Capítulo 29 - Fuga de capital

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Tras ponerlo al día, decide que se quedará con nosotros en el castillo por mi seguridad. Yo tengo que hacerle la pregunta que no quiso profundizar en su día.

_Kamus, necesito que me digas exactamente qué poderes tienes. 

Él se ve incómodo con mi pregunta, se ha esforzado mucho en ocultarse mucho tiempo y lo entiendo. 

_Tranquilo, eso sólo lo sabremos nosotros, de eso no diré nada a nadie.

_Está bien _dice con un suspiro. _Mis poderes van más allá que la habilidad de un demonio para teletransportarse. Soy un demonio elemental con muchas habilidades. Entre ellas puedo controlar el fuego, aunque manejo la magia demoníaca, todos supusieron que era mitad demonio mitad brujo, pero no. Y tengo la habilidad de manipular las auras de mis enemigos para bloquear sus poderes.

_Vaya, eres muy completo _dice Dante frívolo.

_Según tengo entendido, tú y tus hijos también dominan la magia demoníaca _me pregunta Kamus.

_Así es. 

_Eres realmente poderosa Helena, eres una mujer peligrosa. No me extraña que esa diosa loca te tenga envidia. Pero ten cuidado, es muy inteligente, y sobre todo, retorcida. 

_Gracias por ayudarnos.

_Te debo mi libertad. Eres la única que me ha tratado con respeto y no se ha aprovechado de mí. Has tenido mi vida en tus manos y aun así confiaste en mí. Te debo mi ayuda. 

_Muchas gracias. Por cierto, ¿serías capaz de anular el aura de Hipnos?

_No lo sé, es muy poderoso también. Pero practicaré, no te preocupes.

_Está bien, muchas gracias por todo Kamus. Si necesitas alguien para practicar, tienes donde elegir _le digo con una sonrisa.

_Gracias _dice Dante.

Es alguien muy independiente, y no es para nada cariñoso, más bien distante, pero creo que a su forma me aprecia.  Kamus se marcha y por lo menos tenemos a un poderoso aliado a nuestro lado. 

_Amor, voy a hablar con Baltasar, quería hablar conmigo. Luego iremos a contar lo de Kamus al resto. 

_Claro mi hermosa diablilla, te acompaño a desayunar.

Nosotros bajamos y nos sentamos en la mesa del desayuno y muchos ya han terminado de desayunar. Yo me siento frente a Baltasar, y le pregunto por lo que vino.

_¿Quieres hablar en privado?

_Bueno, es sobre sus empresas, tu decides mi reina.  

_Estamos en confianza _digo tras mirar a mi alrededor. 

_Hemos encontrado un problema, hay una fuga de capital, alguien le está robando, y ha sido una buena cantidad. 

_¿Saben ya quién ha sido?

_Viene de una de las empresas nuevas, una sucursal rusa.

_Bien, creo que le haremos una visita. ¿Os apetece un paseo por la nieve? _digo con cara de maldad. 

_Eso no es todo mi reina. Creo que quien anda detrás de todo no es humano. 

_No te preocupes, no será problema. ¿Sabes de qué raza estamos hablando?

_No mi reina, pero hay una poderosa familia de vampiros allí, los Petrov. Su familia digamos que es de las que preferiría reinar ellos. 

_No me lo recuerdes... ¿Sabes que los vampiros sólo dais dolor de cabeza?

Entre los colmillos de los Bartholy VIII: Lágrimas de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora