Capítulo 11: Sabor amargo

1.2K 91 73
                                    

De la misma manera en que el trabajo de Peter, carece de nombre, también carece de horarios. Son las 5:25 de la madrugada de un miércoles, cuando tuvo que salir de la cama porque lo llamaron de la comisaría, para que intervenga observando y colaborando a su manera, en un operativo en un pub que oficia de sala de conciertos muy conocido de Buenos Aires, "Niceto".

Ubicado en la intersección de los barrios de Palermo y Villa Crespo, Niceto fué escenario de muchos grupos emergentes, locales pero también recibió a varios grosos de fuera. Hoy es el lugar por excelencia elegido por pequeñas bandas para reunir público sin demasiada masividad. Su aforo es de 1150 personas y lleva 22 años siendo emblema en esa zona porteña.

Ese martes por la noche, madrugada de miércoles feriado, había sido reservado por una bandita que estaba empezando a despegar con bastante público. El evento comenzó sobre las 23, la banda tocó hasta las 1 de la madrugada y luego la fiesta siguió con Dj's.

Las tres barras estaban colmadas de gente, y la víspera del día no laborable animaba a quedarse hasta que no se pudiera más.

Pero cerca de las 4 y media de la madrugada, se produjo un terrible episodio, que provocó que la fiesta se termine abruptamente.

Un grupo de amigos fueron a apoyar a su nueva banda, y luego se quedaron allí. Aparentemente bebieron demasiado y comenzaron a incitar a pelear a otro grupo de tres jóvenes que estaba, bailando tranquilamente.

Todos los que dieron su testimonio coincidieron en alegar que el grupito de 5 borrachos, estaban muy agresivos, y que constantemente incitaban al otro grupo que sólo se movía de lugar, porque no querían llegar a un conflicto, hasta que decidieron irse para evitar que todo pase a mayores.

Cuando salieron los 3 chicos a la calle, los 5 violentos los siguieron y casi llegando a la esquina de Niceto Vega y Humboldt comenzaron una pelea, que después de un rato terminó con uno de los chicos del grupo de 3, tendido en la calle con herida de arma blanca.

Fue trasladado de urgencia al sanatorio "Los Arcos" apenas a 11 cuadras de allí, pero ni bien llegó se confirmó su muerte. Para cuando la policía llegó, ya sabían del final del chico, y fueron ellos mismos quienes se lo confirmaron a sus amigos que a pesar de estar molidos a palos, estaban siendo asistidos en el lugar.

Los 5 agresores fueron retenidos por la gente de seguridad de "Niceto" hasta que llegó la primera patrulla. Para cuando Peter llega, los encuentra a los 5 esposados y sentados en el suelo, y la ventaja de ir de civil, y no parecer un policía ni serlo, es justamente que puede camuflarse entre la multitud para sacar la información que a veces los testigos esconden por no quedar pegados (en muchos operativos sucede esto)

Inmediatamente vé algo que le resulta sospechoso, a pesar de que los 5 agresores fueron reducidos por la policía, un sexto chico se reclina sobre uno de ellos, y le quita del bolsillo trasero del pantalón un objeto, que automáticamente se esconde en la mano y luego de unos minutos, tira a uno de los cestos de basura que hay unos metros hacia su derecha.

Peter vé la escena y espera a que el chico se vaya del lugar, para acercarse y decirle a un agente que lo espose a él también, mientras se dirige hasta el cesto de basura y quita la bolsa completa.

Se aleja un poco del conglomerado de gente y llama al inspector para que vea junto con él, que fue lo que tiró el sexto interviniente.

Se calza unos guantes de látex y comienza a revolver la bolsa de basura, que, aunque está repleta de latas, papeles y botellas, enseguida deja ver una navaja completamente manchada de sangre.

Inmediatamente la colocan en una bolsa y la adjuntan al operativo como posible arma homicida.

Podría haber sido una escena corriente, no vista por nadie, pero él estaba allí, como un mero espectador.

Vidas RobadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora