Amargo

Uno (Prólogo)

Ella estaba hermosa, su sonrisa era deslumbrante y sus ojos brillaban de felicidad. Abrazo a Armin y Eren por el cuello, riendo mientras algunas lágrimas salían de sus ojos.

Bebí de mi copa de nuevo, me encantaba solo verla, nada más importaba a mí alrededor, solo ella. La mujer de mi vida, la mujer que acababa de hacerme el hombre más feliz del mundo.

Su mirada cayó en mi y su vestido blanco se agitó cuando casi corrió en mi dirección. Me puse de pie y abrí los brazos para envolverla en un cálido abrazo, la bese con suavidad. Sus labios sabían dulces por el pastel que acababa de comer, ella era dulce.

–¿Se divierte señor Kirschtein?– Dijo rodeando mi cuello con sus brazos

–Mucho señora Kirschtein– Le respondí sonriendo– ¿Golpeando a los chicos de nuevo?

–Se lo merecían, así que no me siento culpable para nada– Dijo besando mi mejilla– Mis padres quieren bailar con nosotros, muévete

–Oh por favor, los pies me están matando– Dije quejándome, dejando caer mis manos sobre sus caderas

–Tu no eres el que está usando horribles zapatos altos– Dijo pateandome– Sasha insistió para que me los ponga, dijo que no sería una novia con zapatos bajos

–Pues serías la novia más hermosa del mundo aún con tenis– Me quedé mirándola, ella era todo para mi, acaricie su mejilla mientras ella cerraba los ojos– Te amo Mikasa

–Te amo Jean– Susurro riendo– Ahora vamos a bailar, no creas que ya lo olvide

–Creí que lo había logrado– Dije con frustración fingida

Caminamos hasta llegar a sus padres, baile con ellos y cuando creí que por fin podría irme a sentar de nuevo, los chicos llegaron detrás de mi para comenzar con sus típicas bromas. Todos estaban conmigo, y no podía pedir más que eso.

–¡Felicidades!– Grito Marco llegando a mi lado– Amigo, estoy muy feliz por ti

–Gracias Marco, gracias por todo– Dije abrazándolo– De verdad, muchas gracias

–Pero no te pongas a llorar– Dijo separándose se mi– Sabes qué siempre estaré aquí, no importa lo que pase

–¡Tienes que estar!, Serás el padrino de todos mis hijos, necesito alguien que les compré cosas– Dije burlandome de él

–Lo sabía, solo quieres mi dinero– Comenzó a reír y entonces miro a Mikasa– ¡Te ves hermosa!

–Gracias Marco, aunque sabes que no es mi estilo– Dijo ella sonrojandose, no había nada más hermoso que eso.

–Cualquiera es tu estilo– Dijo el abrazándola– Estás radiante Mikasa, me alegro por ambos, estoy tan feliz por ustedes

–Ya basta, me harás llorar– Dijo ella con burla, después tomo su mano– ¡Voy a presentarte a unos amigos!

–M-Mikasa, no creo...– Dijo oponiendose enseguida

–¿Marco?– En el momento que escuche esa voz, sentí la molestia en mi cuerpo

No me había dado cuenta, pero al parecer había alguien más detrás de nosotros. Mikasa se puso incómoda por lo que acababa de decir, y Marco sonrió aligerando todo

–Hola Matt, llegas tarde– Marco se puso a su lado, aunque no hizo ningun movimiento para abrazarlo

–Lo siento, tuve trabajo– El rodeó su cintura, simplemente por costumbre, y dejo un beso en su mejilla– Muchas felicidades a ambos, hacen una hermosa pareja