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Jimin suspiró con una sonrisa mientras veía a todos los cachorros correr en el patio de juegos, algunos en su forma de lobo y otras en su forma humana.
Se sentía bastante pensativo, sonriendo siempre que recordaba sus días llenos de sonrisas pequeñas y carcajadas a montones. Debía admitir que le hacían mucha falta, aunque ya hubiera asimilado con tiempo que su nueva normalidad era diferente a la de meses atrás.
―Maestro Jimin―el rubio despegó la vista de los cachorros que se deslizaban en el tobogán y prestó atención a la pequeña niña que le miraba desde abajo, Hana sonriéndole con un huequito entre sus dientes.
―Dime, linda―intentó agacharse para quedar a la altura de la menor, pero recordó que no podía ni debía hacerlo. Mejor tomó a la pequeña de la mano y la llevó hasta la silla del escritorio, en donde él pudo sentarse.
―Le conté a mi mami que quería hacer esto, pero me dijo que no, porque podía molestar al maestro Jimin―el rubio levantó una ceja con curiosidad, dando una vista de reojo hacia su alfa, quien se encontraba ayudando a Lee a atarse los cordones.
― ¿Qué es lo que quieres hacer?
Hana levantó un dedo en señal de que le esperara, corriendo rápidamente hasta su mochila, la cual estaba colgada en uno de los ganchitos del salón. Sacó algo de su carpeta y volvió hacia Jimin, escondiendo detrás de su espalda lo que había llevado.
―Cuando mi mami estaba esperando a mi hermanito bebé, ella también tenía una panza como la suya, solo que la de mi mamá era mucho más grande―Hana imitó la panza de su madre con sus manos. ―Entonces un día le pregunté si podía pintar sobre su panza, mire.
Jimin recibió la fotografía que Hana le había entregado, en donde salía la madre de esta con la barriga pintada de varios colores y formas. Algunas flores y mariposas decoraban la panza de una feliz omega.
―Quería saber si podemos pintar su pancita, es más pequeña, pero si nos ordenamos podemos pintarla bonito―el omega se mordió el labio con una sonrisa enternecida, viendo su propio vientre, el cuál había crecido en las últimas dos semanas que habían estado en Busan. ―Creo que a su bebé puede parecerle lindo.
Hana rio en alto cuando Jimin le apretó sus mejillas, sonriendo ante el conocimiento que su mayor no se había molestado con ella por su petición.
―Claro que sí, mi amor. Me encantaría que ustedes pintaran sobre mi panza, no hay problema alguno.
La cachorrita agradeció con una pequeña reverencia y corrió hacia su mochila para guardar la fotografía, llegando al patio de juegos para avisarle a todos que podrían pintarle la panza a su maestro Jimin.
Miró su vientre con una sonrisa, pensando en que podía tomar una foto del resultado y volver a hacer la actividad cuando su vientre estuviera más grande.
―Eso de enseñarles a otros a atar cordones es complicado, hasta llegué a confundirme cuando quería explicárselo a Lee―Yoongi caminó hasta su pareja con una sonrisa. ―Solo le compraremos zapatos con velcro a nuestro cachorro, Jiminie.
El omega sonrió y levantó sus manos para que el alfa le ayudara a pararse. Su omega movió la cola totalmente feliz cuando el mayor lo pegó a su pecho y le dio un beso en la frente, apreciando mucho el tenerle así de cerca en esos días.
El olor a leche del bebé se había desarrollado por completo en Jimin al haber llegado al primer mes de gestación, por lo que Yoongi sentía a su alfa mucho más protector de lo que ya era por naturaleza.
Les encantaba el saber que su bebé se estaba desarrollando correctamente y que no presentaron ningún inconveniente con el olor del cachorro, ya que en muchos casos, cuando el olor se retrasa, puede significar que hay un problema en su desarrollo.
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Sweet Dreams ✿Yoonmin, omegaverse
Fanfic"Deja de contarles esa basura vacía a los niños. Los haces tontos, como tú." Donde Jimin es cuidador en un jardín de niños y le encanta contarle cuentos a los niños y Yoongi es un famoso rapero que se pierde en Busan. ✿Posee contenido cliché, por lo...