NARRA DANTE
Yo voy a la cocina, y por el camino me veo en el salón a todos esperando nuestro regreso. Está Víktor por un lado, su familia por otro, y también andan por allí Sebastian, Adam, Jack y mis hijos.
_Papá, ¿cómo está mamá? _me dice Ares preocupado.
Yo sin poder evitarlo derramo una lagrima y mis hijos vienen a abrazarme enseguida.
_Papá, me estás asustando _dice Diana.
_Mamá está bien, pero necesita estar tranquila, ella...
Mis lágrimas salen y no puedo evitarlo, he tenido que aguantar por ella, no me podía derrumbar delante suya. No quiero decir nada más, no delante del resto.
_Déjenla descansar hoy, ya la verán mañana.
_Dinos que ha ocurrido _dice su madre.
_Ha ocurrido que esta panda de desgraciados le están haciendo la vida imposible _digo mirándolos con mis ojos negros llenos de furia. _¿Acaso no la vieron cómo estaba esta mañana? ¿No olieron la sangre? Claro que no, sólo les importan vuestras estúpidas peleas.... Ahora váyanse de aquí antes de que les arranque la cabeza a alguno, y eso va por ti también Víktor, te quiero fuera de mi vista.
Ellos se empiezan a levantar y se van a ir cuando Ariadna vuelve a hablar.
_Dante, quizás pueda hacer algo por ella.
_Te agradezco tu preocupación, pero eso es imposible _digo con suma pena.
_Déjennos solos por favor _dice Diana.
Una vez todos se han ido, ellos vienen y se ponen a mi lado de nuevo.
_Por favor papá, dinos que ocurre.
_Tu madre ha perdido a uno de los bebés. Estaba embarazada de dos, pero uno no ha sobrevivido. Mañana iré a recoger sus cenizas.
Ellos me abrazan y los tres nos ponemos a llorar. Tras un largo rato, nos separamos y voy a preparar su cena.
_Mi rey, no sabe cuanto lo lamento, de verdad _dice Azazel.
_Gracias amigo _le digo con un abrazo. _Voy a subirle la cena, por favor, que nadie nos moleste.
_No se preocupe, los encerraré en el calabozo si es necesario.
_Gracias.
Yo subo con la cena y me encuentro a Helena en la cama acostada de lado mirando a la nada. Me duele mucho verla así, la verdad. Pongo la comida en una mesita y me acerco a ella sentándome a su lado.
_Mi amor, la más hermosa estrella, he subido la cena, así que siéntate, creo que te va a gustar, prepare tu carne preferida.
_Gracias, aunque no tengo hambre _dice sentándose.
_¿Te duele algo?
_No, tranquilo, lo que me duele no lo puedo curar.
_Te equivocas, nos tienes a nosotros para darte amor.
_Gracias por estar a mi lado siempre _me dice abrazándome.
_Tú también lo haces conmigo mi amor. Ares y Diana están muy preocupados, les he contado lo sucedido a ellos, los demás no saben nada.
_Gracias, ellos merecen saberlo. ¿Sabes una cosa?
_Dime mi amor.
_Estar contigo me hace mejor persona. Gracias por no dejarme caer, sin ti estaría totalmente deprimida ahora mismo, y sé que tú también estás sufriendo por lo mismo que yo, no es necesario que seas fuerte por mí. Somos fuertes juntos, así que si necesitas llorar, hazlo, yo estoy para ti también.
Ella me tiende los brazos y yo me abrazo a ella. Dejo fluir toda la tensión que tenía y me pongo a llorar mientras ella me abraza y también llora en silencio. Tras un rato en el que ambos estamos más tranquilos, ella empieza a hablarme.
_Creo que hay una deliciosa cena que nos espera _dice acariciando mi cabeza y dejando besos en ella.
_Tienes razón.
Nosotros empezamos a cenar con la mirada triste pero más repuestos.
_Amor, ¿dónde quieres enterrarlo? _me pregunta ella de pronto.
_Pues no lo sé, supuse que lo querrías enterrar aquí en el lago.
_Podemo enterrarlo en la parte de atrás del castillo, es un lugar más íntimo. En el primer árbol que está cerca de la orilla.
_Me parece bien. ¿Vas a avisar a tu familia?
_Creo que merecen saberlo, también querrán mostrar sus respetos.
_Está bien, voy a llamar a Azazel.
Tras llamarlo, enseguida aparece a nuestro lado con cara de preocupación. Le explicamos lo sucedido con el bebé y él nos da un abrazo.
_Azazel, avisa a su familia de lo ocurrido y de que mañana a media tarde lo enteraremos en la parte de atrás del lago.
_Enseguida. ¿Aviso a alguien más?
_A los de confianza sólo, quiero que sea algo íntimo, por favor _le dice mi amor.
_Por supuesto, así lo haré. Lo siento mucho, pero también pueden contar conmigo para lo que necesiten.
_Lo sabemos amigo _le digo sincero.
_¿Sus hijos lo saben?
_Sí, no te preocupes por ellos.
_Está bien.
Azazel se va y nos quedamos solos de nuevo. Ares y Diana llaman a la puerta y Helena les dice que pasen.
_Mamá, ¿cómo estas? _dice Diana preocupada.
_Bien cariño, os tengo a vosotros.
_Si necesitas lo que sea... _dice Ares.
_Lo sé mi amor. Sólo quería deciros que se enterrará mañana, para que lo supiérais.
NARRA ARI
Estamos en casa sentados en la mesa y todos estamos preocupados. Llaman a la puerta y todos nos miramos extrañados.
_Es Azazel _dice Peter.
Le decimos que pase y viene con mala cara, a lo que nosotros lo miramos preocupados.
_¿Qué le ocurre a mi hija? _salta Nicolae preocupado.
_Ella ha perdido un bebé. Estaba embarazada de dos, y uno de ellos no ha sobrevivido. Me mandan a deciros que mañana en la tarde será el entierro.
_Mi niña... _digo con lágrimas en los ojos.
_¿Cuándo ha sido? _pregunta Peter.
_Esta mañana, cuando fui a llamarla para el incidente de Víktor.
_¡Joder! _dice Drogo enfadado.
_¿Cómo está ella?
_Ella está mal Nicolae, pero Dante está con ella, se tienen el uno al otro, y tiene a sus hijos, a Baltasar y a mí.
_Gracias por todo Azazel.
_No hay de qué, con su permiso, tengo que seguir informando.
Azazel se va de allí y yo me giro hacia Peter y Drogo. Ellos me miran con cara de circunstancia.
_Así que Helena estaba esta mañana insoportable y malcriada, ¿no Drogo?
_Ari, yo no sabía lo que le había pasado.
_¿Saben? Últimamente la están tratando bastante mal, y no sé si lo recuerdan, pero es vuestra reina. Si no la respetan como sobrina, háganlo como reina. Me decepcionais en lo más profundo.
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Entre los colmillos de los Bartholy VIII: Lágrimas de sangre
FanficDrogo, Peter y Nicolae tendrán que enfrentarse a su pasado junto a Ariadna y el resto de su familia. El odio que generará ese paso entre las especies hará peligrar todo lo que Arianda y Helena han construído juntos a los hombres de su vida. Como en...