¿Por qué no logro olvidarte?

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Capítulo 26
El fuego siempre deja cenizas.
Elliot D.

Cuando Stella termino su jornada laboral, se fue a caminar al parque quería despejar su mente, comenzó a caminar y decidió marcarle a Darla:
Stella: Hola amor, sabes desde ayer me he sentido un poco aturdida.
Darla: Lo sé amor, pero sabes que puedes contar conmigo para todo.
Stella: Eres maravillosa, en cuento te vea quiero contarte todo, espero que me entiendas.
Darla: Claro que si amor, recuerda que somos un equipo.
Te veo en media hora en el parque y de ahí nos vamos con la ginecóloga.
Stella: Espero que lleguen buenas noticias mi amor.
Darla: Tengo una corazonada de que sí.

Mientras Stella esperaba a Darla en el parque casualmente se encontró con Ari.

Ari: ¿Podemos hablar?
Stella: ¿Qué quieres?
Ari: Realmente no sabía que esa era tu escuela, si no me hubiera negado desde el principio.
Stella: La verdad no te creo y tampoco me importa, solo dedícate a hacer tu trabajo y aunque nos encontremos en algún lugar, por favor evita hablarme, no quiero tener problemas con mi prometida.
Ari: Lamento todo lo que paso, ojala algún día podamos ser amigas.
Stella: No creo, pero por el bien de mi trabajo tendré que ser más profesional y solo ahí podemos hablar.
Ari: ¡De acuerdo!

Stella estira la mano y Ari la toma, en ese momento Darla alcanza a ver desde lejos a Stella al acercarse puede ver que esta con Ari, se molesta pero intenta calmarse.

Darla: ¿Todo bien amor?
Stella: Sí amor, ya me estaba despidiendo.

Darla ignora totalmente a Ari, solo toma de la mano a Stella comienzan a caminar, hasta que llegan al auto.

Darla: ¿Qué está pasando? –enojada-
Stella: Precisamente hoy te lo quería contar. ¿Recuerdas a la tal luna?
Darla: ¿Y eso que tiene que ver?
Stella: Amor, tranquila... bueno pues yo no sabía pero Ari es Luna.
Darla: ¿No me digas que vas a trabajar con ella?
Stella: Tengo que hacerlo, mi supervisora ya lo sabe y me puedo meter en problemas si no va esa mujer a dar las pláticas.
Darla: ¿Y cómo te la encontraste en este parque?
Stella: No sé, solo comencé a caminar y ahí estaba ella.
Darla: Te seré sincera, esta situación me molesta, me siento celosa e insegura, es algo que no había experimentado.
Stella: Amor no tienes que sentirte así, ella es parte de mi pasado yo con quien quiero estar es contigo, solo contigo y creo que ella ya me supero, porque me dijo que fuéramos amigas.
Darla: ¿Y tú que le dijiste?
Stella: Que solo nos habláramos por las pláticas pero de ahí en fuera no quiero saber nada de ella, por favor ya no estés molesta conmigo, mejor hay que ir tranquilas con la ginecóloga, tal vez nos de buenas noticias.
Darla: Esta bien amor, discúlpame es que estos días me he sentido muy sensible.

Al llegar al consultorio de la ginecóloga, la recepcionista las atendió.

Recepcionista: Lo siento mucho, la doctora tuvo que salir unos días por asuntos personales.
Darla: Entiendo pero ¿Cuándo va a regresar?
Recepcionista: En una semana, no se preocupe le respetaremos su cita.
Stella: Muchas gracias.

Al salir del consultorio Stella le toma la mano a Darla.

Stella: Lamento mucho hacerte sentir así, pero quiero que entiendas que no lo he hecho al propósito, fue una horrible casualidad.
Darla: Ya no hay que atormentarnos con esto, prometo que confiare en ti.
Stella: ¡Gracias amor! ¿Qué te parece si vamos al cine?
Darla: Me parece una perfecta idea.
Stella: ¡Vamos amor!

Stella y Darla se dirigen al cine, eligen una comedia romántica, mientras esperan a que de la hora de la función compran palomitas, nachos, chocolate y un refresco, cuando inicia la función ven la película tomadas de la mano, mientras que Stella comienza a pensar que no va a echar a perder este maravilloso momento, que va luchar para mantener esta felicidad, cuando termina la función besa a Darla.

Stella: Espera quiero ver los créditos.
Darla: Amor ya todos se fueron.
Stella: Solo quiero portarme mal un momento. –Con un tono coqueto-
Darla: Pero que perversa eres. –entre susurros-

Stella comienza a tocar las piernas de Darla, mientras continúa besándola, pero en ese momento se escuchan a los intendentes.

Intendente: Señoritas necesitamos limpiar la sala.
Stella: Disculpe en un momento nos salimos.
Darla: ja, ja, ja, ja sabía que aquí no era un buen lugar. –entre susurros.-
Stella: Shh, ya amor, mejor en casa terminamos esto.

Amarte solo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora