¿no crees? —sueno más nerviosa y tonta de lo normal.

El comienza a reír, lo ha notado.

Las ganas de salir a correr simulando un ataque de caminantes me invaden, pero no lo hago.

Mi estomago arde..

Nervios.

Comienzo a tomar la mano de Judith haciéndola reír, puedo notar como Carl a mi lado me observa ahora sin razón alguna.

Diablos, esto no ayuda a mis nervios en lo absoluto.

— Iré al tocador.. ya regreso.. —suelto y rápidamente me dirijo hacia el baño de la iglesia.

Me observo en el espejo, mi cara está sucia, mi cabello alborotado, ¿de como Carl no sale a correr con tan solo verme?

En el fregadero salia agua fría, algo turbia de color, nada digno de beber, así que mojé mi rostro y lo limpié un poco, me desate aquella trenza desarmada de mi cabello.

Volví a hacer una trenza.

Acomodé mi blusa, me mire otra vez al espejo, sin razón alguna, lista para volver a salir al lugar de los nervios con el chico que altera todo en mi.

Salí y me dirigí hacia el.

El me miró y sonrió.

— Vaya —suelta con una mirada divertida.

Hago una mueca tonta fingiendo estar despreocupada, cuando nuevamente no sé que decir.

Me senté nuevamente dónde estaba antes, junto a el y miré a Judith.

El me la dio para que la cargue, hago así y la sostengo en mis piernas sentandola, era tan dulce.

El hombro de Carl ahora choca con el mio, y se de antemano, que no ha dejado de observarme..

Protegeme [Carl Grimes] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora