Vidas Robadas

Capítulo 35: El tiempo es un efecto fugaz

¡MUY IMPORTANTE!

Hola chiques!

El viernes hubo un problema con Wattpad, y la última parte del capítulo, se subió mal, entrecortada, y era una parte súper importante para entender todo. ACTUALMENTE ESTÁ CORREGIDO.

Así que si fueron de los primeros en leer el capítulo anterior, les recomiendo que ANTES DE LEER ESTE, se aseguren releer el final del anterior, si no quieren leerlo todo otra vez, tan sólo basta con leer los 5 últimos párrafos.

Les cuento que éste capítulo es el anteúltimo de esta historia, mañana (martes) el último capítulo y pasado mañana (miércoles) el epílogo.

También tengo algo que contarles y espero que a muchas de ustedes les entusiasme, pero lo dejaré para el final de este capítulo, para que ahora sólo nos ocupemos de esto y vayamos por partes...

¡LES QUIERO CON EL ALMA!

¡¡¡GRACIAS POR ACOMPAÑARME!!!

Maru

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Peter se levanta de la silla, si pudiera verse la cara, sabría que la tiene pálida como si hubiese visto a un fantasma.

Existe una particular sensación de quienes conviven o han convivido con la muerte. Como si estuviesen inmunes a matar o a ver muertos desconocidos, como si la frialdad de la muerte sólo estuviese relegada para los extraños. En cambio, cuando les toca convivir con la muerte de un conocido, o enfrentar la de alguien querido, pudieran entablar la verdadera magnitud de lo que significa matar o morir.

En este caso, la incredulidad y el dolor de Peter, no radican en un sentimiento personal por la muerte de Eduardo Espósito, él mismo, estuvo en condiciones de pasarlo a mejor vida. Si no que devienen de saber en qué estado de enajenación y sordidez se pudo ver envuelta Mercedes, para hacer lo que a él le cierra por todos lados que ella hizo. ENVENENAR A SU MARIDO.

Lejos de provocarle rechazo, empatiza absolutamente con ella, al punto de sentirse de algún modo responsable por no haberse encargado él mismo de vengar todo el calvario que el mal nacido de su ex, le causó a tanta gente, incluída la mujer que ama.

Vuelve a releer la información, y a repasar mentalmente los datos que Lali le dió sobre cómo ocurrieron los hechos... y siente que cada vez puede atar más cabos.

Agustín llega con su bolso al hombro - ¡Buenassss! ¿Cómo va?... traje cositas para picotear que sobraron del catering – Peter baja inmediatamente la tapa de su notebook y se sonríe al verlo - ¡Que bueno!, no tengo mucho hambre, pero el picoteo siempre viene bien.

Su amigo logra dispersarlo un poco de todos los pensamientos que lo ametrallaron en la última hora. Pero será un pensamiento recurrente a partir de ahora, saber su deducción fue cierta.

Peter no tiene intenciones urgentes de volver al trabajo. Y es bueno que pueda tomar decisiones que acompañen bien su tratamiento. Dos veces por semana, sigue yendo a terapia para adicciones, y gracias a su viaje al sur, ahora no sólo está, un día con Matías, que es quien lo inició en el tratamiento, sino también con Bernardo, un sociólogo que lo ayuda a definir ciertas posturas de los adictos para reinsertarse en la sociedad.

El adicto tiene la particularidad de aislarse, porque todo el proceso por el que llega a las drogas, es cíclico, comienza a veces, tratando de evadir determinadas situaciones, y a medida que vá cayendo en el consumo, y encontrando cierto rechazo social por su condición, va aceptando que en el único lugar que se siente aceptado y que no le cuestionan sus actitudes, es dentro del mundo propio en el que se sumerge al drogarse, por lo tanto, va perdiendo conexión con el mundo exterior, y aislándose cada vez más.